Contratiempo
10 11 Nombrar a partir de ahora Por: Montserrat Mena Macari Estudiante de Psicología Extramuros Académicos ¿Qué significa Capeltic? Por: Ana Karla Albisua Bermúdez Estudiante de Ingeniería Mecánica L a palabra “capel” proviene de la lengua indígena tzeltal per- teneciente a la zona sureste de México y también del territorio guate- malteco, cuyo significado es “café” y la terminación “-ic” denota el pronombre posesivo “nuestro”, es decir que Capel- tic realmente significa “nuestro café”. Más allá de la simple expresión que nos da un sentido de pertenencia, Ca- peltic es un proyecto de casi 3 años de vida cuya meta, en primera instancia, nos podría sonar a una utopía: que los productores de café ganen lo justo por su trabajo y no por la cotización del café en el mercado de la bolsa. El pasado diciembre 2012 se llevó a cabo una “visita solidaria”, nombre que se le dio a dicha experiencia organiza- da por el Programa Universitario Igna- ciano, gracias a la cual un privilegiado grupo conformado por 10 alumnos y exalumnos de la Ibero Puebla, pudimos ir a la tierra de Capeltic para conocer en carne propia el proyecto, y más aún, para involucrarnos desde nuestras ca- rreras en el mismo. El grupo fue muy variado, pues estu- vo conformadopor estudiantes y licencia- dos de psicología, ciencias ambientales, ingenierías, economistas y comunicólo- gos; combinación extraordinaria que dio pauta al enriquecimiento de ideas y pro- puestas favorables para Capeltic . El propósito de la visita no fue ha- cer un tour turístico por Chiapas, ni si- quiera ir a hacer las clásicas misiones navideñas en las cuales se pretende ir a las posadas con las personas de las co- munidades y jugar con los niños; esta visita solidaria, además de brindarnos la experiencia de vivir toda una semana con las familias asociadas a Capeltic y compartir con ellos su diaria labor de recolección del grano del café, fue una oportunidad para analizar el proyecto desde la formación que cada uno de nosotros está recibiendo, o recibió, por parte de la universidad. Saliendo de Puebla un sábado de di- ciembre por la noche, nos encaminamos en un viaje de 14 horas hasta la ciudad de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, para posteriormente llegar al municipio de Bachajón y ahí pasar una noche en la misión que tienen los jesuitas. Esa misma noche uno de los misioneros que estaba trabajando en el proyecto de la radio de Bachajón, se tomó el tiempo para explicarnos a profundidad todo el proyecto de la cooperativa de Capeltic . A la mañana siguiente, cada uno de los subgrupos que ya estaban pre- viamente formados, se dirigió a las diferentes comunidades en las que ha- bríamos de vivir por una semana. En mi caso, el grupo en el que estuve fue verdaderamente único, pues éramos tres personas: un economista, un co- municólogo y una ingeniera que llega- mos sin conocernos y salimos siendo muy buenos amigos. La comunidad a la que nos tocó lle- gar tiene el nombre tzeltal Yax-huinic , cuyo significado en español es “ Hom- bre verde ”, término que acabó siendo un chiste para todos, pues le pusimos por apodo “la comunidad Hulk ”. Don Santiago, uno de los socios de Capel- tic , estaba a la cabeza de la familia que nos recibió y que está totalmente in- volucrada en la siembra del café oro. Dicho término se le da únicamente al grano de café que entra en la categoría de “primera calidad”, cuyo valor por costal verdaderamente se les paga a los socios; cabe mencionar que el “café oro” es el mismo que se ofrece en Ca- peltic , siendo este producto el respon- sable del éxito del proyecto. Además las utilidades generadas por Capeltic son destinadas a proyectos de desarrollo en comunidades tzeltales, fortaleciendo la productividad de la cooperativa. Cada mañana nos levantábamos temprano para descender la colina en la que se encontraba situada la casa y desde la cual se podía apreciar un her- moso panorama de la selva Lacandona, con la exuberante vegetación chiapane- ca y un río rodeando la colina. Al bajar al cafetal, dedicábamos toda la mañana a recolectar los granos de café y al ter- minar la jornada subíamos de regreso para disfrutar de la rica comida que la esposa de Don Santiago nos había pre- parado. Por las tardes de aquella sema- na decembrina, nos dimos el placer de disfrutar de un baño en el río, rodeados de las verdes colinas y también jugá- bamos con los hijos de Don Santiago. Por las noches nos desvelábamos plati- cando con nuestra familia anfitriona y dormíamos en la paz que el silencio de la selva nos otorgaba. Al cumplirse el plazo de una semana, tomamos un taxi que nos devolvió a Ba- chajón donde nos reunimos con el resto del grupo que inició la travesía. De Bacha- jón partimos el mismo día de la marcha silenciosa zapatista, que se dio en Oco- zingo, hacia San Cristobal de las Casas, donde pasaríamos una noche en el hostal para misioneros de nombre “Junax”. Fue en aquella ocasión donde real- mente tuvimos un tiempo de esparci- miento y pudimos cenar en restauran- tes pintorescos de San Cristóbal. El ambiente que ahí se respira es único, lleno de extranjeros que enriquecen tanto