Manahuia

00 Mayo de 2023 Primeras palabras Militarización o militarismo Roberto Alonso Muñoz El laberinto de las resistencias Eduardo Almeida Sánchez La veían porque la veían Consuelo Ávila Vaugier Carta número cinco Narda Isabel Flores Flores

Manahuia, es un vocablo náhuatl que encierra un triple significado: “defender, proteger y cuidar”, significado que ineludiblemente se asocia con la esencia de los derechos humanos, por ello hemos decidido dar ese nombre a este boletín trimestral. A partir de este, el número cero de Manahuia, intentaremos acercar y estimular el análisis y la reflexión sobre derechos humanos en Puebla y de otras latitudes del país, especialmente del altiplano central. Los textos que aquí aparecerán serán fruto del trabajo de académicos y académicas, pero también de integrantes de organizaciones, colectivas, estudiantes, pueblos y comunidades o personas que individualmente están vinculadas con la promoción y la defensa de los derechos humanos. Nos proponemos conseguir que este se convierta en un espacio en el que confluyan las muchas voces comprometidas de personas que defienden, protegen y cuidan. Dicho lo anterior es pertinente señalar que para comenzar presentamos en esta ocasión tres artículos, una carta, el dossier (que contiene una compilación de hechos relevantes en materia de derechos humanos registrados en los últimos tres meses) y la agenda, que da cuenta de actividades tales como asambleas, foros, ejercicios académicos y otros que en la materia estén por realizarse. En el primer artículo Eduardo Almeida Sánchez, se aproxima a algunos de los desafíos (además de la cooptación, la represión o el aislamiento), que enfrentan las organizaciones, las colectivas, los colectivos y las comunidades en la ardua tarea de defender los derechos humanos. Para Almeida las vías que recorren las diferentes formas de acción colectiva que surgen para hacer frente a las violencias estatales nunca son lineales y menos definidas con precisión desde el principio: “En términos organizativos y de acción social implica el constante análisis y debate de cómo encontrar el punto de posible negociación dentro del espectro entre la satisfacción de reivindicaciones coyunturales y la perspectiva de una lucha por transformaciones radicales, dicho de otra forma, entre el pragmatismo y la esperanza”, dice Almeida. El segundo artículo se titula “Militarización y militarismo: nubarrones de tormenta”, y en el Roberto Alonso, académico de la Ibero Puebla, disecciona la forma en que al amparo del poder presidencial las fuerzas armadas en México han cobrado una incuestionable relevancia en el espacio político nacional y llama la atención sobre la necesidad de distinguir con claridad la diferencia entre militarización y militarismo “con miras a entender ante qué estamos y alcanzar a otear eventuales riesgos de la expansión del poder militar”. Directorio “Manahuia” , es una publicación de la Maestría en Derechos Humanos de la Universidad Iberoamericana Puebla, Boulevard del Niño Poblano 2901, Reserva Territorial Atlixcáyotl, 72810 San Andrés Cholula, Pue. Oficina F 215. Las opiniones expresadas en esta publicación son responsabilidad exclusiva de los autores y de las autoras y no reflejan necesariamente posiciones de la Maestría o de la universidad. Las imágenes utilizadas en este número se realizaron en el marco del Proyecto Derechos humanos, participación social y política de las mujeres en el municipio de Hueytlalpan, Puebla, desarrollado por el Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría SJ.

Consuelo Ávila Vaugier, dando sentido a lo dicho por Eikhoff cuando afirmó que la historia es el arte de la memoria, trae al presente algunos reflejos de la vida de la activista trans Agnes Torres, quien fuera asesinada en marzo de 2012. En su reportaje, Ávila refiere: “Recuerdo que Agnes llevaba puesto un vestido escotadísimo, con estampado de piel de leopardo, unas zapatillas abiertas que mostraban un pedicure perfecto, maquillaje, cabello y uñas de celebridad. Solo la vi una vez usando pantalones porque era invierno y de todas formas calzaba zapatillas abiertas y una blusa muy escotada debajo de la chamarra de mezclilla que hacía juego con sus pantalones pesqueros. Era una mujer que no pasaba inadvertida, la veían por qué la veían”. Y agrega “En este México, que es uno de los países más peligrosos para las personas defensoras de derechos humanos y el segundo más letal para las mujeres trans, de quienes no se espera una vida que pase de los 35 años, Agnes ya había arrastrado a lo largo de su juventud una serie de discriminaciones, violencias y violaciones a sus derechos. Finalmente Narda Isabel Flores Flores, desde la literatura nos ofrece una carta dirigida a mujeres de su linaje, integrantes de unas generaciones muy distintas pero no distantes, que supieron hilvanar puentes de entendimiento entre los senti pensares de abuelas y nietas. Narda escribe: “…y reviviendo la historia de tu vida, de las mujeres que vinieron antes de ti, de mi mamá y las que vendrán en la familia, sé que el único propósito de mi vida sería hacer valer ese legado. Las conversaciones eternas de cuando veías noticias de feministas haciendo marchas, cuando a pesar de ser católica y dedicarle tu vida a eso defendías que cada mujer eligiera por sí misma, cuando apoyaste a tus nietas a pesar de las malas decisiones que tomaban… cuando veías sus tatuajes y en lugar de enojarte, te reías”.

