Contratiempo

16 17 Movimientos sociales y Derechos Humanos en México Por: Eliel Sánchez Acevedo Estudiante de Derecho L atinoamérica es la suma de historias de opresión, ex- plotación, marginación, miseria y represión; así como de historias de lucha, revolución, independencia, li- bertad que se han opuesto a la brutal realidad de la que los Estados violentos nos han hecho partícipes y víctimas, en pos de un statu quo que les beneficia. México no ha sido la excepción; a pesar de que en la teo- ría jurídica ha ratificado pactos, convenciones y tratados y ha reformado la Constitución para elevar los Derechos Huma- nos al mayor rango a que una ley puede llegar, esto ha sido sólo el intento de vendernos la idea de que nuestro Estado es un garante de la seguridad jurídica y de los derechos del hombre, pero como suele suceder, la praxis dice lo contrario. El aparente florecimiento de la protección de los De- rechos Humanos en México a nivel institucional tiene una razón muy distinta a la preocupación del Estado por sus ciudadanos. En realidad, el nivel de desigualdad, injusticia y violencia de nuestro país es tan grande que el derecho ha llegado a regular áreas que no debería, y la respuesta de las instituciones ante la creciente descomposición social es au- mentar el número de normas y penas, no atacar los proble- mas desde su raíz. En una nación en la que los derechos de los gobernados no son transgredidos porque hay una con- ciencia racional de ejercicio del poder no hay necesidad de regular las garantías que el hombre tiene ante el Estado per se . Entre más garantías regule un Estado, más violador de ellas es en realidad. La más larga tradición de México es el doble discurso de las instituciones. Mientras los representantes populares se llenan la boca hablando de su compromiso con el pueblo, de la libre expresión y de las garantías cada vez más protegidas por la ley; ordenan represiones, violaciones y tortura para aquellos que están dentro de una oposición real contra los factores de poder. La historia de los movimientos sociales va de la mano con las violaciones a los derechos humanos y con la repre- sión; es posible rememorar, del discurso monumental de conciencia histórica de la primera Asamblea Nacional de #YoSoy132 , el movimiento ferrocarrilero de 1959, el movi- miento médico de 1965, la lucha por la autonomía univer- sitaria, la defensa de los albergues del Instituto Politécnico Nacional en 1958, los movimientos estudiantiles y la ma- tanza de Tlatelolco en el 68 y el Jueves de Corpus en el 71, la guerra sucia con sus desaparecidos, las huelgas universi- tarias de 1986 y 1999, los fraudes electorales de 1988 y de 2006, las crisis económicas de 1982, 1996 y 2008, la matan- za de Acteal, los feminicidios de Ciudad Juárez y el Estado de México, las represiones en Atenco y Oaxaca en el 2006, la indolencia ante la muerte de los niños de la Guardería ABC, las represiones a los movimientos normalistas en Mi- choacán y Ayotzinapa (Guerrero). Más recientemente la Guerra contra el Narcotráfico y sus más de setenta mil muertos, la estrategia de contrainsurgen- cia aplicada al movimiento el día de la toma de posesión de Enrique Peña Nieto, así como incontables violaciones más de las cuales la historia es testigo y que se callan y se lavan como la Plaza de las Tres Culturas después de la masacre. En cada movimiento social de nuestro país ha estado presente la represión. Al ser una forma de oponerse a las dinámicas de los grupos en el poder, cada movimiento re- presenta una fuerza social en potencia que amenaza la esta- bilidad de los poderes actuales, y por tal motivo la respuesta es una escalada de violencia e intimidación por parte del Es- tado. Nadie olvidará las imágenes de la represión en Oaxaca, en Atenco o afuera de San Lázaro el primero de diciembre; ni las imágenes de los muertos en Acteal. Ante la lucha social se levantan paramilitares, fuerzas del orden público y la televi- sión, ese omnipresente ser que en realidad es quien detenta el poder en nuestro país. La información veraz es un derecho que como ciudada- nos todos deberíamos tener. Sin embargo, en México los me- dios de comunicación son juez y verdugo de cada elemento subversivo, condenando desde su tribuna virtual y queman- do en sus noticieros a quienes no se someten a negar la rea- lidad con telenovelas y partidos de fútbol. La nuestra es una sociedad que no vive sabiendo la realidad, sino sólo aquello