ras de interrogantes vitales, individuales y perso- nales. Todo lo anterior lo relata sin perderse en los tecnicismos, lo que da cuenta de un profundo deseo de comunicar, de expresarse y acercarse a quien lo escucha. En la sección de Serendipias, la doctora Lorena Yazmín García Mendoza Benítez Ruiz, coordinadora del Doctorado Interinstitucional en Educación, en el Departamento de Humanidades, nos expresa, desde su amplio conocimiento y experticia dando clases en el posgrado, cómo han cambiado las rela- ciones en torno a enseñar y aprender en este nivel académico. La autora expone en un principio varias interrogantes sobre la utilidad del posgrado en la época actual y su preocupación porque responda más a las realidades que al mercado. Posterior- mente, describe cada uno de los cambios más signi cativos que ha tenido al dar clases en el posgrado. Algunos de los que menciona son los diversos métodos para la construcción del pensa- miento, la simpli cación del proceso educativo, ya que cada vez tiene que ser más inmediato, así como también el uso de nuevos recursos como la Inteligencia Arti cial y la resistencia a las correccio- nes. Con este desarrollo, concluye que los progra- mas de posgrado deben desa ar a sus estudiantes a que se exijan y se deslicen hacia zonas que des- conocían, ya que un posgrado no es una pausa complaciente que continúa sobre el mismo camino de la productividad, sino una que adoptamos como estilo de vida y que nos arroja hacia otros mundos y modos de pensar, escribir, conversar y re exionar. En el último apartado, Los números de la evalua- ción, contamos con la participación de la maestra Melissa Patricia Santos Piñeiro, responsable de Evaluación Cualitativa en la Coordinación de Información y Análisis Académico. Ella nos da a conocer, desde una infografía, las brechas genera- cionales entre los alumnos que evaluaron a sus profesores en el 2017, con los que evaluaron en 2023-2024. La metodología utilizada fue de tipo mixta, ya que se utilizaron tanto indicadores cuali- tativos como cuantitativos obtenidos de las evalua- ciones cualitativas que se realizaron en dichos periodos. Estos datos permitieron dar cuenta de ciertas similitudes y diferencias en la manera de impartir del docente y en lo que el alumno toma como más importante al momento de evaluar. Es decir, la evaluación del proceso enseñanza-apren- dizaje en estos periodos, no solo nos muestra el estado en el que se encuentra la docencia, sino también cómo ha ido cambiando la forma de evaluar del estudiante, de acuerdo con lo que él considera que debe ser una buena impartición del conocimiento. Después de lo expuesto, la autora naliza invitando a una nueva investigación enfoca- da en la versión del docente, para tener el panora- ma completo y retomar dichas exploraciones hacia un análisis más profundo de los patrones desarro- llados en este trabajo. Deseamos que, con el contenido de este núme- ro de PASOS, nuestro público encuentre, desde lo que ha cambiado o se ha mantenido en el quehacer docente, aportaciones que enriquezcan sus prácti- cas educativas. Asimismo, que puedan compren- der, a partir una mirada más estudiantil, que las generaciones en su proceso de enseñanza-apren- dizaje no son tan diferentes. Sin embargo, para una mayor comprensión y aceptación de estas es nece- sario empatizar, adaptarse y ser conscientes de las nuevas situaciones académicas o educativas que se presentan. C R I T E R I O S
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