Contratiempo
12 13 p ¿Qué está haciendo Disney? Por: Eliel Francisco Sánchez Acevedo Estudiante de Derecho Opinión L as películas de este estudio, du- rante un breve periodo en el que la internet apenas existía y esta- ba fuera del alcance de los niños y en que ya se comenzaba a comparar y a competir con el producto audiovisual de origen nacional imperante para el público infantil (el ejemplo clásico es Chespirito), se convirtieron en el prin- cipal constructor de la infancia que empezó a reconocerse como una prin- cesa en apuros o un príncipe con un deber ciego hacia la princesa. Sin embargo, a medida que Inter- net se popularizó e incluso varias pe- lículas japonesas se convirtieron en alternativa para el público infantil, las películas de Disney comenzaron a per- der su maravillosa inviolabilidad. La crítica al discurso machista, lleno de estereotipos e ideologizante que se exhibía en las películas crecía; la repetición del mismo esquema con diferentes personajes con situaciones, arquetipos e historias similares en di- ferentes cintas llegó a no ser creíble para nadie, incluso para los niños. El fácil acceso que hoy se tiene a todo tipo de contenidos hizo ver a las producciones Disney de antaño como historias fofas sin ningún sentido. Hoy el fenómeno es más interesante, toda vez que de historias fofas y cargadas de ideología se han convertido en un referente nostálgico, pues no importa lo críticos que seamos, la generación que creció sin internet y con Disney, hoy, rondando los 19 a los 25 años, le reconocen el haber formado parte de una infancia particular y ser parte de su niñez. Hoy las películas de Disney tienen un doble público y a su vez un doble mercado que explotar. Los niños, que siempre han sido el emblema del es- tudio y los nostálgicos que crecieron, o crecimos mejor dicho, con los lla- mados “clásicos”, a saber Toy Story, Dumbo, El Jorobado de Notre Dame, Blancanieves, la Cenicienta, la Bella Durmiente, Alicia en el País de las Ma- ravillas, etcétera. Sin embargo, ambos sectores han evolucionado rápidamente, y ya no basta con relanzar alguna vieja pelícu- la para asegurar el éxito. Así que hoy Disney apuesta a ven- der con el mejor discurso que además teóricamente le evita las críticas por su repetitivo discurso ideologizante. Así podemos ver que lentamente Disney va abandonando el discurso que le caracteriza: toda princesa ne- cesita un príncipe que la rescate, toda princesa busca amor, toda princesa se enamora a primera vista y ello resul- ta en un final de felices para siempre. Este discurso se rompe por primera vez de manera clara en Frozen: una aventura congelada , en el que uno de los importantes mensajes que al poco tiempo del lanzamiento se volvió viral fue: no puedes casarte con alguien a quien acabas de conocer. Eso, expre- sado en divertidos memes en diversas redes sociales, fue el quiebre total con sus anteriores historias, en las que in- creíblemente el príncipe que primero aparece es el indicado. Sin embargo, el verdadero cambio llega conMaléfica, estrenada hace poco tiempo, odiada por la crítica y amada por el público. Hay que aclarar que este cambió no es precisamente por- que Disney haya decidido no propagar un mensaje ideologizante machista en sus películas porque de pronto se haya dado cuenta de que su verdadera mi- sión es el compromiso social; en rea- lidad responde a una cuestión econó- mica, hoy no podría vender igual una historia lineal, vista miles de veces con los ojos de otros personajes, llena de estereotipos ampliamente rechazados, cosa que no sucedía en los años de glo- ria de los filmes clásicos. Hoy vende el discurso que rechaza la anteriores ver- siones de Disney, y es justo a lo que el estudio apuesta. Existen dos grandes cambios en Maléfica que son pauta para conocer lo que Disney está haciendo hoy con sus películas. En primer lugar la muerte del es- tereotipo del príncipe que sólo es un personaje secundario en la trama y que Disney usa para burlarse de sí mismo y de sus anteriores películas. El beso del príncipe es una ridi- culez que no representa en absoluto un amor a primera vista y verdadero, se hace mofa de manera clara de ello cuando se muestra lo inverosímil y tonto que es el enamoramiento entre Aurora y el príncipe, lo inútil del beso al momento de despertar