Pasos Nueva Época 3

3 Laura Angélica Bárcenas Pozos* La retroalimentacion: ´ ´ ´ una buena practica pedagogica iNNOVAND Desde hace ya varias décadas se habla del feedback o retroalimentación como estrategia para que el alumno aproveche los resultados de la evaluación del aprendizaje para la mejora, cumpliéndose la función de la evaluación formativa, es decir aquella que, según Scriven (1967) la evaluación es otra posibilidad más para aprender, cuando a través de la retroalimentación se reconocen oportunidades de aprendizaje. Además, con el surgimiento del enfoque de competencias, esta acción pedagógica cobró mucho más sentido, pues en este tipo de propuestas educativas se pretende que el alumno se vaya haciendo un sujeto autorregulado y por lo tanto autónomo, lo que genera que la retroalimentación aporte significativamente al cumplimiento de esta intención. Se entiende por retroalimentación a aquella información que expresa la diferencia entre un nivel actual y real con un nivel de referencia en relación con el aprendizaje (Sadler, 1989), es decir, el alumno se encuentra en un nivel de aprendizaje que no es el establecido en los objetivos. Para que el joven pueda alcanzar estos objetivos, recibe una serie de recomendaciones del docente, con el fin de mejorar significativamente y acortar esta distancia. Esta información se genera a partir de lo que el profesor ha observado en el proceso de apren- dizaje y de los resultados de la evaluación, lo que indica que el docente debe estar cercano a sus alumnos y reconocer sus dificultades en este proceso. Cuando se realiza retroalimentación, los alumnos se sienten más seguros pues identifican cuáles han sido sus fallas y saben qué deci- siones tomar para superarlas. Pero, si el docente no retroalimenta, el alumno puede no saber en qué falló y no tiene idea de cómo mejorar. En pocas palabras, la retroalimentación puede convertirse en una oportunidad para aprender. También se considera que la retroalimentación debe proveer al alumno información precisa y concreta, y éste debe comprometerse a actuar para lograr una mejora significativa (Brinko, 1993). La retroalimentación puede ser oral o puede llevarse a cabo por escrito. Ambas pueden ser efectivas, pues en la primera el alumno se siente motivado porque hay un acercamiento con su profesor y se establecen elementos afectivos que dan más consistencia al compromiso y respuesta del alumno para su mejora. Sin embargo cuando la retroalimentación se realiza por escrito, el alumno puede regresar una y otra vez al comentario y eso le ayuda a no perder el sentido de lo que el profesor le ha señalado como área de oportunidad en su proceso de aprendizaje. Lo que indica la literatura al respecto es que el docente puede utilizar ambas formas de retroalimentación para asegurar que sus alumnos logren alcanzar, de manera más rápida y significativa, el propósito de aprendizaje establecido. Tapia-Ladino y colaboradoras (2014) establecen los siguientes tipos de comentarios para la retro- alimentación que son útiles a los estudiantes: Correctivo , indica un error que se está cometiendo. Imperativo , da una orden de algún cambio que es necesario hacer. Evaluación negativa, se señalan errores utilizando palabras negativas. Consejo , se hace una recomendación de cómo mejorar. Elogio , se da una valoración positiva a aciertos en la evaluació n. Afirmaciones reflexiv as, se hacen preguntas para que el alumno piense sobre su aprendizaje, errores, argumentaciones, etcétera. Aunque es conveniente que la retroalimentación se establezca después de un momento de evalua- ción, pues el docente cuenta con información y

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