respuesta errónea al resolver una situación de este tipo, pero existen elementos que pueden demostrar un manejo más elevado de la misma. La segunda forma es preguntando directamente a los alumnos sobre su percepción del docente sin afán de acusarlo o calificarlo. Esta forma de evaluación es útil porque ayuda a entender la experiencia de quienes son acompañados desde un lugar de respeto y empatía. Puede incluir cuestionamientos sobre cualidades del docente, peticiones hacia él o comen- tarios que le permitan identificar en qué áreas se puede desarrollar y que, a fin de cuentas, implican indagar qué tanto siente la compañía desde el rol del docente para su desarrollo. *** Se puede concluir que la competencia socioemo- cional es fundamental en los nuevos modelos que pretenden educar, y entraña la posibilidad de crear vínculos más profundos entre los actores educativos, sin perder de vista que el docente es quien debe favorecer el desarrollo de la competencia socio- emocional y, por lo tanto, debe tener un buen nivel de ésta. Es posible valorarla de acuerdo con criterios cuantitativos y cualitativos a partir de los objetivos que cada institución determine, así como desa- rrollarla en los alumnos desde el trabajo personal que el docente realiza en sí mismo. 09 Es necesario plantear esta competencia explí- citamente como parte de lo que se requiere para ser docente. El trabajo en sí mismo es lo que sostiene todo el aparato educativo en un sistema que busca desarrollar personas en la dimensión socioemocional. ¿Cómo se puede evaluar esta competencia además de la autoconsciencia? Puede ser de dos maneras: una con evaluaciones estandarizadas con enfoque integral (de acuerdo con el objetivo de cada institución), preguntando: ¿qué tan importante es para el docente esta dimensión? Si la conoce, y qué elementos identifica como parte de ella. Muchos docentes están peleados con esta dimensión, negándola o minimizándola, pues está vinculada con el área personal que se percibe como privada e íntima. Atreverse a mirarla requiere valentía para descubrir cosas que, tal vez, no nos gusten de nosotros mismos, y esto puede ser amenazante para aquellos que no logren ver la relevancia del manejo de sus emociones y las consecuencias de ello en su práctica docente. Después, planteando casos que busquen la resolución de problemáticas específicas en relación con esta competencia, vinculándolos con los conte- nidos de la asignatura que imparte. Estos casos pueden tener tres niveles de cumplimiento de la competencia: básico, en desarrollo y consolidado. Es importante hacerle ver al docente que no hay una *Coordinador de la Licenciatura en Psicología Universidad Iberoamericana Puebla jose.castro@iberopuebla.mx “…la competencia socioemocional es fundamental en los nuevos modelos que pretenden educar y entraña la posibilidad de crear vínculos más profundos entre los actores educativos...” EN BUS UEDA
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