Contratiempo

8 9 Académicos Dinamismo y coherencia, las nuevas características de mi fe Por Dante Daniel Trejo Reyes | Estudiante de S i algo puede definir mi personalidad sin tantos rodeos o complicaciones es la fidelidad y la consistencia de mis acciones con mis palabras. No puedo sentarme en una clase, una reunión, un foro o una exposición a aceptar ciega- mente lo que se me dice, para después traicionar mis propias convicciones y expresar lo que los demás quieren oír de mí. Mis acciones diarias y mis palabras deben concordar para sentirme satisfecho, pleno y seguro de que por un día más reté las in- justicias, debatí las malas prácticas, callé y opiné en el debido momento y acepté que me equivoqué cuando se me señaló. ¿Qué sería de mí, si fuera una persona complaciente y man- sa al servicio de los preceptos establecidos en la sociedad? Se- guramente no sería la persona que escribe estas líneas. Sería un agregado más del sistema, un acomodado en la vida que pretende estar en una zona de confort el mayor tiempo posible, viviendo sin complicaciones y sin retos que cuestionaran la rea- lidad en la que estoy inmerso. Por lo tanto, en el siguiente escri- to señalo la construcción de mi fe, el cambio que ha tenido, su enriquecimiento y finalmente mis conclusiones. Es un hecho que nací, crecí y me he desenvuelto en un hogar creyente, católico y practicante; características no sólo presentes en mis padres sino en mis abuelos, los padres de mis abuelos y probablemente en sus padres también. Como todo el grueso de la población mexicana cimenté mis conocimientos sobre Dios en la iglesia, a la que iba todos los domingos para “aumentar mi fe”, asistí a una escuela religiosa por doce años escolares, aprendiendo lo mínimo para agregarme a un vasto número de personas que se proclaman fuertes de fe. Mi pre- gunta es ¿fe en qué? La fe, desde mi percepción, no se trata sobre alguien o algo, eso es sólo una parte, en mi caso la fe es cambiante, es dinámica y por consiguiente es adaptable al progreso de la mis- ma sociedad en la me encuentro. La fe puede ser puesta en un ser omnipotente como Dios, pero también se puede depositar en la humanidad y en la esperanza de que algún día todo va a estar mejor. Si por Dios, es por donde se me inculcó el concepto y las dimensiones de fe, es un buen comienzo, pero no lo es todo. Mi fe es coherente con lo que opino y lo que practico, no trata de aferrarse a las prácticas ancestrales o de abrazar los ritos de tradición, trata de extraer el verdadero significado de las en- señanzas de la religión, en mi caso católica, y ponerlas en la práctica. Mi fe y la manera en la que se ha ido adaptando a mis con- vicciones, mis creencias y mis decisiones, proporciona un sen- tido particular a mi vida, una forma de lidiar con las presiones y las preocupaciones que más me pueden aquejar. Mi fe, me proporciona tranquilidad, confianza y rectitud; es una manera de guiar mis acciones y anteponer enseñanzas válidas a situa- ciones cotidianas. Sin embargo, cabe señalar que mi fe no es conveniente, ni convenenciera a situaciones específicas. No trata de sacar ventaja de las acciones y justificar actos mal habidos por refu- giarme en mi fe, no justifica acciones que considero malas solo porque en estos tiempos, aquellas ya no lo son tanto o porque ahora todo está más expuesto a la diversificación y la libertad. La fe que práctico, como señalé en un principio, es fiel a los valores y las enseñanzas básicas. Pero en la contemporaneidad no se trata de vivir con aquellas herramientas presentes en la mente como un ideal, sino de adaptarlas a las demandas de la sociedad actual, a las necesidades de la población, al espíritu de cambio y sobre todo al crecimiento como sociedad. Si puedo señalar momentos claves en los que he apreciado estas concepciones de fe podría decir que, más que circuns- tancias, han sido las personas en esos momentos las que han marcado un punto de quiebre en mis creencias y convicciones. Desde la preparatoria, el cuestionamiento, ha sido el arma prin- cipal para plantear y dilucidar sobre las cosas que alguna vez asimilé con facilidad e incluso como obligación. Las personas presentes en ese momento, amigos, profesores y maestros, fueron los impulsores para cuestionarme todo y en todo mo- mento. El hambre de conocimiento fue una característica que no sólo cuestionó, sino que construyó algo nuevo en mí, una nueva manera de filosofar. Para cuando llegué a la Ibero, se amplió la base y se le dio razón a mis conclusiones: hay muchas maneras de vivir y expresar la fe, la más correcta es con la que uno mis- mo se sienta a gusto. Finalmente expreso que Dios, en el que tengo fe, y que tan- to se me ha dicho que me ama, sé que me quiere más tiempo accionando y viviendo que en rituales absurdos y repetitivos. Mi fe soporta la existencia de Dios y las