Contratiempo

12 13 Académicos La manipulación mediática y su camino hacia la sociedad Orwelliana Por: Raúl Rodríguez L. Estudiante de Administración de Empresas E n 1948, George Orwell escribió su famosa novela 1984, en la cual hace una predicción con cierto aire profético de lo que devendría en el mundo futuro de dicho año de acuerdo a los acontecimientos que sucedieron en su época. Actualmente han pasado 30 años desde 1984, y cada vez la fic- ción creada por Orwell se acerca más a convertirse en realidad, tal como se menciona en el texto de Manuel Calvo, “los acontecimientos actuales nos acer- can cada vez a la sociedad orwelliana descrita en ésta famosa novela distópi- ca” (Calvo, 1984, p. 131). Esta famosa novela se sitúa en un Londres ficticio que forma parte de uno de los tres grandes bloques que marcan el orden mundial. En él existe una sociedad dividida de acuerdo a la ideología de un Parti- do Único, ideología encarnada en el fa- moso “Gran Hermano”, el cual exhibe todos los ideales del Partido y que se muestra como un ser al cual se debe mostrar adoración y amor incondicio- nal ante todas las cosas, incluso antes que a la propia familia. La sociedad se encuentra divida en tres grupos: los miembros del Partido internos, los miembros del Partido ex- ternos y “la prole”. Los primeros pertenecen a la clase mandataria y privilegiada, la cual mues- tra con fervor su adoración al Partido y todo lo que éste representa. Cuentan con beneficios que ninguna de las otras dos divisiones ostentan. Los miembros del partido externo realizan trabajos a favor del partido y representan la bu- rocracia del estado, encargados de las tareas tediosas por realizar. Viven desalentados, amedrentados y sin esperanza, siempre vigilados por el Gran Hermano. En lo más bajo de la pirámide so- cial se encuentra “la prole”, la cual re- presenta el porcentaje más alto en po- blación. No pertenecen al partido y se les tiene como animales, aunque iróni- camente tienen más libertad que los miembros externos del partido. No son vigilados debido a que no representan una amenaza para la ideología del par- tido el cual se encarga de idiotizarlos. Todos los ciudadanos pertenecien- tes al partido son vigilados por “tele- pantallas” las cuales están por todos lados, incluso en la casa de cada perso- na perteneciente a la sociedad, en ellas se proyecta información que el partido quiere que se conozca de manera ma- sificada e informan sobre los aconteci- mientos más importantes del mundo, historia, política y sociedad. El Partido mediante su Ministerio de la Verdad, se encarga de manipular la historia y toda evidencia del pasado para que coincida con la versión del partido. Se pretende establecer la “neolen- gua”, la cual es una simplificación de la lengua original (en el caso del libro, el inglés), con esto el gobierno pretende reducir el número de palabras trans- formándola en un léxico represivo, de manera que la gente piense menos. La breve reseña de aquella so- ciedad plasmada en la novela, refleja nuestra sociedad contemporánea. Nuestros gobernantes y el circulo poderoso, parecieran ser los miembros del Partido interno, los cuales encaran al Gran Hermano y nos dan la filosofía y doctrina que debemos seguir, basada en una lógica de consumismo, guerra, capitalismo, deshumanización e indivi- dualismo, entre otros. Su mayor instrumento de manipu- lación y adoctrinamiento, considero, es la televisión, pues como menciona Bauman, “la televisión ha conquistado el mundo y a sus habitantes. Sin em- bargo ¿cuál es el resultado de la inva- sión más exitosa de la historia?” (Bau- man, 2008, p. 195). La indiferencia y la obediencia pueden ser respuestas a la pregunta anterior. La televisión es en sí misma la en- carnación de las ficticias “telepanta- llas” de Orwell, presentes en todos los lugares y hogares de nuestra sociedad, y de las cuales se desprende la realidad en la que vivimos. El mismo Bauman hace alusión a esta novela en su libro en torno al deba- te entre casandrianos y panglosianos. Así explica el autor la “invasión” de la televisión al mundo: Los casandrianos veían a la TV como el próximo gran paso en el cami- no hacia el totalitarismo que la socie- dad había seguido desde el comienzo de los tiempos modernos: la Wunderwa- ffe del Gran Hermano y sus secuaces, arma insuperable de empobrecimien- to intelectual (…). Los panglosianos la recibieron como el próximo gran paso en el camino hacia la emancipación que la humanidad había seguido desde ese gran despertar que se llamó Ilus- tración (Bauman, 2008, p. 195). Para los casandrianos, la televisión es un arma letal de empobrecimien- to intelectual, la cual al menos en este país, parece funcionar de maravilla. Basta mirar la programación que pre- sentan los canales de televisión abier- ta (recordemos que la mayoría de la población en México tiene acceso úni- camente a estos canales) para darse cuenta del pobre contenido intelectual de éstos. Predominan en estos canales tele- novelas, programas de concursos, de