El amor. Uno de los conceptos universales más importantes de la humanidad. Leibniz estableció que amar es encontrar la felicidad propia en la felicidad de los demás; la madre Teresa de Calcuta decía que debíamos amar hasta que nos doliera; The Beatles inmortalizó la premisa «All you need is love». Estas tres perspectivas –filosófica, teológica y popular– demuestran que el amor está involucrado en la realidad humana, que su impacto es tal que se ha vuelto el centro de la vida y hasta posible razón de existir. El amor no tiene un único propósito o significado. Si se le pregunta a cada persona qué es amor, algunos responderán que es un sentimiento o una relación humana, y otros dirán que se rige bajo una cuestión social, ideológica, cultural y teológica. Esto demuestra que el amor es un concepto polisémico y en él no puede haber un absoluto porque cada respuesta es pensada, asimilada y sentida de forma distinta. Por esto, el amor se convierte en una interrogante universal: los seres humanos no pueden concretar qué es, cómo es y dónde está el amor en una actualidad. A pesar de la polisemia del amor y la gran incertidumbre que genera, se está seguro de que es la forma y la acción de la realidad humana, como también es un medio para que una persona trascienda y alcance aquello que se encuentra más allá de lo perceptible. La realización plena de la trascendencia se logra al estar en amor. No debe ser confundido con estar enamorado, pues este concepto se trata de un amor apasionado, que genera dependencia y es fácil de alcanzar. Estar en amor Karla M. Téllez karla.tellez@iberopuebla.mx
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