Pasos Nueva Época 10

Algunas orientaciones para la competencia docente : “Evaluación del Aprendizaje con Enfoque Formativo” Marisol Aguilar Mier* 5 CONTEXT s La evaluación del aprendizaje es una de las tareas docentes más complejas y, a su vez, más importantes debido a las implicaciones y cargas que posee, gene- rando siempre múltiples interrogantes y debates. Diversos estudios han demostrado que a menudo existe una fuerte disociación entre los objetivos de aprendizaje planteados y aquello que en realidad se evalúa, ocasionando que la práctica evaluativa no se integre al proceso de aprendizaje. Igualmente, los instrumentos de evaluación que se emplean suelen ser muy limitados centrándose en la memorización y en el aprendizaje superficial, lo cual condiciona el estilo de estudio de los alumnos, su actitud ante su propio proceso de aprendizaje y el sentido que ellos le dan a su formación. A pesar de lo anterior, con frecuencia no se dimensiona la importancia de la evaluación y las consecuencias nocivas que puede tener dentro del proceso de aprendizaje pues “los efectos de la mala práctica en la evaluación son más fuertes que en cualquier otro aspecto de la enseñanza. Los estudiantes pueden, con dificultad, escapar de los efectos de una mala enseñanza, pero ellos no pueden (si quieren tener éxito en el curso) escapar de los efectos de una mala práctica en evaluación” (Mc Donalds et al., 2000). El tema se complejiza aún más cuando hablamos de un currículo basado en competencias pues este enfoque, en su esencia misma, implica que los apren- dices demuestren y movilicen sus aprendizajes, den respuestas a situaciones problemáticas, innoven, tomen decisiones y trabajen de manera colaborativa. Todo esto demanda una evaluación más auténtica, participativa y reflexiva. De este modo, ha de darse un salto cualitativo pasando por una evaluación de los aprendizajes, a la evaluación para los aprendi- zajes, llegando, por último, a la evaluación como aprendizaje (Pérez Gómez, 2007). Ello implica replantear la finalidad y sentido de esta importante función. En este contexto, nuestra institución cuenta con un perfil docente conformado por una serie de compe- tencias en sintonía con las intencionalidades forma- tivas propias de nuestro modelo educativo. En él, se describe la intervención pedagógica del profesor sustentada en diversos saberes (ser, hacer, conocer y actuar autónoma y creativamente). Una de las competencias que lo caracterizan precisamente se titula Evaluación del aprendizaje con enfoque formativo y brinda orientaciones para lograr proce- sos evaluativos más congruentes y que asumen una perspectiva integradora de esta función para lograr transitar: •De una evaluación que sólo evalúa al estudiante, a una evaluación que evalúa a todos los actores del proceso educativo •De una evaluación que “mide” contenidos, a una evaluación que valora competencias •De una evaluación que sólo sucede al final de la experiencia, a una evaluación que también consi- dera el proceso •De una evaluación controladora, a una evaluación que retroalimenta •De una evaluación externa, a una evaluación participativa que involucra a los sujetos •De una evaluación limitada a únicamente señalar el grado de cumplimiento de los propósitos de aprendizaje, a una acción de intervención que permita al sujeto la integración, reconstrucción y resignificación de lo aprendido. Así, esta competencia evaluativa implica al docente planear e implementar procedimientos y estrategias

RkJQdWJsaXNoZXIy MTY4MjU3