Gaceta de Literatura IBERO Puebla

para salir del imperativo de la productividad y éxito? ¿Por qué las personas de la tercera edad ―antaño quienes detentaban la sabiduría― ahora son proscritas del sistema? El abordaje, aunque hablemos de la misma realidad, tiene consecuencias radicalmente opuestas. Desde la mirada médico-clínica, la persona sin salud mental tiene que entrar en un tratamiento (ya sea, a través de la medicación o de un enfoque psicológico clínico). Por lo tanto, el problema está en la persona, ella ―y solo ella― es la responsable de su cuidado y atención. ¿Por qué perdió la salud mental? Quizá porque no se adaptó a su contexto; probablemente porque no supo poner límites; porque no está segregando cierta sustancia en su cerebro, etc.; en definitiva, por su culpa o la de su organismo. El contexto permanece intacto y normal. Ella (la persona) es el problema: la anormal (para volver a Foucault) a la que es necesario normalizar, es decir, hacerla funcional. Revictimizada, pues. Aparte de que no tiene salud mental, es culpable de no tenerla. Abrir la perspectiva nos permite entablar diálogos entre el contexto y la persona. Tomar distancia de respuestas ya dadas (necesarias, indudablemente) que no agotan el fenómeno. Elaborar nuevas preguntas desde otros saberes para problematizar no únicamente a las personas sino a la sociedad, al discurso hegemónico y al sistema económico que, quizá, podría estarse beneficiando de seguir hablando de salud mental por el consumo de productos de la industria farmacéutica. Felicito al equipo editorial de la Gaceta por ayudarnos a pensar el tema de la salud mental desde este espacio abierto que es la literatura. Bienvenidas las provocaciones literarias. Fotografía: David Arrollo Ortega

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