Contratiempo
14 15 Opinión Opinión Democratizar la palabra II: El cielo por asalto Amordidas: diseñando con el corazón Por Raymundo Cruz Miguel | Estudiante de Comunicación Por Luis Javier Castañeda | Estudiante de Mercadotecnia S abían a lo que se enfrentaban. Desde el principio estas iniciativas fueron denostadas por ciertos sectores de la sociedad. Sus impulsores fueron calumniados, persegui- dos y encarcelados; las tacharon de piratas, ilegales, “patitos”, comunistas, y todos los peores adjetivos que se pueda imaginar. Desde luego, hubo resistencia y las radios se multiplicaron por toda América Latina. Estas Radios se distinguen de las demás porque no buscan lucrar con la comunicación. Sus bases son la creación colecti- va de los contenidos y la administración comunitaria del medio. El aspecto comercial, a lo sumo, se explota para mantener los gastos de operación de la estación, trascendiendo el interés cor- porativo de generar plusvalías y acumular riqueza. Las Radios Comunitarias también suelen ser de baja potencia y atienden las necesidades de información de la población local, partiendo de sus usos y costumbres, cosmovisión, lengua y cultura. En algunos países latinoamericanos se ha legislado para garantizar el uso democrático del espectro radioeléctrico. Las leyes de telecomunicaciones de Argentina, Ecuador y Bolivia es- tablecen un reparto de 34 por ciento del espectro para medios ciudadanos (entendidos estos como aquellos que surgen de la sociedad civil); 33 por ciento para medios públicos (operados y financiados por el Estado); y un 33 por ciento para la explotación comercial. En México lindo y querido, eso no ha sucedido. Sólo hay una forma de acceder a las ondas hertzianas: la concesión. En la reciente reforma a la ley de telecomunicaciones se abre la po- sibilidad para otorgar una concesión de uso social a las Radios Comunitarias; sin embargo, hay muchos condicionamientos y limitaciones que vuelven poco deseable esa oportunidad. El Es- tado busca tener el control de estos medios y eso atenta contra sus autonomías e independencia “editorial”. Es evidente que en nuestro país las leyes se hacen para favorecer a las grandes corporaciones. Hace unos años, gracias a la movilización social, se logró revocar (en parte) la “Ley Te- levisa”; la cual pretendía sacar de la jugada a los medios ciu- dadanos y aumentar el poderío y privilegios de las principales empresas de comunicación en México: Televisa y TV Azteca. Este hecho demuestra que el camino de las Radios Comu- nitarias está llena de vericuetos, y que existe una competencia desleal por parte de los medios comerciales en el ejercicio de la comunicación. A ello se circunscribe una nueva polémica desatada por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), que en días re- cientes lanzó una campaña que criminaliza los medios ciuda- danos, especialmente las Radios Comunitarias. Jugando a favor E n palabras de Fernanda López, estudiante de Diseño Grá- fico de la Ibero Puebla, Amordidas surge como un proyecto personal de tres amigos de la carrera que buscan poner en práctica lo aprendido en Diseño Gráfico e ir creando sus propias oportunidades en este terreno. El proyecto involucra tres actividades comerciales: cocina, ilustración y diseño gráfico. Los tres integrantes: Jorge, Carla y la propia Fernanda buscaron sus principales fortalezas para poder crear y desarrollar una serie de productos especiales e icónicos impregnando su estilo y huella para identificarlos y deleitar a sus clientes. La cartera de productos se compone de a) Postres con dise- ño: Galletas y pasteles diseñados especialmente a tu gusto; b) Tarjetas de felicitación, amor o cualquier tipo de celebración con un toque divertido y c) Tatuajes temporales. Lo más importante y clave de estos productos es que son creados y diseñados por cada uno de ellos. Comenzaron proban- do sus creaciones con los compañeros y conocidos para cono- cer sus opiniones, sugerencias y claro: si les gustaban además de medir la aceptación del público en general. de intereses empresariales, este organismo está abanderando un discurso que de nuevo denosta a los medios comunitarios y criminaliza su trabajo. “SE BUSCA POR ROBO. Transmitir desde una estación de radio sin concesión es un delito. Las estaciones sin concesión nos afectan a todos” reza el desplegado del IFT en medios im- presos de circulación nacional. Las frases van acompañadas de una imagen provocadora: un micrófono. Esta misma sentencia fue transmitida en medios audiovisuales desde el pasado 23 de marzo, fecha en que arrancó la campaña. El principio en el que se basan las Radios Comunitarias ahora está siendo confrontado con el señalamiento de robo que realiza el IFT. Esto se da acompañado de recientes ataques a estaciones de radios ciudadanas cuya legitimidad reside en la gente que las escucha y entiende el mensaje y que por lo mismo las defiende, pues representan una oportunidad de acceder a la palabra y de dar voz a las problemáticas que enfrentan las comunidades. Del otro lado están los intereses económicos como motor de los grandes concesionarios para criminalizar la comunica- ción popular y comunitaria. En realidad son ellos quienes hurtan el bien de la nación monopolizando un derecho fundamental que tenemos todos los seres humanos. La pregunta que surge con todo esto es: ¿qué roban las Ra- dios Comunitarias? ¿En dónde queda la ética de un gobierno que persigue medios comunitarios y coarta la libertad de expre- sión? Habría que recordarle al IFT que comunicar no es un robo. El verbo robar más bien aplica al hecho de privatizar el espectro para el beneficio de unos cuantos. Este acontecimiento revive los intensos debates que ha en- frentado la comunicación comunitaria desde el principio. Habría que replantear una vez más que el espectro radioeléctrico es un bien común; y el derecho al territorio, en el caso de las comuni- dades indígenas, incluye el subsuelo y el espacio aéreo. Las Radios comunitarias surgieron, precisamente, para exi- gir la distribución justa del espacio, y para reivindicar la necesi- dad de los pueblos de contar con sus propios medios de comu- nicación que coadyuven a la preservación y fortalecimiento de sus culturas. Tienen una larga tradición de lucha por el recono- cimiento, y han tenido eco en todo el mundo. Esta no es la primera vez que se enfrentan a una situación de esta naturaleza. En el pasado tuvieron muchas dificultades que supieron trascender para hacerse más fuertes. Esta vez tie- nen un nuevo reto que les impone la dictadura perfecta. Ahora es necesario que quienes simpatizamos con las radios comuni- tarias nos movilicemos para exigir el respeto a nuestro derecho y así alcanzar la paz. Afortunadamente obtuvieron una muy buena aceptación a tal grado de comercializar sus productos los días 12 y 13 de marzo en la explanada del Auditorio Metropolitano en Sagrado Mercadito en su edición “Bienestar” finalizando con grandes re- sultados y felicitaciones de sus clientes. Con las intenciones de seguir creciendo y lo más importante confiar aún más en su propio proyecto pensando en el futuro, se encuentran planeando la apertura de puntos de venta para dis- tribuir sus productos al mismo tiempo de trabajar en procesos de diseño para colecciones temporales o temáticas. Es impresionante e inspirador el saber que personas cerca- nas a ti y con más de 5 años de amistad empiecen a desarrollar proyectos afines no solo a su carrera, sino sus intereses y apor- taciones a distintos grupos de personas, en este caso: Amordi- das. Que gusto conocer este tipo de proyectos donde plasmar ideas y convertirlas en algo grande para otros es básico e impor- tante para trascender y crecer. Puedes encontrar más detalles en facebook.com/amordi- das. Foto Facebook Amordidas
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