Contratiempo
10 11 La conciencia ambiental y Día mundial del medio ambiente Por Luz Sophia Lobato Becerra | Estudiante de Ciencias Ambientales y Desarrollo Sustentable E l Día Mundial del Medio Ambiente se celebra cada 5 de Junio desde 1974. Este día fue pensado para fo- mentar la conciencia y la acción global a favor de la protección del medio ambien- te. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidad, este día es una plata- forma global de alcance público, amplia- mente celebrado en más de 100 países y cada año se elige una problemática ambiental apremiante en todo el mundo. Además, se busca que las perso- nas examinen el estado del medio am- biente del que se ven rodeados y que esto genere en ellas un sentido de preocupa- ción por el estado actual de nuestro mundo. El Día Mundial del Medio Ambiente tiene sedes diferentes cada año, siendo estos, prin- cipalmente, los países más pequeños y menos desarrollado para acen- tuar las problemáticas ambientales que existen. La temática de este año fue “un mundo sin contaminación por plás- ticos” y el país anfitrión fue la India. El objetivo se centró principalmente en concientizar a la población mundial sobre la necesidad de reducir la cantidad de plástico que se vierten en nuestros océanos. De acuerdo con organizaciones, cada año se arrojan al- rededor de 8 millones de toneladas en todo el mundo, se usan casi 500 mil mi- llones de de bolsas plásticas y cerca de 480 mil millones de botellas de plástico (PET). Esto supone una amenaza a la vida tanto marina como humana, ade- más de destruir los ecosistemas natu- rales, pues estos, sofocan los arrecifes de coral y amenazan a la fauna marina vulnerable. Además, estos materiales con- tienen muchos químicos, algunos de ellos tóxicos o que causan desórdenes hormonales en los humanos, también pueden servir como un imán para otros contaminantes, incluidas las dioxinas, los metales y los pesticidas. En este camino de unir esfuerzos para disminuir el uso de plásticos, Erik Solheim, Director Ejecutivo de ONU Me- dio Ambiente, en un boletín presentado por la misma Organización, nos habla de cómo America Latina y el Caribe están creando leyes y políticas para promover una nueva cultura relacionada con la pro- ducción, uso, consumo y gestión de los plástico y así poder proteger los recursos naturales. Peru, Chile, Costa Rica y Ecua- dor son los países más vanguardistas en materia de innovación tecnológica para poder sustituir los plásticos. En este sentido, nosotros como estu- diantes universitarios, somos agentes de cambio capaces de generar una crítica que pueda invitar a todas las demás per- sonas de nuestro entorno para ser parte de una nueva forma de consumo dirigida a la sostenibilidad ambietal. Esto implica en gran medida, cam- biar nuestros hábitos con respecto a los plásticos, que sí bien, son de fácil uso, manipulación y accesible, al mis- mo tiempo, cerca del 50% del plástico Opinión Arte y cultura Aquella mañana del día domingo, mientras cami- naba por las calles de mi barrio, vi mucha des- trucción. Las paredes amuralladas de cientos de hogares destruidos, fragmentados por doquier, eran la muestra perpetua de una catástrofe que dejó despavoridas a miles de personas, quienes buscaban bajo las piedras a sus seres queridos. Yo no supe cuántas horas pasé en medio de lo que era, en ese momento, la nada. Sólo escu- chaba que la gente lloraba desde cada rincón de una morada que ya no existía, pero que no perdía la fe de poder encontrar tan sólo un poco de ropa para abrigarse de las crueles noches que azota- ban en ese instante. Mientras tanto, yo sólo que- ría desaparecer y dejar de vivir una vida miserable y llena de dolor, que aunque para muchos es difícil aceptarla, sólo unos pocos como yo se atrevieron a luchar. Para toda desgracia siempre existen milagros. Eso siempre me decían papá y mamá. Mi casa des- moronada y entre tanto desastre, se pudo encon- trar gente con vida, aunque eso sí, estropeados como no se imaginan, pero yo seguía extrañando a mis padres, esos mismos que me arrebató la na- turaleza, aquellos que vieron en mí una esperanza para ser felices y que también perdieron la vida junto a cientos más, que no pudieron defenderse ante tal desgracia. Ahora sólo quedaba por recuperar sus cuer- pos, y los cuerpos de muchos más que, en medio del sol y la lluvia, se extinguían y se consumían. Todo porque la infamante ley los rehusó como ba- sura en un cementerio a campo