Manahuia/Mayo 2023 El laberinto de las resistencias Eduardo J. Almeida Cuando el poder se manifiesta como un ejercicio de dominación es inevitable que surjan resistencias desde quienes se ven afectados o dañados, no hay relaciones de poder sin resistencias” decía Foucault (2000: 82). El Subcomandante Moisés del EZLN decía que la resistencia para las y los zapatistas “...es ponerse fuerte, duro, para dar respuesta a todo, cualquiera de los ataques del enemigo, del sistema…”, y agregaba que “...no puede haber así nada más resistencia y rebeldía si no hay organización” (2015:138). En México las relaciones de poder transitan por caminos formales e informales. Silvia Rivera Cusicanqui (2010) plantea que el ciclo colonial y el ciclo liberal se interceptan y no sólo condicionan el actuar del Estado y las élites, sino que también han moldeado la convivencia social y aunque su análisis se centra en Bolivia pareciera un espejo en el que México puede verse reflejado. Joe Foweraker (2018) argumenta que en América Latina no se puede hablar de democracia u oligocracia sino de “polity”, un sistema político que combina ambos dominios en un sistema contradictorio y sincrético de dos formas de poder a través de una mezcla de instituciones formales e informales. Los sujetos que resisten son igualmente contradictorios y sincréticos, tal vez paradójicos. La resistencia y la dominación fluyen en simultáneo, en ocasiones formando campos claramente distinguibles, pero tal vez en la mayoría creando tensas intersecciones en las que los sujetos que resisten se desdoblan entre ambas. Para entender a los sujetos que resisten es indispensable explorar las formas de dominación con las que se intenta anular las posibilidades de resistencia en México. Rhina Roux (2005), retomando el análisis de Bonfil Batalla, caracteriza tres formas o senderos de las resistencias: la conservación identitaria, la apropiación de elementos ajenos y la innovación para adaptarse a nuevas formas de dominación. Esos tres senderos son paradójicamente similares a los que recorren las formas de dominación para cortarle el paso a las resistencias. Una estrategia ha sido la criminalización que legitima la reacción violenta a los movimientos de protesta o antagónicos a quienes ostentan el poder formal o informal, mezclada con un complejo sistema clientelar que al mismo tiempo que reconoce algunas reivindicaciones coyunturales, genera relaciones de lealtad y subordinación focalizadas en actores con roles de liderazgo que entonces oscilan entre la representación y el cacicazgo. Es la transformación de movimientos de resistencia en agentes paraestatales para controlar o contener nuevos movimientos de resistencia, es su caciquización y su sometimiento a las lógicas y estructuras del colonialismo interno como las plantea González Casanova (2003). Algo similar ocurre con la corporativización que logra despresurizar la tensión social sin necesidad de desarticular los movimientos de resistencia. La efectividad del corporativismo es su capacidad para cooptar las diversidades y divergencias y contenerlas en “cajones de arena” en los que puede haber debates y conflictos encarnizados entre corrientes, pero que logran ser aislados del resto del sistema. Otro fenómeno que paralelamente potencia los procesos de resistencia y los contiene es el de la ongización, algo que Arundhati Roy (2004) analiza en el caso de la India pero que es un fenómeno probablemente global. De alguna forma la asesoría y acompañamiento de las ONG’s se traduce en una tensión similar a la del campo de refugiados en el que el cuidado y el control se entrelazan (Agier, 2011). Tiende a canalizar los procesos de resistencia sobre todo hacia rutas jurídicas e institucionales mediadas por ONG’s que a veces fortalecen su capacidad de incidencia política ante las agresiones inmediatas del Estado o permitidas por él, pero en otras desarticulan o contienen su potencial insurreccional más radical y profundo. El cuarto elemento es el de la guerra informal que convirtió el terror en un contenedor de las resistencias y la violencia anónima en una pantalla perfecta para la acción paramilitar al servicio de actores estatales, del mercado y de las estructuras informales de

Manahuia/Mayo 2023 poder. Las desapariciones y asesinatos se volvieron tan cotidianos como impunes, lo que disolvió en las estadísticas las agresiones en contra de procesos de resistencia y quienes los integran, incluso las acciones paramilitares se camuflaron como parte de la violencia de los carteles. Una quinta estrategia es la que ha transformado la premisa de la contrainsurgencia de “quitarle el agua al pez”, a la de envenenar el agua para que el pez no pueda siquiera entrar en ella. La clasificación de toda oposición como un monolito antagónico al “bien común” en donde los movimientos de resistencia quedan en la misma bolsa que los caciques más brutales, los empresarios más rapaces y la clase política más corrupta para deslegitimar sus motivaciones e invisibilizarlos bajo la larga historia de atrocidades de las élites que fueron desplazadas del poder formal por las élites que lo detentan. Los caminos para transitar este laberinto son muy diversos, tanto como los sujetos que resisten, sin embargo, en todos los casos significa enfrentar al Estado como obstáculo o como enemigo. En todos los casos significa también articular redes con otros sujetos y en la mayoría de los casos significa entrar en otras agendas. Tal vez las tensiones más fuertes están entre la autonomía y la negociación y la relación con los actores causantes de las agresiones contra las que se resiste. Hay casos excepcionales como el del EZLN en el que la autonomía se traduce en un territorio en el que no sólo se mantienen en resistencia y refuerzan su rebeldía frente al Estado, sino en el que construyen relaciones sociales bajo sus propios términos, sin embargo, son precisamente eso, excepcionales. En la mayoría de los procesos de resistencia la presión y la negociación, sobre todo en la relación con el Estado, están siempre en el ambiente y se convierten en parte de los procesos mismos. Esa relación de presión-negociación mutua y toma muchas rutas. En lo jurídico se puede traducir en recursos de amparo contra una acción gubernamental o puede, por otra parte, convertirse en la amenaza de prisión en contra de quienes resisten. En lo mediático se convierte en la disputa de lo que Sun Tzu llamaba “el camino”, de la legitimación social y la definición de la narrativa moral, usualmente binaria, entre quiénes son héroes y quienes villanos. En términos organizativos y de acción social implica el constante análisis y debate de cómo encontrar el punto de posible negociación dentro del espectro entre la satisfacción de reivindicaciones coyunturales y la perspectiva de una lucha por transformaciones radicales, dicho de otra forma, entre el pragmatismo y la esperanza. Los sujetos que resisten a las múltiples formas de dominación, sus amenazas, agresiones y daños se ven obligados a transitar un laberinto en el que a veces es difícil, si no imposible, distinguir aliados de enemigos, porque a veces lo son en simultáneo; un laberinto en el que tienen que enfrentar las narrativas que se supone que existen para proteger y potenciar las resistencias, por ejemplo el desarrollo sustentable que se usa para legitimar la destrucción de ecosistemas, o los derechos humanos que a menudo sirven de marco para justificar los abusos de poder; un laberinto en el que los sujetos que resisten tienen que enfrentar cotidianamente el dilema entre sobrevivir un día más y poder soñar con la posibilidad de un mundo más digno. Referencias • Agier, M. (2011) Managing the Undesirables, Cambridge. Polity Press • Rivera Cusicanqui, S. (2010) Violencias (re) encubiertas en Bolivia. Mirada Salvaje, Editorial Piedra Rota • Foucault, M (2000) Un diálogo sobre el poder y otras conversaciones. Alianza Editorial • Foweraker, J. (2018) Polity. Lynne Rienner Publishers • González Casanova, P. (2003, Octubre). Colonialismo Interno (una redefinición). Rebeldía, (12), 41–59. • Roux, R. (2005) El Príncipe Mexicano. Era • Roy, A. (2004). Public power in the age of empire. Seven Stories Press. • Subcomandante Insurgente Moisés. (2015). Resistencia y Rebeldía Zapatistas I. En El Pensamiento Crítico Frente a la Hidra Capitalista (pp. 137–149).