a la princesa lo que claramente significa que es im- posible y estúpido que de pronto dos que se acaban de conocer generen una conexión tal, capáz de romper el más malvado de los hechizos. El papel de las hadas al coaccio- nar al príncipe para besar a la prince- sa sólo es la cereza en el pastel de la burla a ese viejo guion que ya no tiene vigencia. La crítica odió, por supuesto, que el beso de Maléfica rompiera el espan- toso hechizo. No se puede pedir más en una película que oficialmente es para un público infantil (y no oficialmente para nostálgicos), así que no podemos esperar una trama harto complicada o algo menos obvio. Además, Disney comienza a tratar de vender otros tipos de amor, en este caso el amor maternal, la compasión, el perdón, y otro montón de valores inútiles pero diferentes de los que con- tenían sus películas de antaño. El príncipe, personaje central e insustituible en la entrega original La Bella Durmiente, aquí se pierde por completo hasta el final, en el que como un guiño se insinúa que pudo haber logrado enamorar a Aurora mucho tiempo después, sin que se haga más referencia de ello en la cinta. Es pues ahora un personaje gris que nada tie- ne que ver en una película que ahora tiene por protagonista a dos mujeres. Lo anterior es otro punto impor- tante. Maléfica es una mujer auto- suficiente, independiente en cierto sentido, gobierna de facto un país, es protectora, guerrera, etc. No es una dama en apuros, no necesita de un príncipe aunque por supuesto le gustan los hombres al grado de de- jarse engañar por uno. Es una mujer de aquellas que se dicen “de hierro”. Reacciona a la traición con venganza. Esto podría llevarnos a pensar que el filme nos trata de decir que las muje- res hoy, como nuevo estereotipo, son malvadas y violentas. Me parece que ello es buscarle tres pies al gato, pues en realidad sólo nos refleja una respuesta perfectamente entendible ante un estado de emoción violenta originado por un gran dolor. Nos refleja el resultado de las acciones concebidas desde los sentimientos, no desde la razón. Refleja impulsividad, resentimiento, que no son inherentes del sexo femenino, sino de todo le gé- nero humano. Y he aquí el segundo punto de Dis- ney. Nadie es intrínsecamente malva- do. La crítica más grande fue que Dis- ney convirtió a Maléfica en otra de sus princesas. Se menciona que muchas veces el mal no tiene explicación, que los villanos no tienen origen, que el mal simplemente existe y ya. Lo anterior es un discurso que ya no rige nuestro entendimiento del cine puesto que no vivimos en una dinámi- ca alienadora en la que no podamos cuestionarnos el porqué de las cosas. Una película con un villano intrín- secamente malo que busque simple- mente ser malo porque sí jamás va a tener una recepción aceptable, no hoy en día; es iluso pensar que alguien va a quedar conforme con una explicación pobre del villano, menos aún con la idea de que “el espectador lo interpre- te” porque ello puede denotar descui- do de parte del estudio, por no decir flojera. Además, el darnos a un personaje como malo sin esperar que cuestione- mos el por qué de su maldad o de sus acciones es esperar que hagamos eso mismo en la vida real, hay gente mala y ya está, no necesitamos saber más, vamos, es apostar a la ignorancia y a que no cuestionamos nuestra realidad, a que creemos en un concepto de mal absoluto, que existe de verdad el mal como una realidad y no como una per- cepción subjetiva, y eso es errar y tra- tar de meter una ideología por medio del cine: tu sociedad puede estar mal pero así es, no hay causas y sin cau- sas no podemos combatir el mal, y eso apuesta a que seamos una sociedad in- móvil. No cuestionemos ni actuemos porque el mal es así, y no sabemos por qué. Loquedenominamosmal esunaprecep- ción basada en la comparación de un hecho Opinión “toda princesa necesita un príncipe que la rescate, toda princesa busca amor, toda princesa se enamora a primera vista y ello resulta en un final de felices para siempre" “el verdadero cambio llega con Maléfica" Imagen: http://themovietalkonline.com “la repetición del mismo esquema con diferentes personajes con situaciones, arquetipos e historias similares en diferentes cintas llegó a no ser creíble para nadie, incluso para los niños"
RkJQdWJsaXNoZXIy MTY4MjU3