Es así como, entre escuchar a mamá, a la abuela, a la hermana y a las amigas travestis empecé a redescubrir el amor desde los feminismos, específicamente, negros y disidentes del género, las sexualidades y lo corporal, pues renunciar a encarnarlo era como rendirme ante un sistema de dominación que nos quiere dedicadas al «amor propio» o desgastadas en relaciones deserotizadas donde los hombres suelen ser amados y nosotras nos quedamos a la espera de esa experiencia. En otras palabras, asumí disputar el amor como potencia de transformación en lo personal (que no es individual) y colectivo. Susy Shock, literata travesti argentina, en su apuesta de estética colibrí, me llevó a la pregunta ¿De qué manera amar configura un lugar revolucionario frente a la mercantilización de los vínculos, el desprecio por el cuidado y sus límites restringidos a lo familiar? La pregunta anterior provocó descubrirme en la lengua de Audre Lorde, feminista negra lesbiana, quien hizo durante los años 70 un llamamiento radical a entretejer nuestros erotismos en ruptura con el «amor patriarcal» y, en su lugar, constituir, según ella, amares donde «lo erótico es un recurso dentro de cada una de nosotras que yace en un plano profundamente femenino y espiritual firmemente enraizado en el poder de nuestro sentir no expresado, no reconocido» (1978, p. 10). Lorde lentamente construyó un puente con el amor travesti del que nos habla Lohana Berkins (2019) cuando afirma «el amor que nos negaron es nuestro impulso para cambiar el mundo». Y por tanto, si el amor es uno de los tantos poderes encarnados en nosotrxs, apropiarlo es parte de la lucha cotidiana por transformar nuestras realidades. Así las cosas: hoy no puedo imaginar una revolución actual ausente de amorosidad y en diálogo con nuestras fragilidades y caos de sentimientos profundos. Como tampoco deseo un horizonte que no nos invite a tomar el desencanto, la desilusión amorosa, lo negado y el desprecio como la potencia misma para crear plurales vínculos y otras redes afectivas, que invoquen desviar la caricia y la dulzura a los lugares donde estas están ausentes y al tiempo nos interpele: ¿Qué hacemos con ese desencanto amoroso? ¿Cómo mutar dicho impulso del que nos habla Berkins y Lorde hacía proyectos políticos radicalmente sensibles? Hooks, B. (2021). Todo sobre el amor: Nuevas perspectivas. Paidós: España. Lorde, A. (1984). La hermana, extranjera: artículos y conferencias. Perú: Lesbianas Independientes Feministas Socialistas. Recuperado de: http://www.caladona.org/grups/uploads/2017/07/ audre-lorde-la-hermana-la-extranjera.pdf El grito del sur. (6 de febrero de 2019). «El amor que nos negaron es nuestro impulso para cambiar el mundo». «El amor que nos negaron es nuestro impulso para cambiar el mundo» (elgritodelsur.com.ar)
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