Manahuia/Mayo 2023 Militarización y militarismo: nubarrones de tormenta Roberto Alonso “Son múltiples y son simultáneas. Son tormentas ambientales, militares, políticas, paramilitares, económicas, feminicidas.” Raúl Zibechi Sobre la expansión del poder militar se ha escrito recurrentemente en los últimos años. No es para menos, pues poco se veía en el horizonte político un escenario de esta naturaleza con un gobierno que no sólo guardaba distancia ideológica del régimen que se dispuso cambiar, sino que explícitamente trazó como ruta el regreso del personal castrense a sus cuarteles. Sobre lo que se reflexiona poco es acerca del trastocamiento del (des)orden social a partir de este ensanchamiento, de la perturbación que genera en un sistema democrático de suyo debilitado y de la adversidad que supone para la vigencia de los derechos humanos. Este artículo busca aportar a lo segundo, asumiendo que la alteración en cuestión se ha ido configurando como una preocupación de cara al futuro inmediato, uno en el que las Fuerzas Armadas se van consolidando como un poder fáctico en la escena nacional. Algo no previsto en el guion y que, sin embargo, será sin duda uno de los legados fundamentales de la administración de Andrés Manuel López Obrador. Las manifestaciones ocurridas en más de 20 ciudades el pasado 12 de marzo, en las que militares en retiro y activos, junto a familiares y simpatizantes, salieron a las calles a protestar por la acusación hacia cuatro soldados detenidos por su participación en la ejecución de cinco civiles en Nuevo Laredo, Tamaulipas, exigiendo el restablecimiento del fuero militar, son reflejo del peligro de este poder fáctico. No por sus números y el logro de su cometido, como por la sola reivindicación en el espacio público de demandas de impunidad contrarias a la noción más elemental de justicia de un Estado democrático de derecho. “Al soldado no se toca ni golpea, se respeta”, se podía leer en una pancarta sostenida por una mujer afuera de la VI Región Militar en Puebla capital, acompañada por dos menores de edad ataviados con indumentaria militar, uno de ellos con un arma de juguete en sus manos. Junto a esta inquietante expresión, el caso de espionaje al defensor de derechos humanos Raymundo Ramos mediante el uso del malware Pegasus, recientemente difundido por una alianza de medios informativos (Animal Político, Aristegui Noticias y Proceso) y organizaciones especializadas de la sociedad civil (Artículo 19, R3D y SocialTIC), puede ayudarnos a dimensionar los nubarrones de tormenta que podrían estar acechando nuestro entorno de libertades y derechos. Nubarrones que han encendido alertas sobre la posibilidad de que en México se estén sentando las bases para un Estado militar. “El espionaje del ejército mexicano genera temores de un ‘Estado militar’”, tituló The New York Times su reportaje en español sobre el uso de herramientas de vigilancia contra Ramos, quien al frente del Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo ha documentado en los últimos 20 años abusos de las Fuerzas Armadas en Tamaulipas, entre ellos usos excesivos de la fuerza y, concretamente, presuntas ejecuciones extrajudiciales cometidas por militares en julio de 2020. ¿De qué estamos hablando? El poder militar emerge en nuestra actualidad con dos cabezas