el panorama como la plática; pa- reciera que en San Cristóbal la gente se dedica únicamente al estudio y a la colaboración de proyectos que están li- gados con el desarrollo de las comuni- dades indígenas de nuestro país. El último día de la visita solidaria, fuimos partícipes de la celebración fú- nebre de Acteal, que año con año se ce- lebra el 21 de diciembre. Es inexplicable la sensación que se experimenta al estar en el lugar donde sucesos tan trágicos y vergonzosos se dieron lugar y se preser- van en la memoria de todos nosotros. La comunidad, como cada año, pre- senta un discurso en el cual, con justa razón, renuevan su sentimiento de des- concierto y repudio hacia los actores de dicha matanza, más sin embargo, el ambiente que generan no es de odio, sino de esperanza, reflexión y lucha que logra contagiar a todos los presentes. Capeltic lejos de ser sólo una ca- fetería que ofrece un producto de ex- celente calidad, tiene detrás de sí toda una historia que está cambiando la vida de las familias chiapanecas. La invita- ción queda abierta para cada uno de los lectores que tenga vocación de servicio, que se sienta responsable con su entor- no y que desee transformarlo. Hoco- lawal! (¡Gracias!) L as ópticas que asocian la reali- dad en la que actualmente me encuentro inmersa a través del Servicio Social, con apoyo del material para analizar, son diversas y comple- jas, sobre todo porque muchas veces es difícil delimitar cual pertenece a cual, porque existe interdependencia en los factores que ayudan a entender de una manera más completa lo que sucede en esta región de la Sierra Norte de Puebla. ¿Cómo ha impactado la historia en las creencias y la vida de las personas con las que trabajo? A partir del tex- to de Galeano, puedo decir de forma concreta que el pasado en realidad no es diferente a lo que se vive hoy en día. Económicamente hablando, sigue su- cediendo que las regiones más ricas an- teriormente, son en el presente las más pobres, en parte, por la explotación de los recursos naturales y también por la explotación del trabajo de las personas indígenas. Como ejemplos de la zona, tenemos a Zacatlán que actualmente ha levantado su lucha contra reformas que permitirán la extracción de metales del subsuelo para beneficiar a empresas extranjeras, con el conocimiento, pero la poca consciencia del daño ambiental que para los habitantes de esta zona re- presenta, volviéndolos a futuro en una población vulnerable, que en sí, en va- rios casos no cuenta con los recursos suficientes para brindarle una adecua- da calidad de vida. Desde la política, Cuetzalan ejem- plifica la situación, desde el momento en que le es otorgado el título de “Pueblo Mágico”, lo que ha funcionado como un reforzador para la economía de ese mu- nicipio, siendo actualmente un impor- tante centro turístico, que se vuelve arma de doble filo. Lo anterior porque los re- cursos quedan a disposición del giro que a este rubro le pertenece; hoteles, restau- rantes, etc. dejando a la gente del pueblo en las mismas condiciones, es decir, sin percibir una mejoría en su bolsillo. Ellos seguirán su vida como siempre ha sido. Irónico también porque en realidad la denominación de “Pueblo mágico” se debe al trabajo y al estilo de vida de es- tas personas. Haciendo más concreto un ejemplo, podemos ver que la mano de obra de los artesanos, las mujeres que bordan, dan a precios muy bajos su tra- bajo, y al encontrar ese mismo trabajo en lugares cuya popularidad va creciendo, el precio es hasta cuatro veces más eleva- do. Y es en donde también encontramos la polaridad del más rico y el más pobre, teniendo una amplia brecha en el siste- ma, en donde los demás entramos y sa- limos, a manera de turistas, siendo, por cierto, los más esperados en este lugar. En el campo, continua la explo- tación del campesino. Hace algunos años, en la región, se sacó provecho de la siembra y cosecha del café, sin em- bargo, desastres naturales impacta- ron hasta la fecha en las familias que de eso dependían. Actualmente, es la pimienta, la especia que les que retri- buye. Aunque siga siendo la mayoría de las veces en condiciones que ponen en peligro la vida del campesino. La pi- mienta se da en la punta de los árboles, donde se recolecta este fruto, y muchos se arriesgan en su colecta sin portar un equipo de protección. La cuestión de las creencias tam- bién permea en cada una de las comu- nidades. En Jonotla, podemos ver un ejemplo claro y repetido de la trans- formación de la identidad de la comu- nidad a partir del sincretismo de las creencias indígenas y la evangelización católica. En el año de 1922 se registra la historia de un indígena a quién al igual que a Juan Diego se le apareció la Virgen de Guadalupe, la que anterior- mente, desde la cosmovisión indígena, sería la diosa Tonantsin. “La Virgen del peñón” la llaman, por estar representa- da en una roca al borde de un peñón, a -Había una vez… “una vez” que a fuerza de ser contada se repitió tantas veces… que se volvió realidad.- Jorge Bucay, Cuentos para pensar Foto por: Por: Ana Karla Albisua Bermúdez
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