Contratiempo

8 9 Mi experiencia en Chiapas Por: Sonia Tectuani Romero López Estudiante de Diseño Textil Realizó su Servicio Social en Comitán, Chiapas E l Servicio Social de Inserción re- presentó para mí no sólo quitar- me de los ojos esa mano invisible que, durante todo el tiempo en que ha- bía vivido en Chiapas, me había cegado, sino también para reencontrarme con- migo misma, para reconocerme y en- tender el porqué de mi manera de ser. Además me di la oportunidad de experimentar con partes de mí yo inte- rior que no había explorado antes. Cuando me enviaron el mail de que mi Servicio Social sería con Aldeas in- fantiles SOS en la ciudad de Comitán, Chiapas, lo primero que hice fue in- vestigar un poco sobre ella, esto con el fin de que al llegar tuviese un pequeño panorama de hacia dónde iba, a qué se dedicaba y con qué fin. Considero que este es un buen tip para todos aquellos que se van de In- serción a otro lugar; puesto que te per- mite –como decía Roger, mi querido profesor de campo– “tener un brocha- zo” y no llegar en blanco sin saber dón- de están los pies y la cabeza. Así pues, aunque también soy de Chiapas, no había tenido la fortuna de conocer Comitán, entonces el primer día estaba ansiando poder conocer el Centro, visitar el museo, comer el deli- cioso pan compuesto, entre otras cosas. Debo decir que en un principio me que- ría devorar toda la ciudad en un solo día, obviamente no sucedió, así sobre todo con el pan compuesto que probé casi al finalizar mi servicio, porque según yo quería comer el mejor que hubiese. Al llegar el día tan ansiado de cono- cer por fin con quienes trabajaría esos dos cortos meses –que para mí se pasa- ron volando– me perdí, ya que la aso- ciación es muy grande, tiene dos entra- das y como yo no sabía, el taxi me dejó en una, la cual no era a la que tenía que ir, pero por algo pasan las cosas. Así fue como conocí a Lupita –la señorita que apoya en la limpieza– y me condujo al lugar que durante 9 semanas se conver- tiría en mi nuevo hogar. Trabajar con lactantes y maternal fue, sin lugar a dudas, una experiencia como ninguna, los niños que están en Aldeas tienen un corazón enorme, su cariño y su amor te lo dan a manos lle- nas, estos pequeñines me robaron mil sonrisas y me brindaron toda la felici- dad, bueno, estaba fascinada con ellos, sobre todo cuando algunos me decían “mamá”. Resultó difícil para mí creer que es- tos chiquitos han sufrido lo que yo en mis 21 años jamás he vivido y que sean tan amorosos aun y a pesar de todo lo que me iban contando las madres edu- cadoras de cada uno de ellos. Consi- dero que es una gran labor altruista la que hacen ahí, pues la gente que tra- baja en este lugar está prácticamente los 365 días del año, y no solamente se dedican al programa al que pertenecí, que era Fortalecimiento Familiar, sino también al de Familias de origen, en el cual íbamos a alguna comunidad –reti- rada de todas aquellas comodidades a las que estamos acostumbrados– para brindarles talleres en donde madres y padres tuvieran conocimiento de diver- sos temas como la alimentación de sus hijos y la sana integración familiar. Toda esa experiencia me la llevo en el corazón y es ahí donde deben de es- tar, pues el día en que mi alma se des- prenda del cuerpo, tengo la certeza que a todas y cada una de las personas que estuvieron ahí formarán parte de mis bellos recuerdos. Extramuros Académicos En México ni lo sagrado se respeta Por Omar Bautista Hernández Estudiante de Ingeniería Industrial L a problemática en Wirikuta se ha incrementado en los últimos años. Este lugar sagrado para los wixarika (Huicholes), una de las pocas culturas indígenas mexicanas que aún conservan su culto original, está sien- do afectado por la constante ambición humana ya que en 2012 el gobierno mexicano otorgó 22 concesiones para extraer oro y otros minerales a la em- presa canadiense First Majestic Silver Corp y su filial mexicana Real Bonanza, dichos minerales están ubicados en las entrañas de este lugar sagrado. En Mé- xico ni la protección de organizaciones mundiales como la Unesco es suficiente para salvaguardar lugares sagrados, ya que como se ha visto en innumerables ocasiones a lo largo de la historia, las autoridades gubernamentales se incli- nan más por satisfacer sus necesidades personales y cultivar incesablemente su deidad “ Jisus-cash ” en lugar de los va- lores y el respeto a una cultura y a sus orígenes. Es por eso que pretendo mostrar la ineficiencia que vuelve a