Manahuia/Mayo 2023 visibles: militarización y militarismo. Hasta hace poco, hablar demilitarización implicaba situarnos en un ámbito concreto de análisis, el de la seguridad pública. Históricamente, que no desde el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, las tareas de seguridad del Estado mexicano se han desarrollado con mayor o menor contribución militar; el papel del Ejército y su lógica de contrainsurgencia en los años sesenta y setenta es un ejemplo de lo anterior. En todo caso, la llamada “guerra contra las drogas” iniciada en 2006 colocó a las Fuerzas Armadas en la primera línea de combate y como actor principal de la estrategia de seguridad en ese sexenio, lo que hasta la fecha se ha continuado y profundizado con andamiajes legales, territoriales y presupuestales más apuntalados. La novedad del sexenio lopezobradorista radica en que las Fuerzas Armadas ya no sólo están en la primera línea de combate al crimen organizado, sino al frente de programas de gobierno, obra pública prioritaria y en la administración de instituciones y proyectos estratégicos en los que ni el Ejército ni la Marina figuraban con tal centralidad. Más aún, desde la tribuna presidencial se ha fortalecido la imagen de unas Fuerzas Armadas incólumes e incorruptibles, a las que se puede recurrir en todo momento -en realidad como primera respuesta- para la atención y resolución de prácticamente cualquier problema. Ante esta inesperada evolución del rol de la institucionalidad militar más allá de la seguridad pública, es que ha sido necesario recurrir a la distinción entre militarización y militarismo con miras a entender ante qué estamos y alcanzar a otear eventuales riesgos de la expansión del poder militar. De acuerdo con Peter Kraska, el militarismo es una ideología, esto es, un conjunto de creencias, valores y supuestos que subrayan la importancia del uso de la fuerza y la amenaza de la violencia como el medio más apropiado para resolver problemas. La militarización, siguiendo a este autor, es la aplicación de dicha ideología, lo que se traduce en asumir y aplicar los elementos de la doctrina militar a una situación particular. Para Daira Arana y Lani Anaya, la militarización es un proceso a través del cual funciones primordiales del Estado se llevan a cabo con lógicas militares, los problemas se observan desde una perspectiva de amenaza y se recurre a dinámicas bélicas para solucionarlos; mientras que el militarismo consiste en la preponderancia del poder militar sobre el poder civil en términos políticos. De manera breve, estas autoras sostienen que mientras la militarización responde a las preguntas quién (militarización directa) y cómo (militarización indirecta), el militarismo responde a la pregunta quién decide sobre quién en el sistema político. Si bien hay un debate abierto en torno al significado de ambos conceptos, lo cierto es que la realidad mexicana puede dar cuenta de ambos procesos: uno de incremento de quehaceres que se realizan con base en la doctrina militar (militarización indirecta), cuando no por las propias instituciones castrenses (militarización directa) vinculadas o no al ámbito de la seguridad; y otro de y otro de dominio de la racionalidad militar en la esfera política y, por tanto, en la intervención pública del Estado. Pero cómo llegamos hasta aquí. ¿En qué momento pasamos de hablar de la necesidad de desmilitarizar la seguridad pública y de retirar a soldados y marinos de las calles -antes de que avanzara siquiera la militarización en otros ámbitos de la vida pública- a prevenirnos por la preponderancia de lo militar sobre lo civil, constatando que un brazo de las Fuerzas Armadas de nuestro país -el Ejército-, lejos de tomar distancia de la tarea de seguridad, dirige hoy los esfuerzos en la materia y, todavía más -empoderado como está- alberga una estructura de espionaje ilegal usada en contra de personas defensoras de derechos humanos y periodistas sin ningún control? Detrás de la tormenta Si bien la respuesta a esta interrogante es también la crónica del sexenio, conviene recordar algunos de los hitos que podrían vertebrar dicha crónica y con ello mostrar la contundencia de un empoderamiento militar que sin controles civiles externos puede convertirse en el principal obstáculo para la defensa de derechos humanos y cualquier impulso democrático. El punto de inflexión fue noviembre de 2018, antes de que López Obrador tomara posesión como presidente de México. A mediados de dicho mes, con motivo de la presentación de su Plan Nacional de Paz y Seguridad, el entonces presidente electo anunció la creación de una Guardia Nacional como instrumento para combatir la delincuencia organizada y preservar la seguridad pública, integrada por cuerpos civiles y militares, pero con mando y adiestramiento a cargo de las Fuerzas Armadas. Aunque este plan incluía otros aspectos clave como procesos de justicia transicional, regulación de drogas y combate a la impunidad, el tema que terminó acaparando la discusión y el desarrollo de la política de seguridad, subsumiendo a ella todo esfuerzo orientado a la pacificación del país, fue el de la Guardia Nacional.

Manahuia/Mayo 2023 Hoy sabemos que lo que inició como un planteamiento presidencial de mando militar fue atajado en el proceso de reforma constitucional elevando a este rango un mando civil para la Guardia Nacional y, en consecuencia, su adscripción a la secretaría del ramo: la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana. No obstante, pese al amplio consenso legislativo de principios de 2019, apenas unos meses de haber iniciado la administración lopezobradorista, el presidente empujó en el segundo semestre de 2022 una reforma secundaria -no teniendo la fuerza parlamentaria necesaria para que fuese constitucional- a fin de trasladar la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), transgrediendo el texto constitucional e insistiendo en la formulación original. Así lo confirmó la Suprema Corte de Justicia de la Nación el pasado 18 de abril, invalidando la transferencia de la nueva corporación de seguridad a la secretaría mencionada. En paralelo a este periodo en el que en un mismo sexenio pasamos de diseñar una institución civil a conformar un cuerpo militar más, se legalizó la participación de las Fuerzas Armadas en labores de seguridad pública primero hasta 2024 y luego hasta 2028, esto último con la introducción de mecanismos de control parlamentario, rendición de cuentas y supervisión que, precisamente, la segunda entrega del trabajo de investigación “Ejército Espía” sostenida en documentos de la Sedena filtrados por el colectivo Guacamaya, ha puesto a prueba. En medio de este intervalo y dejando de lado la discusión que sigue pendiente en la Suprema Corte de Justicia de la Nación sobre la constitucionalidad del traspaso de la Guardia Nacional a la Sedena y la permanencia hasta 2028 de las Fuerzas Armadas en las calles, lo que diferentes espacios de la sociedad civil y el periodismo han documentado es una acumulación progresiva de encargos, responsabilidades y presupuesto en manos de estas, es decir, una expansión del poder y la presencia militar en la vida pública, con independencia de lo ocurre en el campo de la seguridad De acuerdo con el Inven tario Nacional de lo Militarizado elaborado por un equipo de investigadores del Centro de Investigación y Docencia Económicas, desde 2006 más de 200 funciones que ejercían instituciones civiles han sido transferidas al Ejército y la Marina, la mitad de las cuales se han trasladado durante el sexenio de López Obrador, entre ellas -por su magnitud-, la construcción de obras prioritarias como el Tren Maya, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles y las sucursales del Banco del Bienestar; el control de puertos y aduanas; la contención de migrantes; la entrega de programas sociales; la instalación y administración de viveros; y la distribución de insumos médicos y libros de texto. Más recientemente, en un polémico cierre de trabajo legislativo, la Cámara de Diputados y el Senado de la República aprobaron en menos de una semana que la Sedena reciba el 80% de los recursos que ingresan al Estado por concepto de derechos turísticos; la autorización a la misma dependencia para crear y operar una nueva línea aérea comercial, así como para administrar el espacio aéreo; y la incorporación de la Secretaría de Marina (Semar) y la Sedena a la junta de gobierno del organismo que sustituirá al Conacyt. Por lo que toca al presupuesto, la organización México Unido Contra la Delincuencia reporta que entre 2006 y 2021, antes de que se sumara de facto la Guardia Nacional a la Sedena, los recursos de esta secretaría crecieron 163%, en tanto que tan sólo en un año, de 2020 a 2021, el presupuesto de la Semar se incrementó en un 393%. La realidad y los datos están allí: más facultades, más presencia, más dinero. En suma, un poder, de suyo fáctico, más fortalecido. ¿Tiempo de tormenta(s)? Regresando a Zibechi, el pliegue de las tormentas es resultado de un patrón global de acumulación de poder por la vía del despojo y la depredación que deriva en muerte y destrucción. Desde esta perspectiva sistémica importa que nos preguntemos por el sentido del proceso creciente de militarización en nuestro país y la ideología militarista que le acompaña, reproduce y protege. ¿A qué responden los nuevos roles estructurales que registran las Fuerzas Armadas en México? ¿Vistos los efectos de la militarización de la seguridad pública en materia de derechos humanos en los últimos 16 años, qué nos puede deparar con un poder militar empoderado y con mayor protagonismo en otros espacios de la vida pública? ¿Es posible construir democracia más allá del momento electoral con un poder fáctico tan robustecido? La investigación “Ejército Espía”, vista como punta del iceberg del poder militar, ha puesto en evidencia que sin facultades legales para intervenir comunicaciones, el Ejército generó un reporte sobre las comunicaciones privadas de un defensor de derechos humanos que fue hecho del conocimiento del titular de la Sedena con el fin de interferir en sus investigaciones sobre ejecuciones extrajudiciales en Nuevo Laredo, Tamaulipas. Si esto no lo sabía el presidente López Obrador, grave; pero si sí lo sabía, grave también, pues en uno y otro supuesto, lo que parece prevalecer es la racionalidad militar sobre la racionalidad civil en la toma de decisiones políticas que, sin controles efectivos, impide el más mínimo ejercicio de rendición de cuentas. De modo inesperado y a paso firme, las relaciones cívico-militares en México se han trastocado de manera profunda en beneficio de las instituciones castrenses -al menos de sus élites- en el sexenio que prometía acotar el protagonismo militar. Los próximos años serán decisivos para saber si la ecuación se invierte por completo en favor del poder castrense.

