Arath Alejandro Cantú González arath.cantu@iberopuebla.mx Realizo el trabajo de oficina usual, sin gran preocupación, esa es la manera de hacerlo. Abro así la primera carpeta con una fotografía anexada: «Encuentran cuerpo de periodista en medio del zócalo». Visiblemente le han arrancado un brazo, parece ya no tener ojos y los contenidos rosados de su cabeza salen por una abertura. ¿Existirá algún homicidio lindo? Prefiero observar mi placa: «Comisionado», esa es la palabra grabada en bronce. Hace unos meses era solo un triste superintendente. También he conseguido algunos kilos de más, pero mi mayor preocupación es si me irá bien esta noche. ¿Tendré suerte en la ruleta o en blackjack? Interrumpe mi pensar alguien tocando la puerta, ese escuálido de lentes es el asistente predilecto de la gobernadora. Cada que pasa lo veo con un corte o atuendo distinto. Buscan una relación cercana con el cuerpo policiaco. Yo presento la información, ellos eligen. Hoy hemos cerrado en promedio: 117 decesos, no más, no menos. Empiezo con el plato fuerte: la cifra pesada surge del descubrimiento de una fosa común. Los podridos cuerpos envueltos parecen no tener efecto. «Reciente tiroteo entre pandillas deja un saldo cargado con civiles», «Encuentran cadáveres colgados en puentes», «Asaltos a camioneros en masa». Nada le atrae. En un intento desesperado suelto la imagen del periodista. «Esto es basura». La ha dejado tirada ahí, tampoco quiero yo levantarla. Queda solo una carpeta, apenas diez casos, ni a una docena llega. Creo que ha funcionado antes, esta es mi ruleta de hoy. «Ahora, esto es perfecto. Sabíamos que podíamos confiar en ti». Deja antes de irse un sobre correspondiente a un banquete. Perfecto, plancharé mi hermoso uniforme. Al salir cierta figura con aroma a tabaco bloquea el camino. Es mi viejo compañero Antonio Loaiza, solíamos patrullar juntos. No le diría desnutrido, pese a ello es un flaco. Vestido a la antigua, saco y corbata. «¿Tom cómo puedes participar en ese circo sensacionalista? Deberíamos ponerle freno, no incentivarlo». En esta institución ni el machismo ni el desacato están permitidos, bienvenido al primer día de suspensión oficial, le respondo.
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