Contratiempo

19 menos que la bala que los mata. No es coincidencia que sea la Nor- mal Rural de Ayotzinapa, y no otra insti- tución, sino precisamente la que forma a los más pobres de entre los pobres, y que no los forma en la alienación, sino en la lucha, la que hoy ha sido lanzada a la fosa clandestina. Siempre se mata a los que menos tienen, siempre semata al que gri- ta ¡basta!, siempre se mata al estudiante. Este es el México real, en el que sa- lir a repartir volantes significa la muerte, significa disparos a quemarropa, signifi- ca ser quemado vivo por el simple ejerci- cio del derecho a protestar, significa an- gustia e incertidumbre, no saber dónde está tu compañero de clases, si está en un campo militar o en una fosa clandestina; es el país del miedo a ser “levantado” y desaparecido, significa impunidad y si- mulación; es el México del policía can- sado de sacar huesos calcinados de una fosa, del padre y la madre que no saben cuándo el gobierno y su aliado, el crimen, decidan arrebatarles lo que más aman, y es también el México en el que a muchos les duelemás lo que sucedió en Tlatelolco hace años que lo que sucede hoy en Igua- la. No podemos cargar con la responsa- bilidad de la indiferencia. No podemos pretender que Ayotzinapa no es otro Tla- telolco. Ayotzinapa es más grave, porque se nos ha dicho y hecho creer que el Mé- xico de hoy, gobierno y ciudadanos, ya no es el México que permitió y temió en la Plaza de las Tres Culturas. Hoy debemos reaccionar de acuerdo a la magnitud de esta afrenta. No sólo mataron y desapa- recieron a los estudiantes de Ayotzina- pa, están acallando nuestra voz, están matando el coraje de nuestra rebeldía y exigencia, están apostando a que nuestro único credo en la vida sea el temor y el desconcierto. Y eso es algo que no pode- mos permitir. No podemos permitir la velada amenaza que el gobierno nos hace con esta atroz matanza, y sobre todo, no podemos, ahora mucho menos, abando- nar la resistencia. Todos deben sentir la magnitud de lo que esto representa. No es otramasacremás, no son otros estudiantes más. Es el verdadero rostro del país en que vivimos. Hoy más que nunca debemos res- ponder a aquello que dijo un día un egre- sado de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa: “Desgra- ciados los pueblos donde la juventud no haga temblar al mundo y los estudiantes se mantengan sumisos ante el tirano” – Lucio Cabañas. No deben acallar este grito, no deben y no pueden acallarnos a nosotros, los es- tudiantes, porque ellos, los de la fosa, los desaparecidos, los muertos, los padres, las madres y los maestros son, antes que nada, nuestros hermanos. Opinión Paralelismos Por: Aldo Castillo Estudiante de Comunicación 1968. 1968. 1968. N úmero de cuatro dígitos que quedará en la memoria colec- tiva del mexicano de izquierda, de derecha y de posición neutra. El 2 de Octubre es una fecha de dominio popu- lar. La historia ha sido contada una y otra vez como un acontecimiento que marcó una brecha importante en la conciencia ciudadana, en la denuncia de la inminen- te caída de la economía (o al menos de la idea que se tenía de ella). La eviden- cia irrefutable que dejó la huella de la violencia en la Plaza de las Tres Culturas fue en aquellos días suficiente para que el rumor se volviera certeza, la certeza en historia, y la historia en leyenda, mito y hasta en epopeya donde los héroes (ven- cidos, pero héroes) llevan mochila. La información fue difundida con el correr de las décadas subsiguientes, es un con- texto donde la situación de los mecanis- mos alienantes de los medios informati- vos no estaba tan desarrollado como en la actualidad. Hoy, una aliteración numérica que debería grabarse en esa misma memoria construida a través de nuestra intersub- jetividad como mexicanos (con todas las implicaciones de lo que esto significa) es 2014. Repitámosla una y otra vez. 2014. 2014. 2014. Para que dentro de ella que- den adheridos dos colofones: 26 de sep- tiembre y 43 normalistas. Tristemente, enfrentamos un mun- do agresivo de imágenes, textos y color que desvía la mirada una y otra vez, en un juego perverso que nos lleva de las banalidades a las relevancias. 