Manahuia/Mayo 2023 diversidad sexual; en una mesa de trabajo que tocaba el tema de lo transgénero y la transexualidad. Y me acuerdo porque, ella al final de una ponencia, levantó la mano, se paró y básicamente regañó al ponente. En la entrevista Marco detalló los inicios de Agnes Torres en el activismo LGBT + en Puebla y cómo fue que ambos se unieron para trabajar un proyecto de iniciativa de ley de identidad sexual y de género para personas trans: Poco tiempo después ella empezó a participar en Erósfera, un espacio que se abrió en el centro de la ciudad y que tenía varias actividades, siendo una de ellas la terapia psicológica, en especial a personas que estaban en proceso de transición sexo genérica, a estas personas Agnes les brindaba acompañamiento psicológico. Un día, Brahim [Zamora] y yo estábamos haciendo incidencia en el Congreso y nos la encontramos sentada en una banquita afuera de la oficina de una diputada. Agnes se acercó a ella porque se había dicho que era feminista y entonces la lectura era que podía ser una aliada, de tal modo que quería ver la posibilidad de iniciar la reforma para el reconocimiento de la identidad autopercibida de las personas transgénero y transexuales en su acta de nacimiento y documentos oficiales, ya que Agnes había participado en la reforma de la Ciudad de México y quiso replicar el ejercicio legislativo en Puebla. Pero se topó con un ambiente distinto, una configuración política del Congreso poco entendida sobre el tema y con muchísimos prejuicios. La diputada básicamente le dijo a Agnes: “Ah, pues mira te presto a un asesor y a ver qué puedes hacer, pero no me comprometo a más”. Ese fue el día que la encontramos y era evidente que Agnes estaba muy triste. Nos contó lo que le pasó y entonces Brahim y yo le dijimos: “Oye, estamos impulsando la agenda de trabajo del Odesyr ¿por qué no trabajamos juntos? En los siguientes meses, Marco y Agnes trabajaron en un documento de iniciativa de ley para presentarlo en el Congreso de Puebla, desafortunadamente Agnes no vería la versión final de ese documento, ni mucho menos se lo presentaría a esa legislatura. La veían porque la veían María del Consuelo Ávila Vaugier Marzo es el mes de las mujeres en toda su diversidad y también es un mes para recordar a Agnes Torres, la activista por los derechos humanos de las personas trans, ya que hubiera cumplido 40 años este 23 de marzo; y el 10 marzo es su aniversario luctuoso número once. La primera vez que quien esto escribe vio a Agnes Torres fue en 2007, fue en ““Erósfera”, una organización de derechos sexuales y reproductivos, y diversidad sexual en la cual fuimos compañeras. Aquel día Agnes llevaba puesto un vestido escotadísimo, con estampado de piel de leopardo, unas zapatillas abiertas que mostraban un pedicure perfecto, maquillaje, cabello y uñas de celebridad. Solo la vi una vez usando pantalones porque era invierno y de todas formas calzaba zapatillas abiertas y una blusa muy escotada debajo de la chamarra de mezclilla que hacía juego con sus pantalones pesqueros. Era una mujer que no pasaba inadvertida, la veían por que la veían. Ella ya era una psicóloga egresada de la Universidad Veracruzana cuando yo aún estaba en la facultad y una vez la entrevisté para la tarea de una materia. No éramos amigas, ni siquiera éramos cercanas, pero sentía una profunda admiración por ella, tanto por su belleza física, como por su trabajo como activista. En este México, que es uno de los países más peligrosos para las personas defensoras de derechos humanos y el segundo más letal para las mujeres trans1, de quienes no se espera una vida que pase de los 35 años, Agnes ya había arrastrado a lo largo de su vida adulta, una serie de discriminaciones, violencias y violaciones a sus derechos. A finales de 2021 entrevisté a uno de sus colaboradores más cercanos: Marco Antonio Moreno, abogado, activista y cofundador del Observatorio Ciudadano de Derechos Sexuales y Reproductivos ODESYR A.C. Según me confió, él vio a Agnes por primera vez en un evento en el auditorio de la Facultad de Filosofía de la BUAP: Me parece que fue en una semana cultural de la Reportaje

