Contratiempo
12 13 Opinión Opinión Activistas de lo efímero Por: Eliel Francisco Sánchez Acevedo Estudiante de Derecho H asta hace unas semanas cualquiera que recorriera los oscuros y confu- sos pasillos de la red, en especial los lavaderos públicos en que alguna vez se convierten las redes sociales, no era capaz de pasar dos o tres minutos sin encontrar, enarbolando y encabezando en grandes le- tras algunos vídeos o fotografías de dudosa procedencia, el hashtag #PrayForVene- zuela. Miles de internautas compartían en sus perfiles, aquellas extensiones de su vida que guardan y comunican toda la in- formación de quién se es y ante quien se es lo que se cree que se es, numerosas y lasti- meras imágenes de una supuesta represión brutal, también se hacían virales algunos vídeos con el testimonio desgarrador de al- guna estudiante que expresaba su rechazo a Nicolás Maduro por impedirle ser libre para escoger qué playera vestir o qué grupo de rock escuchar. Así es, para muchas personas, univer- sitarios sobre todo, hoy eso es la libertad total y absoluta, a eso se reduce el ser libre: a escoger qué música oír o qué ropa vestir, pero ese no es el tema que pretendo abor- dar en estemomento. Estas personas, estos nuevos activistas que de su taciturna pasividad en diferentes procesos políticos de su propio país pronto pasaron a una indescriptible rabia perse- cutoria contra toda forma de tiranía en- carnada en Nicolás Maduro, de momento fueron la concienciade la red.Ni en los sue- ños del revolucionario más utópico podría imaginarse un despertar semejante, tan espontaneo y tan combativo: todos a odiar a Nicolás Maduro, #FuerzaVenezuela, y el ímpetu que no tuvieron ante las convulsas jornadas dadas gracias al retorno del Parti- do Revolucionario Institucional (PRI), por poner un ejemplo, de pronto estalló en sus mentes y corazones y el fuego revoluciona- rio consumió su ira contra aquel enemigo de la libertad y de la democracia. Quizás estos nuevos activistas mexi- canos pro-Venezuela creyeran que México vive en la democracia, y entonces, ¿para qué gastar aquí toda la ira que podrán bien gastar tuiteando contra Maduro?, total los tuits mexicanos sobre un presidente y una condición sociocultural que ni conocen, van a ayudar a derrocar a ese tirano ene- migo de la democracia que está a tan buen resguardo con Estados Unidos a la cabeza. El verdadero proceso “activista” #Pra- yForVenezuela es menos romántico. Estas personas, que nunca por iniciativa propia se han preocupado por los problemas so- ciales de México sólo siguen una moda y son presa de la manipulación mediática. Mientas las grandes cadenas informativas promueven la desinformación y el sesgo mediático, la gran masa repite al unísono: #FuerzaVenezuela. Cuando el consocio mediático deja de repetir la consigna por- que el Tío Sam ahora está ocupado pe- leando por su fracasada “primavera de la derecha” en Ucrania, todos estos nuevos activistas se esfuman. De pronto ya nadie se acuerdadeVenezuela, como si el conflic- to ya no estuviera ahí. De pronto el discurso de losmedios de comunicación se convierte en: Putin inva- de Ucrania, los pro-rusos disparan contra ucranianos, Rusia somete, Rusia viola, Ru- sia conquista, Rusiano respeta la soberanía nacional, etcétera. Y de pronto, cuando la agenda mediática ha olvidado decir #Pra- yForVenezuela, todos estos activistas, al mismo tiempo, parecen haber sufrido un ataque de amnesia; de pronto, un día des- piertan y ya no se acuerdan de Venezuela, de Maduro, de la fuerza que deben enviar- les y de los tuits que tienen que escribir para que la derecha venezolana derroque al presidente. La dinámica es clara: lamayoría de los que con tanta pasión apoyaban las protes- tas venezolanas de la derecha lo hacían por medio de la manipulación y por moda. No hace falta más que controlar a un grupo de personas que empiecen a mostrar compa- sión por quienes “sufren bajo la horrible dictadura donde no hay papel de baño” y el resto les seguirá, porque en la red hay periodos en los que se ve muy bien ser ac- tivista preocupado por otro país, te hace ver intelectual, informado de lo que pasa en el mundo, crítico y experto en política y sociedad, alma sensible, enemigo de las dictaduras; hace que te ganes prestigio entre tus amigos: “míralo, él sí sabe lo que pasa en Venezuela, él se preocupa, es muy interesante, será un gran abogado (o inter- nacionalista o psicólogo) porque es un de- mócrata, él cree en los valores universales, Por: Samantha G. Martínez Rodríguez Estudiante de Relaciones Internacionales A pesar de que se hace difusión para dar a conocer los programas y proyectos, el porcentaje de alumnos que se integran a las diferentes actividades es demasia- do bajo, respecto a la cantidad total de alumnos que estudian en la universidad. Lo cual nos hace cuestionarnos ¿Por qué sucede esto si todos formamos parte de una institución jesuita? Para poder entender esto, es bueno conocer un poco el contexto que vivimos, lo cual nos lleva a preguntarnos ¿Qué implica estar en una universidad jesuita? Por supuesto que los jesuitas viven una religión católica basada en los principios de “fe y justicia” o el famoso “ser para los demás”, pero no por eso forzosamente tienes que ser parte de esa religión o vivir estos lemas a flor de piel, tampoco signi- fica que creas que con ir a misa, rezar y ser “buena persona” eres un verdadero estudiante