11 de esta competencia para determinar de qué manera las habilidades socioemo- cionales se pudieron hacer manifiestas y contribuir al logro de las metas académicas. Desde mi punto de vista, la evaluación que realizamos los y las estudiantes al término de cada seminario, sobre el desempeño del profesor y de nosotros mismos, no puede considerarse aislada de las habilidades socioemocionales, ya que éstas se evidencian en las acciones y decisiones educativas que tomamos. Aunque la dimensión socioemocional no está integrada en el instrumento de evaluación que se utiliza en el posgrado, sí puede inferirse a partir de su relación con otros aspectos como: las formas de interacción que se propician entre profesores y estudiantes o entre compañeros, en las oportunidades que se generan para el trabajo colaborativo, en los espacios creados para un diálogo constructivo, en el clima afectivo que se forma, en el interés que muestra el profesor hacia el aprendizaje de los estudiantes y otros aspectos quizás de tipo personal que pueden influir en el desempeño académico, ya sea desde la presencialidad o virtualidad. Las preguntas abiertas que se plantean en el instrumento de evaluación pue- den invitarnos a reflexionar sobre aspectos relacionados con la competencia socioemocional, ya que posibilitan la autoevaluación sobre la forma cómo manejamos nuestras emociones y su impacto en el cumplimiento de nuestras metas como futuros investigadores. Para evaluar la competencia socioemocional se requiere partir de un enfoque teórico, lo cual implica revisar diferentes modelos de inteligencia emocional y elegir aquel que sea congruente con la filosofía humanista de la institución. Existen diferentes autores que han construido sus modelos de inteligencia emocional que definen competencias, habilidades y rasgos de personalidad (Mayer y Salovey, 1997; Bar-On, 1997; Goleman, 1995; Saarni, 1999; entre otros). El modelo de habilidad de Mayer y Salovey (1997) es el más representativo en la educación. De acuerdo con Fragoso (2018), “es el que cuenta con mayor número de investigaciones en el ámbito educativo” (p. 51). Los instrumentos que se han construido o adaptado a partir de este modelo contienen las dimensiones intra e interpersonal, además evalúan la capacidad que tienen las personas para entender las emociones de otros y ayudarlos a regularlas, focaliza el interés en el procesamiento emocional de la información y en aprender a valorar las capacidades relacionadas con dicho procesamiento. Estos recursos cognitivos ayudan a la persona a resolver problemas y adaptarse eficazmente al ambiente (Sánchez-Teruel y Robles-Bello, 2018). Propuesta para evaluar la competencia socioemocional de los profesores A pesar de que cada modelo centra su atención en aspectos particulares, todos persiguen la capacidad de identificar y discriminar las propias emociones y las de los demás, la capacidad de manejar y regular esas emociones y de utilizarlas de forma adaptativa (Trujillo y Rivas, 2005). La evaluación de la competencia socioemocional podría orientarse a conocer estas habilidades en el profesor y en los estudiantes. Se propone la evaluación de la competencia socioemocional en los profesores a partir del modelo de habilidad de Mayer y Salovey (1997) y el de proceso de regulación emocional de Gross (1999); este último plantea que las personas buscan influir en
RkJQdWJsaXNoZXIy MTY4MjU3