Manahuia/Mayo 2023 Pero la supuesta fiesta era una trampa, Agnes fue torturada y degollada, posteriormente su cuerpo y su automóvil serían quemados y abandonados a un lado de la Autopista Siglo XXI, por los rumbos de Atlixco; el auto siniestrado y el cadáver fueron encontrados al día siguiente, el 10 de marzo. Ante la presión social la entonces Procuraduría General de Justicia actuó con cierta eficacia y en ese contexto Sin Embargo informó que los primeros en ser detenidos fueron Agustín Flores Zechinelli, Marco Antonio Berra Espezzia y el menor de edad, y que entre el 15 y el 16 de marzo de 2012, “se desplegó un operativo en Mérida, Yucatán para buscar a Luis Fernando Bueno Mazzoco” y a Jorge Flores Z, quienes habían escapado hacia esa ciudad. En esa ocasión, solo lograron detener a Bueno Mazzoco, “quien confesó haber participado en el crimen. [Y] Desde el 28 de marzo del 2012, el Juez penal de Atlixco emitió una orden de aprehensión en contra de Jorge “N”.1 El menor de edad fue el autor material del asesinato de Agnes, por lo que fue sentenciado a tres años y a recibir tratamiento psicológico. El joven cumplió su sentencia y fue liberado en 2015. El 8 de marzo de 2016, Bueno Mazzoco y Flores Zechinelli fueron condenados a 35 y 23 años respectivamente por los delitos de homicidio calificado y robo agravado de vehículo Y fue hasta 2018 que Berra Espezzia recibió una condena de 35 años, junto con una multa por reparación del daño material de $17, 891, otra de $59, 080 por daño moral y una de $177, 000 por los delitos de homicidio calificado y robo de vehículo; la medida se aplicó a todos los demás involucrados1. Mientras tanto, Jorge Flores continuó prófugo y fue hasta 2019 que el caso fue retomado por el juez penal de Atlixco, Enrique Romero Razo y en diciembre de ese año, Jorge fue detenido en Villa Aldama, Veracruz; y enviado al centro de readaptación social de San Miguel en Puebla. Finalmente, en 2022, diez años después del asesinato de Agnes, Jorge Flores Z fue sentenciado a 45 años en prisión y a pagar las mismas multas que sus cómplices1. Pero tras la tragedia hubo también revictimización por parte de la prensa. Recapitulando los hechos, Marco recordó la tormenta de esos primeros días, después del hallazgo del cuerpo de Agnes: Si bien pudimos hacer cierta contención, no fue posible generar una versión inmediata que se quedara en todos los medios de comunicación. El tratamiento de las notas no fue el mejor: siempre masculinizando a Agnes y refiriendo el nombre anterior. Como señala Mati González Gil en su artículo para Vice "Entiéndanlo: las trans nacimos con pene, pero nunca hemos sido hombres", una mujer trans nunca ha sido hombre, por tanto la prensa poblana la revictimizó al difundir el nombre asignado por sus padres, en vez de el nombre que Agnes eligió, con lo cual se violó su derecho humano a la identidad. De tal modo que, aún después de ser asesinada se le siguió discriminando En el crimen de Agnes se violaron los derechos a la vida, a la seguridad personal, a vivir una vida libre de violencia y a no ser sometida a tortura y a tratos crueles; porque no importa que sus asesinos fueran civiles, el Estado está obligado a llevar a cabo acciones que protejan a las personas del colectivo LGBT+ y prevengan esta clase de delitos. La reparación del daño para la familia de Agnes Torres se quedó restringida al plano monetario, no hubo acompañamiento psicológico para la familia, ni medidas ni garantías de no repetición. Lo más que se llegó a hacer para conservar la memoria, fue inaugurar en 2019 una placa en honor a Agnes, en un camellón sobre el Boulevard Héroes del 5 de Mayo, frente a la Fiscalía, debajo de un puente para bicicletas, en un lugar por el que casi ningún peatón transita. . Pero evidentemente la muerte de Agnes fue un parte aguas en el marco de la reivindicación de los derechos de la comunidad trans. Según Marco: Empezó un proceso muy duro, pero ese ya es el después de Agnes, y es un poco lo que Brahim [Zamora] señalaba: que a Agnes no la enterramos, a Agnes la sembramos. Comenzamos una serie de acciones en conjunto y vinieron los reclamos públicos, porque mataron en ese mismo fin de semana a dos chicos gay; y se armó una mesa de Gobierno del Estado con los principales titulares de las secretarias, se redactó un pliego petitorio y se trabajó aproximadamente tres meses a grandes velocidades. La muerte de Agnes, fue una cuota de sangre que liberó muchos temas atorados Con respecto a su asesinato, todas las versiones coinciden en que Agnes desapareció luego de viajar a Chipilo a festejar su cumpleaños. Una nota de Sin Embargo1 consigna que el 9 de marzo de 2012, ella habría sido citada por un grupo de varones: Jorge Flores Z (quien aparentemente era su novio), sus amigos Agustín Flores Zechinelli, Marco Antonio Berra Espezzia, Luis Fernando Bueno Mazzoco y un menor de edad, se entiende que celebrarían juntos. Marco mencionó en la entrevista lo mucho que a Agnes le gustaba irse de fiesta, bailar y cantar…

Manahuia/Mayo 2023 en el legislativo, como las agravantes de odio en los delitos de homicidio y lesiones, y aumentar las penas en este tipo de delitos-. . Para dar una idea de la relevancia de Agnes Torres en el campo de la defensa de los derechos humanos, basta con con saber que el 20 de marzo de 2012 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, publicó un comunicado de prensa: La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condena el asesinato de Agnes Torres Sulca, persona trans y defensora de los derechos humanos de personas lesbianas, gays, trans, bisexuales e intersexuales (LGTBI) en México. […] La CIDH recuerda que es obligación del Estado investigar de oficio hechos de esta naturaleza y sancionar a los responsables. […] En este sentido, la Comisión Interamericana insta al Estado de México a abrir líneas de investigación1. La muerte de Agnes se convirtió en el motor que movió a sus colaboradores, amistades y a otras personas trans a continuar con su sueño: una ley de identidad para personas trans, ya que el sueño de Agnes era poder ver su nombre, el que ella eligió, en su título profesional de psicología; el cual le fue otorgado por la Universidad Veracruzana de manera póstuma, en un homenaje realizado en las instalaciones de la institución en mayo de 2014. En noviembre de 2020, varias colectivas feministas tomaron el Congreso del Estado de Puebla, con el objetivo de que los y las legisladoras despenalizaran el aborto y redactaran la ley de identidad para personas trans por la cual Agnes había luchado una década atrás. En febrero de 2021, La Ley Agnes Torres fue promulgada y con ella se realizaron cambios en el Código Civil Estatal que le permiten a las personas trans modificar sus documentos personales, para que contengan el nombre y género con el que se identifican. Referencias 1 Barragán, Almudena. “Radiografía de los derechos de las personas trans en México”. El País. 28 de junio de 2020. Web. Fecha de acceso 13 de marzo de 2022. https://verne.elpais.com/verne/2020/06/28/mexico/1593358995_ 407620.html 1 Redacción. “La citaron a una fiesta y allí la torturaron, la degollaron. Así fue el asesinato de Agnes Torres” Sin Embargo. 11 de diciembre de 2019. https://www.sinembargo.mx/11-12-2019/3694336 1 Sin Embargo s/n. 1 Recuperado de https://www.oas.org/es/cidh/prensa/comunicados/2012/032.asp 1 Sin Embargo, s/n. 1 Redacción. “10 años después, condenan a 45 años de prisión al asesino de la activista trans Agnes Torres”. Animal Politico. 6 de julio de 2022. https://www.animalpolitico.com/2022/07/activista-trans-agnestorres-sentencian-asesino-puebla/

