Pasos Nueva Época 7

8 Los cambios en la estructura organizacional se muestran también en la redefinición de las funciones y composición de los órganos colegiados (consejos de posgrado, consejos técnicos, consejos académicos) que juegan un papel fundamental en las IES: cuando no existían, se crearon; los que ya funcionaban, fueron evaluados para redefinir sus funciones y alcance. La exigencia de la existencia de órganos colegiados para tomar decisiones sobre el posgrado ha propiciado también cambios en la normatividad en la materia en diversas IES. e) Procesos institucionales La participación en los procesos de acreditación es una oportunidad de reflexión sobre la propia función en la institución y sobre los aspectos que la operación cotidiana no permite ver directamente. No sólo se señala el proceso de reflexión como un efecto positivo, sino también el hecho de que se impulsa la participación de la comunidad académica organizada en torno al programa. Sin embargo, la participación no siempre se percibe como un beneficio, sino como una condición que se debe cumplir, más como obligación que como oportunidad de enriquecimiento. En síntesis, es posible afirmar que la implantación de las estrategias de acreditación del posgrado ha generado efectos en rubros como los siguientes: a) En la asignación de recursos para el posgrado (mejoramiento de la infraestructura; financiamiento institucional para posgrados). b) En la planta académica (cambios en los criterios de contratación de académicos, en los criterios de organización del trabajo académico y formalización de la tutoría). c) En la estructura y dinámica organizacional (modificación de las estrategias de comunicación organizacional y de la estructura organizacional para fortalecer al posgrado; impulso o consoli- dación de los procesos institucionales de planea- ción y gestión; modificación de la actitud sobre la evaluación y la acreditación; mejoramiento en el posicionamiento de los posgrados en las prio- ridades de la institución; inquietud por las acreditaciones internacionales; mejoramiento de la imagen institucional producto de la visibilidad exterior de los programas). momento la tutoría se ha convertido en una práctica indispensable en todos los programas que buscan acreditarse en el PNPC. Se habla ahora de la asignación de tutores desde el inicio del programa, de la integración de comités tuto- riales, de las horas asignadas a la interacción entre estudiante y tutor, de los coloquios de doctorantes, de la cotutoría, etc. Esto implica cambios en las formas tradicionales de organización de la actividad acadé- mica y generó además la necesidad de formación y evaluación de los tutores. El indicador de calidad de la tutoría se vincula directamente con el de eficiencia terminal, de manera que se traduce en el hecho de que el estudiante tutorado obtenga el grado dentro de los tiempos establecidos. No se valora la tutoría como una actividad altamente especializada, que requiere el desarrollo de competencias personales, comunica- cionales y pedagógicas, sino que se presenta como un medio para garantizar la eficiencia terminal. No se toman en cuenta factores tales como la naturaleza de la investigación, la complejidad del objeto de estudio, la relevancia de las aportaciones al campo de conocimiento o a la solución de problemas de la práctica profesional. d) Estructura organizacional Las políticas de posgrado proponen estrategias y modelos que no necesariamente son compatibles con formas de organización, estructuras institucionales, recursos disponibles o tendencias de crecimiento de las IES; esto genera en ocasiones desequilibrios en el interior de las instituciones, los cuales se traducen en conflicto entre actores cuyas prioridades, costumbres, expectativas o necesidades se ven afectadas por las exigencias de los parámetros y criterios que conlleva la aplicación de las políticas. Junto con los cambios en los roles tradicionales del personal académico de las IES, el proceso de implan- tación de la política ha generado cambios en la estructura organizacional, con el fin de estar en condiciones propicias para responder a las demandas de los procesos de planeación, evaluación y acre- ditación que estructuran las políticas de educación superior. En algunas instituciones se crearon áreas específicas, no sólo para la gestión del posgrado, sino también para organizar y coordinar todos los procesos relacionados con las acreditaciones.

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