Pasos 22

Hoy es difícil pensar en alguna actividad que las personas lleven a cabo de manera cotidiana sin el uso de algún dispositivo como computadora, tableta, teléfono inteligente, etc. Sin duda, la dependencia tecnológica en el contexto actual se ha incremen- tado debido, por un lado, al rápido desarrollo de componentes electrónicos más expeditos, de mayor capacidad y más econó- micos. Por otro lado, el aprovechamiento de esta tecnología para generación continua de herramientas de software que apoyan la administración y gestión de procesos administrativos, de servicios, educativos, o de salud, por mencionar algunos. Una de las áreas de la computación que más se ha visto bene- ficiada por el incremento del poder computacional (capacidad de almacenamiento y velocidad de procesamiento) es sin duda el área de la inteligencia artificial (IA). La IA es un área muy extensa, desde donde se aborda la solución de una amplia gama de problemas los cuales en su mayoría están asociados a los comportamientos humanos (la vista, el gusto, el habla, el movimiento, el razonamiento, etc). Una de las definiciones de la inteligencia artificial en la que varios autores coinciden es que la IA busca desarrollar sistemas capaces de razonar y de aprender (Russell & Norvig, 2020). Estos dos últimos conceptos son muy difíciles de llevar a un sistema computacional, sin embargo, a pesar de que la IA tiene casi la misma antigüedad que la computación en México, en la última década se han podido desarrollar sistemas con estas capacidades, es decir, sistemas que pueden llevar a cabo un proceso de razonamiento formal para la toma de decisiones y sistemas que son capaces de aprender. Una de las aplicaciones más populares basadas en procesos de razonamiento es el juego de ajedrez. Fue en 1997 cuando por primera vez una computadora le ganaba al campeón mun- dial de esa época, Garry Kasparov (Kasparov, 2024).

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