Pasos Nueva Época 6

6 Desafortunadamente observamos que, a pesar de que en teoría se implementan innovaciones educativas, no se ha conseguido que algunos docentes asimilen que el modelo educativo basado en competencias implica nuevas formas de evaluación, y que está fuera de contexto concebir que la evaluación implica “calificar” bajo una escala numérica el conocimiento de los estudiantes. Ya no puede limitarse la educación a medir cuánto conocimiento ha logrado adquirir el alumno, ahora ese conocimiento debe ser susceptible de asimilarse y aplicarse, lo cual implica evaluar el desarrollo de habilidades y competencias. Es imprescindible reiterar que la evaluación en el modelo de enseñanza, basado en competencias, requiere partir de la reflexión, la asimilación y comprensión; modificar la práctica docente a través de diversas estrategias de evaluación cualitativas que realmente permitan dar seguimiento al proceso formativo de los estudiantes. Este paradigma de evaluación en el modelo de enseñanza basado en competencias implica lograr que los ciudadanos sean congruentes con sus pensamientos y comportamientos, de tal forma que impacten en el contexto local, nacional y global. Así, la evaluación se transforma en una herramienta que permite detectar áreas de oportunidad; esto significa reconocer que no siempre en el primer intento se logra el propósito, que se admite el error y se prueba nuevamente, es decir, cada estudiante avanza de acuerdo con sus habilidades y capacidades propias, no se debe estandarizar bajo un instrumento rígido el desarrollo de los alumnos. Con esta percepción es posible considerar que todo acto de evaluación proporciona un mensaje a los educandos acerca de lo que ellos requieren aprender y cómo deben hacerlo (McDonald, 2000). Con el acompañamiento del docente, el estudiante puede llegar a comprender que la autoevaluación fortalece su aprendizaje porque le permite asimilar el saber, saber hacer y saber ser. Por lo tanto, puede ser motivante, al lograr encontrarse, reconocerse a partir del aprendizaje adquirido. Este paradigma de evaluación cualitativa considera a la evaluación como un elemento de democratización del proceso de gestión en el ámbito educativo, porque no se tendrá una concepción de evaluación como forma de control, sino como mecanismo de participación en la sociedad o comunidad (Martín, 2011). Este autor considera que la evaluación implica tanto los procesos como los resultados, acorde a los criterios e indicadores de calidad propuestos por la institución, sin omitir la retroalimentación acerca del avance en el proceso de aprendizaje, el impacto en los estudiantes y en la comunidad educativa. G. Martín también refiere que la evaluación es un sistema que puede permitir:

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