representar el sistema de gobierno en México, hacien- do hincapié en todo lo que puede hacer el pueblo mexicano cuando unido llega a lograr abatir la impunidad y evitar la in- justicia que tanto se ve en nuestros días. Es importante señalar que la per- dida de Wirikuta no solo afecta a los wixarika, su impacto puede llegar hasta nosotros. No creo que a los fieles cató- licos que habitan el mundo les gustaría derrumbar la catedral de México por- que debajo de ella yace un pozo de oro negro. Por ello, estoy convencido de que esta no es solo una lucha del pue- blo Wixarika sino de todos, como se ha visto mediante llamados a la autoridad, campañas publicitarias e incluso un festival musical en apoyo a la cancela- ción a las 22 concesiones otorgadas a las mineras canadienses. Así que como podemos observar es un problema que a nosotros como mexicanos nos invo- lucra ya que sería una gran pérdida a nuestro patrimonio natural y cultural. Para comenzar daré a conocer la ubi- cación y la razón de lo sagrado que es este lugar para los wixarika, posterior- mente mencionare la actividad de aso- ciaciones civiles apoyando el resguardo de este lugar y concluiré con la actual situación de Wirikuta. “¿Cuántas veces vamos a tener que explicar que el Cerro Quemado no es Wirikuta? El Cerro Quemado está en Wirikuta, que no es lo mismo que re- ducir Wirikuta a un Cerro” afirma First Majestic Silver Corp como una respues- ta a todas las protestas para evitar la extracción de minerales y en parte tie- ne razón. Wirikuta abarca una amplia extensión territorial ubicada en San Luis Potosí la cual recorre la Sierra de Catorce y el Bajío a sus pies, constando un total de más de 140,000 hectáreas abarcado los municipios de Catorce, Charcas, Matehuala, Villa de Guada- lupe, Villa de La Paz y Villa de Ramos. Es por ello que tiene algo cierto que las concesiones otorgadas a la empresa ca- nadiense no abarcan toda la región de Wirikuta pues “tan solo” cubre 70% de este territorio sagrado. Por otra parte Wirikuta es para los wixarika el lugar donde comenzó todo. Es así que como parte de sus creen- cias, anualmente grupos de hombres y mujeres realizan peregrinaciones de más de 400 kilómetros recorriendo las montañas áridas de Wirikuta para tener un contacto directo con sus dei- dades, por esto tal como lo menciona Eduardo Guzmán Chávez en su página web http://venadomestizo.blogspot . mx “Wirikuta es el fundamento mate- rial y cultural sobre el que se basa la identidad del pueblo wixárika. La des- trucción de Wirikuta implicaría la des- trucción del pueblo wixárika como tal, “Traemos un dolor fuerte. El estado está asesinando y secuestrando nuestro corazón, quieren acabarnos y asesinar a nuestra madre tierra y, por tanto, la tradición y el pueblo wixárika”, explica Santos de la Cruz, Consejero Regional Wixarika (2011) y la pérdida para la humanidad de un centro de aprendizaje y experiencia es- piritual importantísimo y vivo.” Otro punto es, dejando muy aparte el significado espiritual para los wixá- rika, la amplia gama de flora y fauna que podemos encontrar en Wirikuta se pondría en riesgo “Se trata de una re- serva ecológica protegida y reconocida como uno de los catorce Sitios Sagra- dos Naturales por la Unesco. Supone solo un 0,3% del desierto de Chihuahua pero alberga una gran biodiversidad: la mitad de la población de flora endémi- ca, el 60% de los mamíferos y el 80% de las aves, entre ellas el Águila Real, en peligro de extinción” afirma la expe- rimentada periodista María José Siscar en la página web http://periodismohu- mano.com (2011). Sin duda esto es una causa más por la cual apoyar esta lucha, la cual como hemos visto no solo involu- cra las creencias de una cultura indígena sino un patrimonio natural mexicano. En octubre de 2011 Santos de la Cruz, Consejero Regional Wixarika, entregó una carta al ex presidente Felipe Calderón invitandolo a cance- lar las 22 concesiones. A partir de ese momento diferentes asociaciones ci- viles se involucraron en el tema hasta conformar un grupo solido de ayuda a la conservación de Wirikuta llama- do Frente en Defensa de Wirikuta Tamatsima Wahaa . Este frente junto a otras organizaciones han realizado desde manifestaciones, campañas pu- blicitarias difundidas en internet hasta un concierto musical ( Wirikuta Fest ) y todo esto para hacer consiente a la gen- te, logrando hasta ahora la cancelación de 15 concesiones. Foto por: Sonia Romero

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