46 años después de lo que parece una segunda parte de lo que se creyó irrepetible, la in- fluencia de los agentes mediáticos es tal, que pone en aprietos al hipotálamo en su tarea de almacenar los recuerdos. Hace unos días tuve la oportunidad de ver el documental La Danza del Hipo- campo de la directora mexicana Gabriela Ruvalcaba, donde la memoria es el per- sonaje principal de una historia que se construye en lo vivido. ¿Qué permitimos que quede en nuestra mente? ¿Acaso no es lo que atraviesa, o aunque sea roza, al corazón? ¿Cómo hacer para recordar tanto espectacular, tanta nota informa- tiva, tanto texto basura, sea este gráfico, auditivo o visual? ¿En función a qué es que desechamos aquello que no creemos importante para almacenar en el archi- vero de nuestro cerebro? … ¿Cómo hacer para que 2014, 26 y 43 normalistas per- manezcan como lo lograron sus parale- los 1968, 2 y cientos de estudiantes? El Día de la Comunidad del pasado 8 de octubre dio una muestra ejemplar de la frustración (seguramente compartida) que trato de externar en estas líneas. Va- lioso y formidable fue el acto realizado durante la misa en la que la comunidad Ibero se unió en torno a la indignación de este seguro crimen de Estado, para dejar velas y flores para representar la luz y la vida que representan los normalistas asesinados. No obstante, el ambiente de comunión que germinó de esos símbolos se esfumó con las palabras “Pasando a temas más agradables…” Al anochecer, ¿Quién tenía en su mente y corazón al menos la palabra Ayotzinapa? Sólo espe- ro que el fuego y los pétalos hayan servido lo suficiente. Considero que la clave está en la reiteración hasta el cansancio. Algo parecido al aprendizaje por repetición. Que esas flores y esas velas se conviertan en textos, en películas, en carteles o en palabras pronunciadas oralmente, millo- nes de ellas que hagan que la memoria se ejercite tanto que supere a los nombres impresos en latas de Coca-Cola. ¡Qué lamentable es que no todos podamos ser Funes! Museo Barroco Internacional Por:Luis Javier Castañeda Lack Estudiante de Mercadotecnia E l pasado 28 de agosto se colocó la primera piedra de lo que será el Museo Barroco Internacional (MIB): un espacio cultural que tiene la finalidad de albergar y mostrar a sus próximos visitantes distintas piezas de esta corriente artística característica de la Nueva España que data del Siglo XVI, y del que la ciudad de Puebla es caracterizada a través de sus más de 5 mil edificios y museos creados bajo esta corriente. El MIB estará ubicado justo donde se encontraba el Parque de diversiones Valle Fantástico, a un costado del Tec- nológico de Monterrey, y tendrá un cos- to que asciende a los 6 mil millones de pesos, catalogándose como la obra más cara del sexenio morenovallista hasta el momento y financiado por el Gobierno del Estado de Puebla, así como el Banco Nacional de Obras (Banobras) con una aportación de 500 millones de pesos a fondo perdido y la iniciativa privada. La arquitectura y el diseño del MIB estuvieron a cargo de Toyo Ito, quien ganó el premio Prikzter como el Me- jor Arquitecto de 2013. El edificio, que además ha sido aceptado por el Inter- national Council of Monuments and Sites y The American Alliance of Mu- seums, estará constituido de 11 salas, talleres de museografía y restauración, un auditorio, tiendas, restaurante y un lago artificial en una construcción de 17 mil metros cuadrados. Otro aspecto interesante son los convenios firmados con los Museos Naval de Madrid, Bellas Artes de As- turias, el Nacional de Escultura y hasta el Museo de la Catedral de Guatemala, para exponer importantes piezas de sus colecciones en Puebla y se han confir- mado dos exposiciones temporales de apertura: Nao de China y Marajas Ba- rrocos. Existen diversas críticas sobre su costo y su rentabilidad. Como lo afir- man las autoridades que estuvieron presentes en el acto de la primera pie- dra, es un proyecto cultural que tiene la finalidad de atraer otro segmento de vi- sitantes a la ciudad, por lo que la recu- peración de la inversión no se redituará a corto plazo, pero se espera que tenga un alto impacto en los ingresos directos a la industria hotelera de la ciudad ade- más de beneficiar a industrias terceras de turismo y servicios. Me parece interesante este proyec- to y ojalá tenga un alto impacto tanto en el turismo como en la cultura moderna de la ciudad, que su ubicación y diseño le permitan dar una nueva y diferente imagen de Puebla a los visitantes nacio- nales y extranjeros. Otra ventaja que encuentro es la cercanía con el Complejo Cultural Uni- versitario (CCU) de la BUAP, por lo que los interesados en arte y cultura, tanto locales como extranjeros, puedan mo- verse en esta zona y beneficiar a los co- mercios cercanos. En cuanto a la inversión, es bas- tante alta, mucho más que otros pro- yectos como el Centro Integral de Ser- vicios (CIS), la planta de Audi en San Jose Chiapa y la Rueda de Observación, pero considero que es mejor que se in- vierta en obras culturales que conlle- ven beneficios directos e indirectos a la sociedad a que se pierda o que no se haga nada con él. No faltará quien diga que debería destinarse a baches, salud, educación, alimentación, pero es muy difícil darle gusto a todo un Estado en su totalidad. Por último, se prevé que el MIB esté listo en enero 2016, y se presume que ahí será la sede para que el gober- nador del Estado rinda su quinto infor- me de labores. Opinión Foto tomada de: www.youtube.com

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