Pasos 2

c r i t e r i o s 3 Evaluación y currículum que en estos momentos vive nuestra institución con relación a la actualiza- ción de sus planes de estudio (fruto de la evaluación realizada durante 2009) y que, además, es compartido por to- das las instituciones pertenecientes al Sistema Universitario Jesuita. En su texto, nos explica que la intención central de este proceso es enriquecer y afinar los planes de estudio para responder de manera más pertinente a los retos de la realidad y de las pro- fesiones que hoy enfrentamos, pero desde el enfoque humanista, social y de inspiración cristiana que nos dis- tingue. Señala que una fortaleza de la metodología con la que se están re- visando y actualizando los planes de estudio, es que se ha construido con la participación de diferentes actores, de manera que es un proceso inclu- yente, colaborativo y autodirigido. Antes nos referimos a la importancia de los profesores en los procesos curriculares como actores clave para operar y encausar estas innovacio- nes. Así que en esta ocasión, conti- nuamos con el debate en torno a qué significa ser un “buen profesor” desde la perspectiva de los alumnos. Ya en números anteriores indagamos sobre lo que nuestros estudiantes califican como un “mal” y un “buen” desempeño desde un enfoque cualitativo. En este número, Ariel Alcántara complementa y enriquece este análisis, pero desde una perspectiva cuantitativa, la cual arroja datos muy interesantes que nos ayudan a comprender más la labor del docente desde los ojos del alumno. Y, con el ánimo de saber reconocer cuándo vamos aproximándonos ha- cia las prácticas docentes que desde nuestro modelo educativo nos intere- sa promover, nos enorgullece presen- tar en este ejemplar a aquellos que consistentemente van demostrando un compromiso sostenido en su que- hacer, el cual es valorado por sus alumnos y por la academia, a través de los Consejos Técnicos de las licen- ciaturas. Vaya desde este espacio una calurosa felicitación para todos ellos. D e forma constante, las instituciones educati- vas se sumergen en procesos de transforma- ción curricular con la intención de responder de una manera más innovadora y pertinente a los retos que la sociedad exige. Esto no es nin- guna novedad. Por lo menos en nuestro país, el tema ha sido de interés durante los últimos treinta años como consecuencia de los movi- mientos educativos realizados en los setenta. No obstante, no toda propuesta puede calificar- se como “reforma”, ya que muchas veces los cambios no son de fondo sino de nombre y en realidad sólo disfrazan las mismas prácticas y repiten los mismos errores, pero bajo la bandera de la modernidad que se escuda en el discurso. Pero, ¿qué implica una verdadera evaluación cu- rricular? ¿Para qué llevarla a cabo? La cuestión no es simple, como el lector podrá imaginarse, pues detrás de una estructura curricular, de un plan de estudios e incluso del llamado currículum oculto, hay una serie de factores y conflictos que se ponen en juego a partir de los intereses y de las múltiples visiones epistemológicas, pedagó- gicas, políticas, científicas, sociales y hasta eco- nómicas que los actores implicados en este tipo de procesos tienen. Recordemos que el currícu- lum es el foco donde convergen los propósitos formativos de una institución, así como la delimi- tación de los medios y estrategias para concre- tarlos. Por tanto, puede haber una y mil maneras de entenderlo, desde las atribuciones, facultades y conocimientos de los participantes, hasta el cli- ma, contexto y modelo educativo de una institu- ción. Evidentemente, todo lo anterior puede llegar a generar ciertas disputas ocasionadas por ten- siones diversas entre lo obsoleto y lo novedoso. Además, es preciso señalar que finalmen- te son los docentes quienes se encargan de operar todas las intencionalidades plasma- das en el currículum y ellos mismos pueden estar de acuerdo o no con lo que la institu- ción ha planteado, o bien, no alcanzar a com- prender qué es aquello que cambia, para qué y por qué y más importante aún, qué le exige e implica en su manera cotidiana de enseñar. Así pues, ¿qué es lo que realmente sucede en el aula a partir de las reformas curriculares? ¿Qué es lo que llega decantado a nuestros alumnos? En este número de Pasos , Laura Bárce- nas aborda el tema de la complejidad de la evaluación curricular explicada desde dos tendencias y resalta la importancia de avanzar hacia modelos más integrales que permitan una evaluación mucho más comprensiva. Por su parte, María Elena Sánchez nos informa acerca del proceso

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