ridiculización y burla a partir de este- reotipos (la mujer guapa y tonta, el in- dígena tonto y sumiso, etcétera) La clase obrera, tal como le sucede a la “prole” en la novela de Orwell, sufre de una gran manipulación intelectual para mantenerlos “idiotizados”. Los programas que se men- cionan juegan con las creencias y otras armas poderosas de manipulación como es la reli- gión, para mandar mensajes a las mentes de las personas. Es así que aparece un juego de arquetipos de los que se puede poner como ejemplo a la mujer pobre buena e inocente que se enamora del hombre rico se dirige a hacer creer a las mujeres que ser inocente y poco tonta es el ca- mino para triunfar, o la persona pobre pero muy religiosa algún día obtendrá su recompensa por rezar a Dios. La manipulación llega a tal grado que en oca- siones la programación dirigida a la clase obrera muestra a las personas ricas económicamente hablando, como los “vi- llanos” del programa, o incluso como personas infelices Sin embargo no es el único estrato de la sociedad que aparentemente está controlado por este medio, ya que en general pareciera que la televisión tie- ne controlada a la población en gene- ral. Como menciona Elihu Katz (citado por Bauman, 2008, p.197) actualmente hay una supuesta relación entre la “rea- lidad” y su “representación mediática”, pues debido a la influencia de la tele- visión en la sociedad los acontecimien- tos sólo parecen existir en la sociedad cuando son mostrados por la televisión. Esto muestra la gran influencia que tie- ne la televisión en la sociedad. Es así que en nuestra sociedad, in- cluso para los estratos de mayores ni- veles educativos, aparecen arquetipos creados por la televisión, ejemplo de ello es la creencia de que todos los mu- sulmanes son terroristas, Hugo Chávez fue un dictador despiadado, e incluso en algunas telenovelas, se representa al hombre rico como el prototipo de varón perfecto y a la mujer bella, que no pien- sa mucho pero se guía por el corazón, y que debe prestar total atención a su peso y figura, como el modelo a seguir de mujer en la sociedad. Todas las an- teriores son muestras de las hipótesis falsas que la televisión nos hace creer. La cultura y nuestro modo de vida se ajusta totalmente al modo que nos presenta la televisión y como menciona el autor “surfear rápido, no bucear pro- fundo”. (Bauman, 2008, p. 202). Con esto pretendo hablar de la ve- locidad con la que nos manejamos ac- tualmente, tanto en pensamiento como en vida, comida rápida, textos cortos, ideas rápidas, cambios drásticos, nada de profundidad. La televisión ajustándose a nues- tras preferencias, nos envía contenido de rápida absorción y desecho, de su- perficialidad y de poca reflexión para evitar que el televidente se aburra. Te- mas triviales son el pan de cada día en los programas de televisión. Estos prototipos que nos muestra la televisión rayan en lo “perfecto”, man- tienen ocupadas a muchas personas en temas superficiales sin importancia, y a muchos otros en la resignación y desdi- cha de no ser ese hombre o mujer per- fecto que nos muestra la televisión. Si la televisión ofrece programa- ción de tan mala calidad, es porque existe audiencia que la mira. La realidad creada por la televisión va de la mano de la realidad a la que la humanidad responde. Como menciona Bauman, “Si la televisión guía al mundo, es porque lo sigue; si es capaz de diseminar nuevos patrones de vida, es porque reproduce esos patrones se- gún su propio modo de ser” (Bauman, 2008, p. 198). Debemos abrir nuestra mente a otro tipo de información y de medios. En la actualidad pareciera que los li- bros son algo del pasado que no volve- rá, y que cada vez menos personas utili- zan. Debemos darle una oportunidad a una educación diferente en donde nos enseñen a mirar y cuestionar todos los puntos de vista, a fin de evitar llegar a un mundo “orwelliano”, donde el tota- litarismo está apareciendo de manera que lo que nos muestra la TV es la úni- ca verdad. De cada uno de nosotros depende volvernos una sociedad más crítica que busque la justicia y mejoramiento so- cial, pretendo de manera individual y esperando que cada vez se sumen más personas el luchar por una educación que nos haga pensar, y no una educa- ción que nos enseñe únicamente a obe- decer. Bibliografía Bauman, Z. (2008). La sociedad sitiada. Buenos Aires Argentina: Fondo de Cultura Económica. Hernando, M. C. (2011). 1984:¿ Se cumplen las predicciones de Orwell?. Comunicación y Medios, (3). “Recuperado de: www.uchile. cl/.../1984-se-cumplen-las-prediccio- nes-de-orwell_49553_9.pdf&ei=WQ U2VMHJHNSpyASU5oGgDA&usg= AFQjCNH-P-oXQ7kZoVMVXQHDXt lQ9qloSA&sig2=VzeacItTb5xAHzGy- -Zkug&bvm=bv.76943099,d.aWw” Orwell G. (2005). 1984. México D.F: Época Trabajo presentado para lamateria Sentido de Vida en la Era Digital (ARU II), impartida por la profesora Ana Jetzi Flores Juárez, en el periodo Primavera 2014. Material reproducido sin edición ni modificaciones al entregado por el

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