Manahuia/Mayo 2023 contaste que esa amiga la convenció de casarse con su papá viudo. Dieciséis años ya tenía, Lala. Él, migrante chino, cuarenta y cinco. Cuando contabas la historia de tus padres te emocionabas, no te preguntabas ni que escondía la historia. Se llevaban bien, había cariño, tuvieron cinco hijas. Nadie se preguntaba la naturaleza del matrimonio, cuestionar algo así no se vería bien. Te cuento esto quizá solo para revelar una herida. Tu historia no fue mejor. Te criaste con tus padres y tus hermanas, desde chica aprendiste a hacer comida china y nada más, convivías con la gata que tuvo a sus hijitos en el restaurante. Tu papá chino usaba a la gata para ahuyentar a las ratas, tú te enojabas porque ella se ponía a la defensiva y no dejaba que tocaban a sus cachorritos. Luego conociste a Luis, mi abuelo, se mudaron por razones. laborales de él. Un día estabas en el tendedero comunitario del lugar donde vivían, te encontraste en tu camino a mujeres que te enseñaron a hacer frijoles. Todo el tiempo te he escuchado contar esa historia del logro mayor en tu vida: salir de tu zona de confort del arroz chino y aprender hacer frijoles. Te divertías con esas mujeres, se rieron la primera vez que lavaste ropa y esta se decoloró. Tu esposo no se enojó, decías, “¡Qué gran milagro que tu abuelo me aceptó sin saber hacer nada! Ni un plato había lavado yo.” Te sentías afortunadade que tu esposo no te lo exigiera almomento del matrimonio, aunque se había convertido en tu labor por el resto de tus días. Mi mamá también estaba a mi lado, cuidándote. Pero lleva más días sin dormir y se puede escuchar un poco de sus ronquidos. No me importa ni pienso despertarla. Pero las veo a las dos claramente. Ella, madre soltera, siempre estuvo a tu lado. Cuando me concibió a mí, tú la corriste de tu casa. Ella ya tenía trabajo estable, un hogar hecho por sí misma, me decidió tener y años después le pediste perdón por haberla tratado así. Yo solo escribo para recordarte que estoy aquí por ustedes, por Lala, por ti Celia, por mi mamá Margarita. En un cuarto del hospital, junto a otras enfermas desconocidas, tengo la imagen de mi madre y de ti, mi abuela. Todo el día tuve presente la canción Gracias a la vida, tengo ganas de cantártela pero no quiero despertar a nadie. Pero yo sabía bien porque tuve la canción todo el día en mi cabeza, porque lloré cuando necesité escucharla de camino al hospital. Lo tuve claro y reviviendo la historia de tu vida, de las mujeresque vinieron antes de ti, de mi mamá y las que vendrán en la familia, sé que el único propósito de mi vida sería hacer valer ese Epístola V Narda Isabel Flores Flores • Para Celia Wong Díaz de su nieta, Isabel. Estoy a tu lado, tomando tu mano, revisando entre líneas tu respiración, que no te despiertes abruptamente y en tu estado de inconsciencia pidas pararte para ir a comer garnachas chiapanecas. Te escribo porque me mantiene con la esperanza que despertarás yte podrás levantar por tu cuenta, que me reconocerás y no dirás el nombre de alguien más, que nos abrazaremos nuevamente, que estaremos sentadas en la mesa del comedor jugando cartas mientras me cuentas nuevamente la historia de cuando te casaste y abandonaste todo por amor, por tu familia. Escuchar nuevamente tu historia de perdón, de aprender a caminar sola, de la iglesia siendo tu salvación. Al momento sigues sin despertar del sueño, hablas por momentos, dices el nombre de tu madre: Eduarda, Lala, de cariño. Yo estoy en un estado casi similar al tuyo; mi mamá, mis dos primas y yo llevamos noches en vela cuidándote, también es como si yo estuviera en la cama del hospital, irreconocible de mi realidad. Lala, pienso, y la cabeza se me va de lado como si fuera a quedarme dormida, y la veo con claridad a ella, cruzando la montaña. Siempre se me hizo de película la forma en que narrabas la historia de cuando tu mamá inmigró de Guatemala a México, decías que agarró sus cosas, a su hermana y se fue un día de su casa; nunca explicabas las razones de la escapada, quizá tampoco ella dijo nada de esa vida pasada. Pero siempre estaba presente la montaña, que día y noche cruzó caminando para llegar Cartas para crear otros futuros

Manahuia/Mayo 2023 legado.Las conversaciones eternas de cuando veías noticias de feministas haciendo marchas, cuando a pesar de ser católica y dedicarle tu vida a eso defendías que cada mujer eligiera por sí misma, cuando apoyaste a tus nietas cuando tomaban malas decisiones, cuando veías sus tatuajes y en lugar de enojarte te reís. Ese era el legado que seguiremos toda nuestra vida:elegir pornosotrasmismas. Y sé que en unos minutos empezarás a hacer ruidos y te saldrá sangre de la nariz, que intentarás respirar,pero nada funcionará, y que vendrá la enfermera y la doctora para preguntar una vez más si en verdad no queremos hacer el intento de revivir, y que con la fortaleza y amor de un corazón que está viendo a la mujer de su vida morir, diremos que no, que ya es hora de descansar, pero estrás entre nosotras,así como lo estuvo tu mamá Eduarda subiendo la montaña, siempre subiendo la montaña.