jesuita; a lo que quiero llegar con esto, es que formar parte de una ins- titución como la Ibero, tiene cierto peso y no sólo por salir capacitado académi- camente para el mundo, sino que tam- bién te forma para que tú seas una mejor persona para la sociedad, ya diría Pedro Arrupe SJ: "No basta con formar a los mejores del mundo, sino también a los mejores para el mundo." Pero, ¿Cómo lograr esto si los jóve- nes hoy en día no tienen interés? Real- mente es algo complicado de hacer. En estos momentos puedo tomar de ejemplo la campaña de acopio que se llevó a cabo hace más de una semana en la Universi- dad, Reconstruyendo Cacahuatepec, la cual buscó juntar víveres y artículos de limpieza para llevarlos a esta comuni- dad que se encuentra ubicada a 1 hora aproximadamente de la zona hotelera de Acapulco y que quedó realmente devas- tada por las tormentas Ingrid y Manuel y a pesar de que ya pasó casi medio año de la contingencia, la comunidad se en- cuentra en muy malas condiciones. Todo esto debería de atenderlo el Estado, ya que es su obligación, pero siendo realis- tas nunca van a hacer algo y al no hacerlo, es nuestra obligación como ciudadanos apoyarlos en la reconstrucción de su co- munidad. Lo interesante está en que los alum- nos o la misma sociedad, no se solidariza con la causa y creen que quejándose des- de las comodidades de sus casas o dando likes en Facebook, ayudan a que el mun- do seamejor o a que este cambie automá- ticamente, pero todos formamos parte de esto y al hacerlo, tarde o temprano nos va a perjudicar. Es muy impactante y preocupante el hecho de que si una noticia no se divulga enmedios informativos o se da a conocer, a nadie le importa aunque esté pasando a lado de su casa y simplemente hasta que vemos el dolor humano en la televisión o internet es cuando sentimos la necesidad de querer hacer algo al respecto y nos quejamos de que el gobierno no lo hace; entonces es cuando nace mi frustración sobre la mentalidad de algunos de mis compañeros, la sociedad y el mismo pueblo mexicano, digo ¿Por qué tenemos que llegar al extremo de dejar que la otra persona sufra para hacer algo al res- p ¿Con un like cambias al mundo? pecto? ¿Por qué no actuar desde antes? Y con esto no quiero decir que todos sean así, porque realmente no lo es, pero tampoco es que muchos ayuden o parti- cipen en la causa, es triste que muchas veces sea necesario tener que llegar a vi- vir la situación para que te mueva a hacer algo. Por todo lo anterior, es que de vez en cuando no está mal dejarnos sentir un poco el dolor del prójimo, el entender que no todos tienen las mismas oportu- nidades, que no porque ayudes un día va a cambiar el mundo. Hay que enten- der que el verdadero cambio empieza en uno mismo y las pequeñas acciones son las que realmente importan. No estoy diciendo que hay que irse de misiones, de voluntariado o que dones todo tu di- nero a una buena causa, simplemente es recordar que el ‘otro’ tiene necesidades, siente, sueña, anhela, desea, quiere, su- fre, llora, le duele, padece al igual que tú y que todo puede empezar a cambiar con el simple hecho de regarle una sonrisa a alguien. por eso está contra esa crueldad que está pasando en Venezuela”. Si el activismo era tan real, ¿por qué nadie rezó por Ucrania? Quizás porque los medios nunca dijeron que lo hicieran. Hoy estosmiles de activistasmexicanos que tie- ne aVenezuela en el fondo de su corazón (y al parecer de su memoria también) no sa- ben qué hacer o qué opinar sobre Crimea y por lo tantono sabenquédecir. Losmedios aún no les han preparado el discurso que repetirán como loros y que escudarán de- trás de algún risible hashtag en un idioma que tal vez ni comprendan. No hay lugar a dudas cuando se trata de constatar que al perder relevancia en los medios se ha perdido relevancia en el ardor anti-Maduro. Hoy ya casi nadie usa el #PrayForVenezuela, nadie comparte fotos y nadie sabe ya lo que está pasando hoy en Venezuela. Eso demuestra que el activismo tan sincero era simplemente una moda para verse informado y que en reali- dad estas personas siguen como siempre: ignorantes de cualquier situación social y política, pues para ellos, apoyar a Venezue- la es tanmoda como ir a comprar tal o cual pantalón o ver tal o cual serie; para ellos ambas cosas revisten la misma importan- cia: lo queme hace ver bien ante los demás es aquello que voy a seguir, que si le hago el juego y soy fan de la derecha venezolana, pues #YOLO. Estas modas demuestran la dinámica del sistema de apropiarse de los elementos subversivos y convertirlos en moda, utili- zándolos para justificar adefesios como “las primaveras de la derecha” que nos mues- tran que cada vez es más normal, bajo el escudo de la tolerancia, contemplar el re- surgimiento de grupos fascistas y naciona- listas que tanto daño nos han hecho en el pasado; el reto es romper, en los espacios públicos, la pasividad de los sujetos e inci- dir en ellos para formar una conciencia crí- tica que pueda ser llevada a las redes socia- les para convertirlas en verdaderos medios alternativos de comunicación en respuesta a la manipulación de los grandes monopo- lios que tergiversan a la orden y a sueldo la verdad que necesitamos para subvertir el sistema en pos de una verdadera libertad de pensamiento. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se destruye a sí mismo? Lc 9, 25. Fotos por: ASIbero
RkJQdWJsaXNoZXIy MTY4MjU3