Contratiempo

8 ¿Cómo me relaciono con los demás? Por: Eduardo Hinojosa Palma Estudiante de Ciencias Ambientales y Desarrollo Sustentable L os seres humanos son individuos que necesitan de la convivencia con otros individuos de su mis- ma especie para sobrevivir, puesto que dicha convivencia les brinda cohesión social, herramientas y otras habilidades que a lo largo de la historia de la evolu- ción les han servido para vencer las ad- versidades. Esta convivencia comienza desde los círculos más cercanos a cada individuo, es decir, la familia en primer lugar, y los amigos y pareja en segundo lugar. Sin embargo el ser humano es tam- bién un ser consciente e inteligente ca- paz de crear sus propias ideas, de tener sus propias convicciones y de realizar acciones que lo beneficien individual- mente. Todo esto inevitablemente resul- ta en la creación de conflictos, y como es de suponerse, los primeros surgen en el primer círculo social de un individuo, su familia. Los primeros conflictos que pueden surgir en una familia, y esto basado en la experiencia personal y en observaciones de primera fuente, son las convicciones sobre un sistema de creencias. General- mente los padres tienen ideas arraigadas varias décadas atrás, ideas que fueron creadas por instituciones que funciona- ban de acuerdo a los acontecimientos y necesidades del mundo en ese entonces; muchas de esas ideas, o creencias, en la actualidad han quedado desmentidas o son ya obsoletas, sobre todo gracias a la generación de nuevos conocimientos a través de diferentes mecanismos, sien- do el más importante de ellos, la ciencia. Esto puede generar grandes diferencias entre los miembros de la familia, y en consecuencia, alejamiento entre padres e hijos, fracturando el nivel más básico de interacciones sociales de un indivi- duo. Otros conflictos que pueden surgir en las familias, y que no se dan de pa- dres a hijos, sino más bien entre herma- nos, ocurren cuando se debe definir la repartición del legado, de la herencia. Los hermanos y hermanas, en la mayor parte de los casos, querrán obtener la mayor parte de la herencia, exponiendo supuestos argumentos como ser el pri- mogénito o la primogénita, haber sido el o la que más tiempo le dedicó a los pa- dres, haber sido el o la que más aporto a la economía familiar, entre muchos otros. Si estos conflictos no se resuelven a tiempo, pueden llegar a ámbitos lega- les, separación, e incluso actos crimina- les. Dejando atrás el primer círculo so- cial de un individuo, la familia directa, se encuentran las amistades. Dicen que los amigos y las amigas son la familia que uno elige, y de alguna u otra forma esto es verdad, ya que las amistades, las verdaderas amistades, se apoyarán mu- tuamente incluso en las situaciones más difíciles o adversas. Pero, como en cual- quier otra relación entre dos o más per- sonas, surgen las diferencias de ideas y convicciones, siendo causa de conflictos. Estas diferencias pueden ser muy diver- sas, y desde las más banales como los gustos musicales, hasta otras más com- plejas, como los trabajos en equipo o, las tomas de decisiones para el beneficio de las partes en el futuro a corto plazo. Cuando surgen estos conflictos, casi siempre uno de los dos individuos se sentirá traicionado, lo que puede desa- tar una gran ira, o una gran tristeza, o en el peor de los casos, la combinación de ambas. Esto origina a su vez sentimien- tos de venganza que se pueden expresar en diferentes tipos de daños intenciona- dos, como la creación de rumores falsos, la competencia por otras amistades, la competencia por la pareja, y en los ca- sos más extremos, actos criminales tam- bién. Afortunadamente los seres huma- nos poseen una inteligencia que les permite ser conscientes de sí mismos (Homo Sapiens Sapiens, o el “Hombre que sabe que sabe”), y esta conscien- cia nos permite conocer nuestro lugar y trascendencia en el espacio y el tiem- po. Este conocimiento nos permite sa- ber qué sucederá en el futuro cercano a partir de los actos que cometemos en el presente, y es casi un principio univer- sal que todas y todos los seres humanos deseamos un futuro próspero y pacífico. Hemos adquirido la capacidad de comunicarnos a través del habla, lo cual ha sido una enorme ventaja sobre otras especies, dándonos la capacidad de or- ganizarnos, de transmitir conocimiento, de establecer planes, de crear ideas co- lectivas, y de resolver problemas. La historia nos ha mostrado que ha sido el diálogo, y no las guerras, lo que nos ha permitido superarnos como individuos, como sociedades y como civilización. Los ejemplos son innumerables. Ha sido a través del diálogo de ideas la forma en que se han logrado avances en ciencia, en política, en filosofía, en economía, y en muchos otros aspectos más. La respuesta para la resolución de los conflictos, en este caso de los prime- ros círculos sociales de un individuo, ha estado siempre presente, es el diálogo. A través del diálogo podemos obtener nuevas ideas y desechar las viejas; a través del diálogo podemos establecer nuestras diferencias pero también afi- nidades; a través del diálogo podemos fortalecer los lazos que nos unen a otras personas; a través del diálogo, y de una consciencia plena, podemos superar cualquier problema conflicto que pueda surgir. Trabajo presentado para la materia Dilemas de la Bioética y la Biotecnolo- gía, impartida por la Dra. María Belén Castaño Corvo, en el periodo Otoño 2014. Material reproducido sin edición ni modificaciones al entregado por el autor a la redacción de Contratiempo. Académicos

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