Pasos Nueva Época 10

criteri s 1 edit rial Evaluar de manera formativa es emitir juicios de valor sobre la persona y sus actos para retroalimentarla constructivamente. Según Cappelleti y Abramowicz (2004), el acto de evaluar formativamente abre espacio a una reduplicación de la consciencia del sujeto, funcionando como una reflexión sobre su acción. Es una nueva reflexión sobre la acción para reordenar un proceso. Evaluar desde la valoración de la persona supera el sólo tener criterios, instrumentos y evi- dencias. Va más allá: considera quién es la persona, indaga sobre sus maneras de aprender y de ser, toma en cuenta sus capacidades y aspiraciones, y busca retarla para que se mejore y supere a sí misma. Desde luego, a nadie le gusta ser evaluado por el hecho de tener que ser juzgado o recibir una crítica o una retroalimentación de alguien más. Por tal razón, el presente número de Pasos , pretende profundizar en lo qué es la evaluación formativa y su impacto, tanto desde la perspectiva de los profesores como de los alumnos. En la primera sección, nombrada Innovando , el Mtro. José Cervantes, coordinador del Área de Reflexión Universitaria, nos presenta el ASE integrador como una manera de transformar la evaluación formativa en los alumnos, y su propósito es dar a conocer cómo se puede vincular el Área de Síntesis y Evaluación con el aspecto social que la Universidad busca desarrollar en los estudiantes, para lograr así una formación acorde con la ideología social-humanista. Esto lo expresará a partir de una mirada a aquello que es el ASE, su objetivo, desarrollo de los proyectos que se realizan, su aplicación en aspectos sociales y formativos, y así también los resultados obtenidos del proceso integrador. En el apartado de Contextos , podemos apreciar el texto de la Mtra. Marisol Aguilar Mier, Coordinadora de Educación Virtual, que destaca a la evaluación formativa, como una competencia integradora que es aplicada en los estudiantes. Pero que, a diferencia del texto anterior, la parte integral de la evaluación se debe al cúmulo de aspectos (participación, retroalimentación y acción de intervención del aprendizaje) que se tienen que desarrollar en el alumno para poder alcanzar su parte formativa. Esto último lo realiza desde la exposición de las atribuciones que debe llevar la evaluación, la implicación que tiene, y la manera en cómo los profesores la practican, para así poder desentrañar qué hace falta en la institución y obtener, en palabras del autor, una evaluación integral, reflexiva y auténtica. En la sección, En búsqueda , el Mtro. Alejandro Ortíz Cotte, académico de tiempo, expone, desde su experiencia como docente en el Área de Reflexión Universitaria (ARU), cómo la evaluación con enfoque formativo, realizada al proceso de enseñanza aprendizaje de los ARU’s, ha sido clave para transformar la educación humanista desde una perspectiva crítica, ya que ha permitido desglosar este proceso o, en su defecto, presentar si efectivamente se ha cumplido con el objetivo humanista de los cursos. Es decir, el autor define a la evaluación como una herramienta poderosa de aprendizaje y formación que respeta sus múltiples formas de uso, siendo uno de ellos la pertinencia de los cursos de ARU en la vida de los alumnos. ¿Evaluación formativa para docentes o para alumnos?

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