Pasos Nueva Época 3
Teresa Eugenia Brito Miranda* La retroalimentacion ´ desde una experiencia estudiantil en el doctorado La experiencia de formación doctoral en el Pro- grama de Doctorado Interinstitucional de Educación me ha generado una serie de aprendizajes que van mucho más allá de los académicos. Me ha permitido desarrollar habilidades reflexivas impor- tantes con el apoyo de los tutores cuya función es retroalimentar a los estudiantes. Por parte del estudiante, el programa demanda una gran cantidad de esfuerzos, pues la disposición pro activa del alumno es el motor fundamental de la formación. En el nivel del doctorado, el avance depende en gran parte del estudiante y del trabajo de retroalimentación académica que recibimos del tutor y de los miembros de nuestro comité académico. Prácticamente, la metodología del proceso de enseñanza y aprendizaje se centra en la retroalimentación de los avances de los alumnos. Los tutores, en mi experiencia, juegan un papel de guía mediante procesos de retroalimentación orien- tados a la autonomía académica. Estos procesos se asemejan a la puesta de un espejo frente al alumno y sus avances, en donde el espejo son los comentarios del tutor para que el propio alumno sea quien ubique sus fortalezas y los puntos débiles de sus planteamientos, y de todo su trabajo en general. El ejercicio se da en el marco de un aprendizaje de autonomía académica creciente, en el que es vital tomar conciencia de las fortalezas y debilidades que se tienen en el oficio de estudiante. En mi caso particular, el tutor ha sido también un acompañante en todos los procesos de vida estudiantil porque resulta que en la vida del estudiante están involucradas la familia, la institución laboral, los compañeros de trabajo, los jefes, los amigos. Para que la retroalimentación funcione es impor- tante desde el inicio desarrollar una actitud abierta tantode los alumnos comode los tutores: desarrollar la capacidad de recepción de los comentarios que se van formulando. En esta parte se involucra no solamente lo académico, sino también lo emo- cional, que no es nada fácil de lograr. A veces, hay que estar dispuestos a poner en tela de juicio las ideas, proyectos o sueños y, otras veces, es necesario cuestionar esquemas teóricos que hemos construido, o quitar partes de un trabajo que ha representado mucho esfuerzo y horas inver- tidas, lo que también tiene un costo emocional. Por el lado del tutor se requiere desarrollar una gran sensibilidad para ponerse en los zapatos del otro, el alumno, y entender sus procesos, susmiedos, ritmos y tiempos, para generar en él la autocrítica necesaria de manera inteligente y cuidadosa, aunque a veces sea dolorosa para el propio alumno, peroque lomotive a avanzar yno lo suma enel estrés o la depresión. La actitud de escuchar es importante para ambas partes. No solamente es atender lo que el Otro dice. Para el tutor es leer los trabajos y avances del alumno con sumo cuidado, sus planteamientos, la solidez y fundamentación de los mismos, el formato y todo el trabajo en su globalidad para orientar al alumno en lo que debe someter a la crítica, y luego acompañarlo en la toma de decisiones acerca de la investigación y de su formación doctoral. Esta es una tarea que exige formación y hábito como profesor o tutor, además de responsabilidad. No hay nada más desmotivante para los alumnos que recibir un trabajo sin comentarios, donde aparentemente todo está bien o todo está mal, y no hay más. Esto denota falta de cuidado y aprecio por el trabajo del Otro. El mensaje enviado es de no valoración del trabajo del alumno. Por parte del alumno es importante desarrollar una disposición a recibir la crítica con todas sus implicaciones: aprender a diferenciar mi persona, mi esfuerzo, mi afectividad, de la crítica académica. 8 EN BUS UEDA ´
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