enseñanzas de mi religión, pero de todo lo que he leído y lo que he aprendido, concluyo que mi fe es dinámica, cambiante, comprensiva y aprehensiva de la realidad. Mi fe puede estar como algo distante, pero nunca ausente y principalmente como elemento impulsor de mis ac- ciones en una sociedad que me lo exige. ----------- Ensayo realizado por Dante Daniel Trejo Reyes, alumno de la asignatura Fe en América Latina que imparte la Dra. María Be- lén Castaño Corvo. En la Ibero Mi experencia con la transparencia Por Moisés Trelles | Estudiante de Economía y Finanzas M i nombre es Moisés Trelles, es- tudio Economía y Finanzas y realicé mi servicio social en el Observatorio de Transparencia Con los Ojos Abiertos. Si lo primero que te vino a la mente fue preguntarte qué tiene que ver la Economía o las Finanzas con la transparencia, te entiendo, esa fue mi primera reacción al comenzar mi servicio social. Sin embargo, decidí aventurarme y aprender un poco más sobre la materia y tal vez poder contestar esa pregunta a lo largo de mi estancia aquí. He tenido muchas experiencias que me han ayudado a aprender un poco más so- bre transparen- cia y el acceso a la informa- ción pública a lo largo de mi servicio social. Desde apren- der a mandar solicitudes de i n f o r ma c i ó n hasta esperar meses para recibir una res- puesta de las mismas. No obstante, la que les puedo decir me ha impactado más fue un foro al cual asistí y que tuvo lugar dentro del Congreso de Comunicación Iberocom 2017, denominado 40 años de acceso a la información. En dicho foro se discutió la situación de la transparencia en México, desde el punto de vista de quienes trabajan para instituciones como el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Informa- ción y Protección de Datos Personales (INAI) o su similar en Puebla en el Insti- tuto de Transparencia, Acceso a la Infor- mación y Protección de Datos Persona- les del Estado de Puebla (ITAIP), hasta quienes forman parte de organizaciones civiles en pro de la transparencia como la directora de Articulo19 México, Ana Cris- tina Ruelas, o el director de Incidencia de la Red en Defensa de los Derechos Digi- tales (R3D), Carlos Brito. Los highlights que puedo resaltar de lo que se discutió fue que el derecho de acceso a la información es conside- rado como un derecho “llave”. Fue esa frase con la que pude entender que tan importante es la transparencia, y por re- sultado también el trabajo que realicé en el Observatorio. Nos pusieron un ejemplo muy claro para poder entender el porque es consi- derado como una llave. La directora de Artículo 19 contó que se encontraba en la sierra de Chiapas capacitando a los pobladores de ese lugar sobre el uso de Infomex –la plataforma digital mediante la cual puedes preguntarle al gobierno– y la creación de solicitudes de informa- ción. Comentó que varias personas de- cidieron preguntar cosas como cuál es el horario de la clínica de salud o cuánto ganan quienes trabajan ahí, entre otras cosas. El resultado fue que tras recibir respuesta ellos supieron hasta que hora debían ser atendidos por un doctor y que no se les debía cobrar nada ya que el personal percibía un salario, lo cual pudo garantizar un pleno ejercicio de su derecho a la salud. Así también sucedía con otros derechos. También mencionaron que México tiene una de las mejores leyes en materia de transparencia y rendición de cuentas en todo el mundo. ¿Entonces que falta para ver los resultados? Lo que se necesi- ta es que la sociedad se interese en tomar cartas en el asunto, ya que es que a tra- vés de la participación como podemos ha- cer que las leyes sean ejercidas, haciendo uso de diferentes herramientas, como In- fomex, la cuales es una herramienta real para luchar contra la corrupción. Es con eso último con lo que logré contestar la pregunta que me planteé hace casi un año al inscribir mi proyecto de servicio social. El ejercicio de nuestro dere- cho a la infor- mación va más allá de estudiar alguna carrera en específico. El tener acceso a la información de instituciones públicas y el exigir la rendi- ción de cuentas es un derecho que tenemos garantizado por el simple hecho de ser ciudadanos. Con ese último párrafo puedo con- cluir lo que significó para mí realizar mi servicio social en el Observatorio de Transparencia. Los que formamos par- te del Observatorio estamos ejerciendo nuestro derecho y además lo estamos acercando a los demás a través de las notas que realizamos. Sin duda alguna, puedo decir que aprendí bastante en el transcurso de mi servicio social y que también cumplimos el propósito del mis- mo, devolver algo a la sociedad. Así que si estás leyendo esto y aun no sabes dónde inscribir tu servicio so- cial, sin duda una de las mejores opcio- nes es el Observatorio de Transparencia.

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