Del otro lado del espejo Y me quedo en los pasillos sin respuesta, con la mirada miserable, con miedo a abrir la boca en la mesa de mis amigas contando su día, luchando por comentar algo, temiendo sonar estúpida. Con ansiedad a lo desconocido, de acercarme a la persona que me gusta, de hablar con el compañero que se ve amigable al otro lado del salón; aprisionada en la trampa de mi autopercepción, en el silencio de mi voz. Sin resolución alguna ni final feliz esperándome al otro lado del espejo. Fotografía: David Arrollo Ortega
RkJQdWJsaXNoZXIy MTY4MjU3