Contratiempo
8 9 Arte y Cultura Por Alejandra Parker Díaz Estudiante de Psicología Por Oscar Ramírez Cortázar Estudiante de la Maestría en Letras Iberoamericanas Así como acabó Agosto El imbunche Así como acabó agosto, quien era volvió a salir a la luz. Ella volvió a encontrar su refugio, a su mejor amigo. El más condecorado guerrero que había lu- chado contra la soledad. Su soledad. Comenzó, una vez más, a intercambiar -a com- pensar- el amor por el sexo. La soledad era su peor enemiga, la valoración y el deseo, lo que le daban fuerza vital. "¿Por qué no simplemente retomo mi camino?" esa fue la pregunta que se hizo al darse cuenta que, ya estaba en esa ruta. Ni la culpa ni el resentimiento se encontraron nunca en su vocabulario, o sus emociones. Dicen los que saben que merodea entre los prados que no es como el Golem judío y que tiene forma de ídolo; pero se le ha visto muy poco. El “imbunche” se me ha entrado en el inconscien- te, merodeará entre cabañas, acechará a hombres y bestias, Su historia imberbe me persigue pero debe ser contada en otra ocasión hijos míos. Según la leyenda, los brujos de Chiloé robaban niños y los mutilaban para que, convertidos en monstruos, les sirvieran de ayudantes con el nombre de "imbunches". Alejandro Jodorowsky Era una diosa por naturaleza. Descarada y fuerte, nunca le tuvo miedo alguno a ser vista, o el centro de atención. Inconscientemen- te lo buscaba. Lo incitaba. Lo que sí le provocaba un miedo irreal, era sentir que se quedaría sola. Es una contradicción. Disfru- ta estar sola con ella misma, ser independiente y autónoma. Con eso descansa de la gente. Pero al final, quiere tener a quién contarle eso mientras es- tán acostados abrazándose antes de dormir. Si no pudiera tener eso, ella se quedaría sola y la diosa moriría. Entre comunalidad, resistencia, lucha y el amor a los pueblos Por Samantha G. Martínez | Estudiante de Relaciones Internacionales B ien dice Ismael Serrano, famoso cantautor español, en una de sus tantas canciones “ que la tristeza sí es com- partida, se vuelve rabia que cambia vidas… ”. Actualmente me encuentro realizando mi servicio social de inserción en Guelatao de Juárez, un pueblo localizado a una hora de la ciudad de Oaxaca, en la región de la Sierra Norte, y déjenme decirles que tenía mucho tiempo que no era tan feliz. Guelatao es una comunidad muy pequeña, caminando uno 15 o 20 minutos recorres la mayor parte del pueblo y su población no es mayor a los mil habitantes; pero ¡ah que bonita comunidad!. Entre calles coloridas, su laguna natural, los salu- dos cálidos a cualquier hora del día, un chocolate caliente, unos tacos de tasajo, una buena tlayuda y, por qué no, un buen mezcal, pasan las horas. Destaca que aquí no aplica el horario de verano, así que vivimos con una hora menos con lo que respecta al horario oficial. De la IBERO Puebla, nos en- contramos cinco estudiantes de di- ferentes licenciaturas trabajando con “ Agenda Guelatao ”, un proyecto alternativo a la agenda cultural de Oaxaca, que cuenta con un progra- ma de actividades culturales de for- mación, fomento y promoción como teatro, danza, fotografía y pintura, además de ofrecer cursos, talleres y actividades recreativas y de promo- ción turística. Asimismo, cuenta con un cine co- munitario: “ CINETOO ”, en el que se presentan películas diferentes a las comerciales con la finalidad de im- pactar en la vida de las personas de la comunidad. Cuando llegamos y nos dijeron que el horario era diferen- te al de la ciudad, en primera instancia no comprendimos el sentido de realizar dicha acción, así que nos explicaron que es por una muestra de resistencia, ¿pero resistencia a qué? La resistencia de los pueblos originarios en la zona de Oaxaca, o bien para los pueblos serranos, tiene que ver con una defensa de los bosques; de los usos y costumbres; de una resistencia contra el uso de semillas transgénicas; una resistencia que defiende a la vida, que defiende la comunali- dad y la toma como una forma de vida. La comunalidad , término acuñado por Jaime Martínez Luna, señala que “somos comunalidad, lo opuesto a la indi- vidualidad, somos territorio comunal, no propiedad privada; somos compartencia, no competencia; somos politeísmo, no monoteísmo. Somos intercambio, no negocio; diversidad, no igualdad, aunque a nombre de la igualdad también se nos oprima. Somos interdependientes, no libres. Tenemos autori- dades, no monarcas. Así como las fuerzas imperiales se han basado en el derecho y en la violencia para someternos, en el derecho y en la concordia nos basamos para replicar, para anunciar lo que queremos y deseamos ser”. De igual manera, hemos conocido sobre el “ tequio " o trabajo voluntario para la comuni- dad; de la importancia de los usos y costumbres para regir la vida y su organización política; la importancia de empezar desde lo más bajo como “ topil ” o policía comunitario, puesto sólo estando desde abajo se conoce lo que requiere el pueblo, así como la importancia de volverte “ciudadano” al cumplir los 18 años y con ello em- pezar a regir el papel que te toca den- tro de la comunidad, sin dejar a un lado lo que uno quiere ser en la vida. Para entender más a fondo todo esto, me invitaron a un Taller sobre Nuevas Territorialidades en el que diferentes personas involucradas en defensa del territorio, en radios co- munitarias, en la delimitación de las nuevas (originales) geografías, com- partían sobre sus proyectos, sus re- tos, sus metas y lo más importante, sus esperanzas de un mejor porvenir para ellos y sus comunidades. De lo que más me impacto, fue escuchar a un señor de edad adulta, contando sobre su comunidad, en za- poteco y español, y nos dio a conocer sobre su estilo de vida, sobre el amor que le tienen al territo- rio, sobre la importancia de generar una descolonización, del origen y la formación de la comunidad. Escuchar su testimonio, me hizo sentir tantas emocio- nes y sentimientos que me tuve que salir de la habitación, y hacerle una llamada a un amigo para compartirle mi sentir en el momento, creo que en ese momento, cuando menos me di cuenta, me fui a enamorar de las tierras serranas de su gente, su resistencia y de su comunalidad. Y sigamos buscando y creando, “ Uken Ke Uken ” lo cual significa “hacer posible lo imposible” en Zapoteco de Yalálag.
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