Contratiempo

IBERO Puebla | 18 OPINIÓN L legó una notificación de Facebook a mi telé- fono, recordándome una publicación de hace un año, una foto roja con un moño negro en la que se lee: “Compañerxs universitarixs, lxs es- tudiantes de la Ibero en solidaridad con la BUAP y la UPAEP…”. Sí, ha pasado un año de aquella mar- cha, ya pasó un año de los gritos y los abrazos, un año de una demostración de fuerza, en la Puerta del Sol como el año que fue… ahh, no, esperen, me confundí de celebración anual. Los sentires de ese momento los recuerdo como si una pandemia mundial no nos hubiera arrebatado el mundo como creíamos conocerlo: el dolor en los pies, el sol en el rostro, el llanto, los abrazos. Ese día pensábamos que todo sería diferente, nos fuimos a nuestras casas pensando que todo mejoraría, el cambio ya viene, pensamos. Días después, tras el asesinato de Nadia Ro- dríguez, compañera de Ibero León, en la madru- gada del 8M, la impotencia y el dolor regresaron, se desmoronó la esperanza y otro pensar invadió mi mente: “¿Realmente cambiamos algo?”. La familia de Nadia aún reclama justicia al per- manecer impune su feminicidio, todo parece seguir el curso dictado por un sistema asesino e institu- ciones cómplices. Hace pocos meses Samara Arro- yo compañera de la Ibero Puebla fue asesinada en Veracruz, “¿realmente cambiamos algo?” me vuelvo a preguntar. Siguen matando compañeras y compañe- ros, la violencia hacia poblaciones vulnerables, como las personas trans recrudeció en este pe- riodo, el racismo crece, la COVID acrecenta las desigualdades, muchos dirán que las cosas están empeorando. Entonces, esos y esas estudiantes que gritábamos en el centro de Puebla, ¿dónde estamos? ¿dónde quedó esa rabia? ¿a dónde se fue toda la esperanza?, y otra vez regresa el pen- samiento: “¿realmente cambiamos algo?” Tengo una respuesta a tanta interrogante, pero no es sólo mía, es de mi amiga y compañe- Jorge Eduardo Arellano Rodríguez Estudiante de Diseño de Interacción y Animación UN AÑO

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