Pasos Nueva Época 16

08 Leopoldo Castro Fernández de Lara* LA COMPETENCIA SOCIOEMOCIONAL EN LOS DOCENTES. FRAGMENTO DE LA ENTREVISTA A MARTHA OCEGUEDA AZPEITIA A raíz de la pandemia se han cuestionado diversas prácticas de los modelos educativos vigentes. La competencia socioemocional cada vez más se reco- noce como necesaria a integrar en los procesos educativos, buscando su desarrollo en los estudian- tes. La particularidad de esta competencia reside en que no se puede crear o desarrollar al margen de la figura de quien ocupa el rol de educador y esto no siempre está claro para quienes tienen esta función, pues implica una dimensión personal que requiere un trabajo de autoconocimiento. Para discurrir sobre este tema se realizó una entrevista a Martha Oce- gueda Azpeitia (psicóloga clínica y educativa, psicoterapeuta Gestalt, consultora de empresas edu- cativas para la formación en habilidades socioemo- cionales y desarrollo humano), la que se presenta a continuación: ¿Realmente es importante la competencia socioemocional para los profesores? Por supuesto. De entre las competencias que los docentes deben tener desarrolladas, la socioemo- cional es fundamental; es la que da recursos para acompañar a los jóvenes y, al mismo tiempo, sostiene el vínculo entre las personas. Es importante recordar que el vínculo es el vehículo por el cual se transmiten no solo los conocimientos, sino también la expe- riencia que ha acumulado el docente a través de su propia vivencia. Cuando un docente se presenta ante el grupo comunica y comparte una experiencia de vida que pone al servicio de quienes comparten y crean junto con él un ambiente de aprendizaje. El ambiente de aprendizaje incluye el acompa- ñamiento a las personas que se están formando no solamente desde la transmisión de contenidos, sino hacia el desarrollo socioemocional de todos los implicados. Este desarrollo requiere una presencia que supera el rol tradicional e incluye a la persona. En los últimos tiempos esto ha ido cobrando impor- tancia según vamos descubriendo que el papel de las instituciones educativas va más allá de la formación intelectual y que esto se construye no con un de- partamento dedicado a la formación integral o con actividades extracurriculares, sino dentro del aula. ¿Cómo podemos verificar si esta competencia está desarrollada en los docentes? Un docente no solo enseña una materia… no hay división entre su persona y lo que enseña. ¿Cuántas personas estudian una licenciatura porque tuvieron un profesor o profesora que se mostraba feliz al impartir en preparatoria un contenido? Cuando un docente tiene trabajo personal es capaz de ser eficiente y, al mismo tiempo, de ser un modelo sin buscarlo. Arrastra con su presencia y convence con su convicción. La competencia socioemocional es enton- ces evidente. El resultado de una materia bien impartida no sería únicamente que los alumnos “absorban” los conte- nidos, sino que estén en continuo desarrollo, y en la medida en que un espacio educativo abona a este fin se está contribuyendo a que los estudiantes sean personas que crecen. Para ello es necesario que el docente se haga consciente de la importancia de su papel en este proceso, no solo como “facilitador”, sino desde su propio y constante crecimiento. ¿Cómo se puede desarrollar en aquellos que no la tienen presente en un momento dado? Interactuar en lo educativo implica resolver proble- máticas y esto se hace a través del vínculo y se vuelve significativo solamente cuando estas condiciones están presentes: problema, actores y un objetivo. El alumno aprende en todos sus contextos. El docente debe hacerse consciente de cómo funciona su vida en general, más allá del rol para entender cómo se mueve también en lo educativo. Debe reconocerse a sí mismo como parte de su práctica profesional. EN BUS UEDA

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