Pasos 23

Bárcena, F., López, M. y Larrosa, J. (2020) (orgs.). Elogio del estudio. Miño y Dávila Editores. Dussel, I. (2017). Re exiones sobre la enseñanza en los posgrados universitarios. In(ter)venciones pedagógicas en torno a la forma seminario. Revista de Ensayos, año II, n.˚ 5, pp. 53-74. Esquirol, J.M. (2024). La escuela del alma. De la forma de educar a la manera de vivir. Acantilado. Hernández, J., Delgado-Gal, A. y Pericay, X. (2013) (eds.). La universidad cercada. Testimonios de un naufragio. Anagrama. Fernández, C., García, O. y Galindo, E. (2017). Escuela o barbarie. Entre el neoliberalismo salvaje y el delirio de la izquierda. Akal. Ordine, N. (2013). La utilidad de lo inútil. Mani esto. Acantilado. Pauls, A. (2022). Fallar otra vez. Gris Tormenta. Zambrano, M. (2007). La mediación del maestro (1). https://revistaelcardo.blogia. com/2007/022107-la-mediacion-del-maestro-1-.php REFERENCIAS LORENA YAZMÍN GARCÍA MENDOZA Coordinadora del Doctorado Interinstitucional en Educación Departamento de Humanidades IBERO Puebla lorenayazmin.garcia@iberopuebla.mx LA FORMACIÓN EN POSGRADOS EN ÉPOCA DE URGENCIAS imposible” (2024, p. 35). El creciente uso de la Inteligencia Arti cial en los procesos de escritura del posgrado puede ser, en parte, una forma de responder a esta aspiración de no fallar, no equivocarse, no exponerse, tener que volver a corregir o no tener que tomar decisiones propias. Estamos frente a un riesgo, la pérdida de ciertas cosas que vivimos como valiosas, entre ellas la dedicación al estudio. Una escuela de verdad, nos dice Esquirol “es un lugar donde se entrena el prestar atención a las cosas del mundo y a los demás” (2024, p. 8). Estando así las cosas, invito a conversar y re exionar con nuestros estudiantes acerca de que cursar un posgrado es un convite, una esta de saberes para reconocer nuestras condiciones de sujetos que aprenden en relación; es el cultivo permanente de la atención reiterada, la suspensión de certezas y la disposición al silencio y la pausa para estar alerta de lo que revele el mundo. No una pausa complaciente que continúe sobre el mismo camino de la productividad, sino una que adoptamos como estilo de vida y que nos arroja hacia otros mundos y modos de pensar, escribir, conversar, y re exionar con disciplina, con un orden que nace de las cosas, y con apertura, alegría y amorosidad.

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