Contratiempo
Archivo General de las Indias Por: Ana Karla Albisua Bermúdez Estudiante de Ingeniería Mecánica y Eléctrica 16 Opinión Fotos por: Ana Karla Albisua Bermúdez E n la calurosa y arábico-hispana ciudad de Sevilla, a lado de la Catedral se encuentra un robusto edificio que alberga más que papeles e información, un tesoro convertido en historia y parte de nuestra herencia. El Archivo General de Indias representa la riqueza del territorio americano, la relevancia que tuvo el mestizaje entre españoles e indios americanos y el acercamiento de dos mundos. Este importante edificio, que forma parte de nuestro legado como iberoamericanos que somos, resguarda más de 80 millones de páginas de documentos originales que abarcan tres siglos de historia de un inmenso territorio, desde Tierra de Fuego en Argentina, hasta el sur de los Estados Unidos, antes territorio mexicano. Después del descubrimiento de América en 1492, la ciudad de Sevilla se convirtió rápidamente en el puerto de mayor importancia del Viejo Continente, pues al estar situada junto al río Guadalquivir, que era perfectamente navegable, la Casa de Contratación de Indias (antigua administración del Nuevo Mundo) no pudo haber encontradomejor ubicación para recibir y despachar embarcaciones que se aventuraban hacia América. Sevilla albergó pues a comerciantes de diferentes nacionalidades, los cuales se reunían en las gradas de la Catedral para cerrar tratos y planear viajes hacia el Nuevo Mundo, sin embargo esto molestó al Cabildo Catedralicio, ya que la Catedral más que un lugar sagrado, estaba convirtiéndose en un centro comercial, misma queja que hizo Jesús en su tiempo… Por lo tanto, laCasadeContratación empezó la construcción de un edificio que reuniera a todos los tratantes de asuntos relacionados con el comercio y que estuviera cerca del “Muelle del Arenal”, antiguo puerto que recibía a todos los barcos que llegaban de América, y en 1584 el proyecto quedó en manos del arquitecto Juan de Herrera, pero no fue hasta 1646 cuando quedó completamente terminado. Aun así, para el año de 1598 se inauguró la primera planta del ala norte en donde se dieron lugar convenios, noticias del Nuevo Mundo, apretones de manos que sellaban la partida de nuevas embarcaciones, etcétera. Lo que representaría en nuestros tiempos a las actividades de la bolsa en Wall Street. En el año de 1680 la peste azotó a Sevilla y por ende, tanto el puerto que recibía a numerosos barcos, así como el punto de reunión para comerciantes se tuvo que mudar a la cercana ciudad de Cádiz, dejando abandonado al edificio que posteriormente sería el Archivo General de Indias para convertirlo en una vecindad. Por problemas de espacio para seguir recopilando información en el Archivo General de Simancas en Valladolid y también por una mala reputación que la colonización española se estaba ganando, los consejeros intelectuales del rey Carlos III de España –mismo que expulsó a los Jesuitas de América– le sugirieron reunir todos los documentos que tuvieran que ver con la administración indiana, para generar una buena fuente de información sobre todo lo descubierto y extraído de “las Indias”. Fue entonces cuando a Juan Bautista Muñoz se le dio la tarea de encontrar un edificio donde almacenar todos los documentos dispersos entre Madrid, Valladolid, Cádiz y Sevilla, y de entre muchos edificios que pudo haber elegido, el que más le convenció fue aquél que tenía los muros más robustos y cuyas bóvedas estaban coronadas por el emblema del rey Carlos I de España y V de Alemania: “Plus Ultra”, lema en latín que significa “más allá” y que representa perfectamente a todo lo que tiene que ver con el Nuevo Mundo. Así, en 1785 se llevó a cabo la remodelación del edificio que daría lugar a lo que hoy se conoce como ArchivoGeneral de Indias y a partir de entonces, pero en especial, a partir del siglo XX, este lugar ha sido usado para cumplir el objetivo para el que fue creado: investigar y hacer historia. Dentro de los archivos que resguardan sus muros, los documentos más relevantes son: cartas de las relaciones entre Cristóbal Colón y los Reyes Católicos, Bulas Papales, el testamento de Juan Sebastián “el Cano”, escritos de conquistadores y el Tratado
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