Manahuia/Mayo 2023 Fechas (para no echar en saco roto) 9 de enero. Muere a los 77 años de edad Don Miguel Concha Malo, fraile e incansable defensor de los derechos humanos. 15 de enero. Ricardo Lagunes y Antonio Díaz, personas defensoras de los derechos humanos, desaparecieron cuando regresaban de una asamblea comunitaria en el municipio de Aquila, en el estado de Michoacán. Organizaciones e instancias de la ONU se pronunciaron al respecto. Al 15 de mayo se desconocía su paradero. 18 de febrero. En Barrio Quinto, Santiago Mexquititlán Amealco Querétaro; se realizó la Segunda Asamblea Nacional Defensa del Agua y la Vida. 3 de marzo. El Congreso de Puebla aprueba las llamadas Ley Ácida y la Ley Monzón, que condena los ataques con sustancias químicas, y que se quite la patria potestad de padres agresores. Al acto acudió la saxofonista y activista pro defensa de los derechos humanos, María Elena Ríos. 8 de marzo. En todo el país cientos de miles de mujeres se movilizaron en el marco del Día Internacional de la Mujer, en Puebla fueron más de cincuenta mil. 13 de marzo, María Luisa Núñez, integrante del Colectivo “Voz de los Desaparecidos”, de Puebla, informa que en los primeros 72 días que van del 2023, han desaparecido 327 personas en el estado, eso equivale a que diariamente se reportan entre cuatro y cinco extravíos de personas en el estado de Puebla. 16 de marzo. El Juzgado de Oralidad Penal y Ejecución de San Andrés Cholula, Puebla reactiva el proceso judicial en contra del defensor de derechos humanos Miguel Lopez Vega. El defensor había sido absuelto en enero de 2020, al demostrarse que no existían suficientes pruebas que sustentaran los cargos imputados en su contra. Días después el 26 de abril en una audiencia judicial el también comunicador quedó definitivamente libre de las acusaciones de las cuales ya que había sido absuelto en 2020. 23 de marzo el Estado Mexicano ratifica la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores. 27 de marzo, mueren 40 migrantes, en su mayoría de Centro y Sudamérica, en un incendio registrado la Estación Migratoria de Chihuahua, perteneciente al Instituto Nacional de Migración. El incendio en Chihuahua estuvo precedido por la denuncia de organizaciones y académicos que en diversas ocasiones han dado cuenta de las condiciones inhumanas que enfrentan las y los migrantes en las estaciones migratorias del país. 28 de Marzo. Amnistía Internacional presenta su Informe anual 2023. Destaca, entre otras cosas que la crisis de derechos humanos mantiene la tendencia de agravamiento observada en los últimos 16 años. 12 de abril. El Juez Segundo de Distrito Juzgado en Materia de Amparo Civil, Administrativa y de Trabajo y de Juicios Federales en el Estado de Puebla —acatando una sentencia de la Corte— declaró que las concesiones mineras otorgadas a Almaden Minerals han sido canceladas, y sin posibilidad de volver a otorgarlas en este territorio. para la comunidad nahua y ejido de Tecoltemi, quien había interpuesto amparos contra la concesión que buscaba extraer oro y plata de su territorio. 16 de abril. Miriam Mariana, de 15 años, y Jesús Felipe, de 54 años, murieron a causas de los disparos efectuados por elementos de la Guardia Nacional (GN) en Nuevo Laredo, Tamaulipas. 18 de abril. Muere en la Ciudad de México, el sociólogo, historiador y defensor de los derechos humanos de los pueblos originarios, Pablo González Casanova. 18 de abril. El Centro de Derechos Humanos “Miguel Agustín Pro Juárez” (Centro Prodh), denuncia que nuevamente dos personas de su equipo fueron espiadas en al menos tres ocasiones durante el año 2022 con el software Pegasus.

Manahuia/Mayo 2023 18 de abril. La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de México declaró inconstitucional la reforma de López Obrador, para trasladar al Ejército el control de la Guardia Nacional, un cuerpo que él creó en 2019. 25 de abril. Parte de Pijijiapan, Chiapas, la Caravana El Sur Resiste, convocada por el Congreso Nacional Indígena y diversas organizaciones. La Caravana estuvo presente en diferentes pueblos y comunidades de Oaxaca, Veracruz, Campeche, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán afectados por megaproyectos como el Tren Maya y el Corredor Interoceánico. 28 de abril. Elementos de la Marina, de la Policía Estatal y de la Guardia Nacional desalojaron el plantón que pobladores mixes mantenían desde hace 60 días en el tramo del pueblo de Mogoñé Viejo-Vixidu, en San Juan Guichicovi, municipio del Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, en protesta por los daños causados a sus tierras con las obras de rehabilitación del tren interoceánico. Fueron arrestados seis personas que fueron trasladadas a Oaxaca y luego liberadas. 2 de mayo. Es asesinada en la comunidad de San Miguel Octopan, Celaya, Guanajuato Teresa Magueyal, integrante del colectivo “Una Promesa por Cumplir”. La mujer buscaba a su hijo José Luis Apaseo Magueyal, quien desapareció el 6 de abril de 2020. 3 de mayo. El Mecanismo para la Verdad y el Esclarecimiento Histórico (MEH) dio inicio al primer Diálogo por la Verdad, en el que recabó testimonios de víctimas directas y colaterales de agresiones perpetradas de 1965 a 1990. 3 de mayo. Agustín López Martínez, Juez de Enjuiciamiento de le Región Tres del Distrito Judicial de Ocosingo, dictó sentencia que condena a 2 años de prisión a los defensores del territorio tseltal del municipio de Chilón, César Hernández Feliciano y José Luis Gutiérrez Hernández. 4 de mayo, se presenta en El Colegio de México el libro “El caso Israel Arzate: un proceso de defensa paradigmático en materia de tortura” , de Simón Hernández León. 5 de mayo. Se lleva a cabo en San Cristobal de la Casas, Chiapas, el Encuentro Internacional El Sur Resiste.

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