09 proporcionaba una serie de ejercicios a resolver o, en su caso, un mapa mental para evaluar la comprensión del tema; estos elementos también se entregaban mediante Moodle. Era importante considerar un tiem- po prudente para terminar la actividad, pues muchas veces los problemas técnicos se presentaban, y subir la actividad fue estresante para los alumnos. Podía suceder que Moodle no respondía o que se quedaban sin internet u otros motivos, así que debí considerar esos imprevistos y ser flexible. Ahora bien, para cerrar un proceso de evaluación, el estudiante debe entender cómo se calificó y aunque en el syllabus están los criterios de evaluación, es conveniente explicarlos de nuevo para que ellos comprendan el motivo de la nota que se les asignó. Así, con los estudiantes que querían asistir de manera presencial a recibir su nota nos reuníamos en el salón, y con el resto me comunicaba por videoconferencia de forma individual. Esto es importante puesto que el diálogo es fundamental para saber cómo se siente el alumno en cuanto a su avance en el aprendizaje, y también es un momento de retroalimentación no solo para el estudiante, sino para mí como profesora, pues me permite saber si es necesario mejorar en mi enseñanza, como un aspecto que me exigo en mi práctica docente. *Responsable del Laboratorio de Instrumental en el IDIT Universidad Iberoamericana Puebla ivoneealondra.aldave@iberopuebla.mx “Ante tal escenario inédito, tuve la necesidad de ajustar, desde luego, mi estrategia de evaluación... Ahora, debía echar mano de la tecnología disponible y diseñar un examen que estuviera al alcance de todos.” EN BUS UEDA
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