abierto. Cientos de cuerpos tirados y cientos de familias queriendo reclamar por el derecho de darles sepultura digna. El olor del lodo y los cuerpos de los fallecidos, que aún permanecían bajo las piedras y los es- combros, era insoportable. Los tapabocas fueron el instrumento infaltable de la población. Miles de personas buscando sus familiares, miles de gritos cuando, en medio de las rocas y el desastre, ha- llaban un cadáver. Millones de ojos puestos en la capital del Putumayo donde una avalancha acabó con casi 14 barrios. Lo difícil de todo fue aceptar que mis padres no estuvieran vivos. A mi padre lo reconocí al se- Por Antonio Viera Pianda Estudiante de intercambio de Uniminuto La travesía hacia la muerte (parte II) gundo día de la avalancha, estaba en medio de 147 cadáveres bajo el sol de aquella maldita tarde. El calor era impresionante, los cuerpos irreconoci- bles hacían más atroz la labor de identificación, y ni hablar de los olores, sólo los que podían soportarlo se atrevían a estar en medio de una fosa común al aire libre, sin entierros y sin velación. El trabajo para las autoridades no fue fácil, miles se ofrecían para ayudar, pero pocos aguan- taban el trajín. Mientras cientos llegaban en bus- ca de aquellos seres queridos, yo sólo esperaba a que me entregaran a papá, mi padre amado, quien en sus últimos minutos de vida tuvo la va- lentía de socorrer a mamá, pero la fuerza de la avalancha de los llevó. Mi padre seguirá siendo eterno en todos mis recuerdos y vivirá junto a su más amado tesoro, ese tesoro que conoció cuan- do apenas fue un niño y que juró ante Dios prote- gerla, amarla y respetarla. Tal como lo dijo un día: “El día que muera, que sea junto a mi esposa, a mis viejos, o junto a mis hijos, por que estar en el más allá solo, es estar en la penumbra incierta de un juego donde no quiero estar”. Ahí estaba con ella, en no sé dónde, mu- chos dirían que en el cielo, yo diría que en otra vida. Mi madre, por quien caminé y corrí muchas ho- ras buscándola en medio del lodo y hasta debajo de las piedras, fue el reto más difícil, porque un hijo adolorido y angustiado en busca de un ser querido, es capaz de no comer ni dormir días enteros. Muchas horas busqué y busqué por toda la ciudad creyendo poder encontrarla viva, pero mis esfuerzos fueron en vano. Ni mis hermanos, quienes también laboraban en búsquedas im- placables por cada rincón del desastre, fueron capaces de hallarla. Al tercer día y después de recibir información del paradero de mamá, acudimos al hospital José María Hernández, pues se informó que pondrían listados nuevos de personas fallecidas que habían sido trasladadas a la morgue de las instalaciones; pero en ninguna de las lista estaba su nombre, por ningún lado aparecía. [Continúa...] Puedes leer el texto completo en nuestra página web: http://www.iberopuebla.mx/contratiempo se utiliza solo una vez. Aun sabiendo de sus efectos nocivos, nos hemos vuelto muy dependientes de estos mismos y su demanda tan elevada trae como conse- cuencia que su proceso de recuperación y reciclaje sea más díficil, ya que, más de un tercio de los empaques de plásti- co que utilizamos, en comida, ropa, za- patos y otros, no entra a los sistemas de recolección, y terminan obstruyendo las calles de las ciudades y contaminando el medio ambiente. Es importante que cada persona haga lo que esté a su alcance para poder reducir significativamente su consumo de plásticos. Hay tantas pequeñas ac- ciones que en suma pue- den generar grandes cam- bios, como dejar de usar popotes de plástico, llevar tu propia taza de café cuando compres en una cafetería, presionar a las autoridades locales para que mejoren la forma en que administran los dese- chos la ciudad, llevar tus propias bolsas de compra al supermercado, presio- nar a los productores de alimentos para que usen menos plástico y que los empaques lo reemplacen por cartón. Otras son rechazar los cubiertos de plástico, o en su defecto, guardarlos para usarlos más de una sola vez, o recoger cualquier plástico que veas cuando vas de visita a la playa. El cambio esta en cada persona y cada granito de arena cuenta para poder combatir esta problemática que tanto nos afecta, la suma de esfuerzos trae- rá como recompensar el saneamiento de nuestro mundo, y la conciencia indi- vidual, traerá como consecuencia una conciencia colectiva que nos llevará a caminar otros caminos.
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