Pasos Nueva Época 5
3 Leticia López Posada* iNNOVAND La evaluación en todo proceso educativo es una etapa en la cual se verifican los aprendizajes, se da seguimiento a los procedimientos para el logro de éstos y se rectifica el cumplimiento de los objetivos planteados desde un inicio. Al ser un proceso integrativo debe cumplirse para el alumno y para quienes lo guían. Además, la evaluación, especialmente en el ámbito univer- sitario, debe ser dinámica, activa y constante. Una de las fases más enriquecedoras de toda evaluación es la llamada evaluación formativa que, en pocas palabras, da seguimiento a procesos que requieren cierto tiempo para desarrollarse, y que pueden, con la retroalimen- tación constante, frecuente y certera, provocar un reajuste de los objetivos y alcances de un proyecto. Este proceso es más que una simple emisión de juicios sobre un producto de aprendizaje; desde mi punto de vista es una de las mejores formas de establecer una relación de respeto, comunicación y diálogo entre los alum- nos y profesores que participan, no solamente en la educación dentro de las aulas, sino en la comprensión de la realidad fuera de ellas, intención funda- mental de muchos de los proyectos desarrollados en el Área de Síntesis y Evaluación (ASE) de esta Universidad. Durante el tiempo en el cual he participado como tutora en este tipo de cursos, han sido recurrentes mis ideas sobre la dificultad de traducir de manera numérica aquello que ha permeado no únicamente en los aspectos de la profesionalización de los alumnos (misión histórica de la universidad), sino en la obtención de un conjunto de herramientas y habilidades para afrontar esa realidad que requiere soluciones a problemas urgentes y crecientes. En ese camino he rescatado algunas prácticas sobre la valoración. Esto ha permitido ir construyendo, junto con la participación de los alumnos, un proceso más claro y objetivo, que me ha otorgado la posibilidad de generar trabajo en equipo y un compromiso propositivo entre los estudiantes, y además me ayudó a entender que como profesora, mi papel en el aula es ser intermediaria entre el alumno y su forma de solucionar los problemas de la realidad como partícipe de una sociedad, creando posibilidades de mejora a partir de experiencias compartidas. Dichas prácticas necesitan la presencia de tres actores (tutor, beneficiario, equipo de expertos), ubicando como eje rector la gestión de los estudiantes. Ellos son los receptores de la evaluación y el fin de la misma, pero su papel debe ser sumamente activo, por lo que debemos propiciar su participación, apertura y creatividad, así como darles seguridad para utilizar sus juicios y experiencias con el fin de ejercer las acciones sugeridas de la forma más Experiencias sobre la evaluación formativa en el modelo de aprendizaje basado en competencias
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