que la Televisión quiere que sea la verdad. El más grande reclamo de Más de 131 es que no vivimos en una democracia, pues el poder no emana del pueblo, el poder hoy emana de la televiso- ra, y esa es la principal violación a nuestros derechos como seres humanos, más allá de lo que esté o no consignado en una constitución o en un tratado. Nuestra ley y nuestras garantías deben emanar de la democracia, del pueblo, y si en este país la demo- cracia no existe, toda ley y toda garantía que detente derechos humanos es vana, pues está sujeta a la discrecio- nalidad de la autoridad en turno, no a la autoridad del pueblo, quien es su origen y su objetivo final. Opinión De-Tourist-ando: Las Poderosas Por: Luis Javier Castañeda Estudiante de Mercadotecnia B ienvenidos a todos los nuevos estudiantes a la Universidad Iberoamericana Puebla y salu- dos a los que no lo son. En esta nueva sección recomen- daré lugares que ningún universitario puede perderse y es de suma importan- cia dentro de la vida estudiantil vivir estas experiencias. En esta ocasión hablaré sobre Las Poderosas , un establecimiento ubicado en la Avenida de la Niñez Poblana –a un costado del Hospital del Niño Po- blano– que vende antojitos mexicanos, comidas corridas y bebidas (no alcohó- licas), accesibles en tiempo, dinero y esfuerzo. Además, a este lugar puedes llegar en coche o caminando y en “bola” a desayunar o comer, saliendo de cla- ses, o sólo por el puro antojo. Muchos conocedores, igual que yo, de los alimentos urbanos y ambulantes en la zona de la Ibero, ósea chatarra mexicana cercana y accesible, reco- mendamos desde una buena memela o quesadilla, hasta chilaquiles, sin olvidar por su puesto a La Poderosa , una que- sadilla rellena de chorizo, champiñón, papas y quesillo, que bien puede estar acompañada ya sea de una malteada de avena –por aquello de lo nutritivo– o un Boing bien frío. Las Poderosas son un lugar que tanto poblano, pero sobre todo, los fo- ráneos, deben visitar alguna vez en su paso por nuestra universidad. Por lo mientras ¡buen provecho! y nos leemos en el próximo De-Tourist-Ando. Si tienes algún lugar, no necesaria- mente de alimentos y bebidas, que re- comendar ya sea comer o visitar y en el cual se pueda pasar un rato agradable, te invitamos a compartirlo para nues- tro siguiente número al mail: iberoprensa@iberopuebla.mx Opinión Si nosotros no ardemos, ¿quién iluminará esta oscuridad? L as pasadas elecciones mexicanas, por las cuales surgiría el presi- dente de la República, estuvieron marcadas y diferenciadas de las anterio- res no por fraudes ni compra de votos, que eso es pan de cada elección, sino por la repentina y sorprendente insurgencia de un grupo de jóvenes estudiantes uni- versitarios que simplemente reacciona- ron ante una situación a la que todos deberíamos oponernos: se negaron a ser manipulados y a adoptar una idea que les era vendida día tras día por los principales medios de comunicación. Aquellos jóvenes fueron el prin- cipal catalizador del movimiento que poco tiempo más tarde sería conoci- do como #YoSoy132 , el cual despertó, dentro de la sociedad mexicana, tan di- versas reacciones que sería aventurado y casi imposible catalogarlas a todas. Muchos formamos parte de este movi- miento, y seguimos aquí, otros se han ido a luchar de diferentes formas por la misma causa, y varios se quedaron atrás, vanagloriándose de haber sido sin ser, y sobre todo sin hacer. #YoSoy132 representó, y represen- ta, no sólo una simple protesta de jó- venes molestos; significó la chispa que encendió una llama, primero de con- ciencia sobre la problemática coyuntu- ral que se vivía, después una ardiente convicción de lucha contra lo que ver- daderamente se debe luchar: contra los factores reales de poder que han sobre- pasado al Estado mismo, en particular, los medios de comunicación, y en con- texto: Televisa. De aquí que #YoSoy132 aclarara, desde el principio: “no estamos en con- tra de un hombre, estamos en contra de una estructura”. El movimiento se levantó frente al poder real de nuestro país, frente al ser intocable que es el verdadero titiritero de la política mexi- cana, y en consecuencia fue contra su principal producto: Enrique Peña Nie- to. Los jóvenes identificamos en él la ansia de poder y la imposición mediá- tica que se gestaba. La Lucha era contra Televisa y, de manera colateral, contra Peña Nieto, en tanto éste y su Presiden- cia era y es producto de la Televisora. Fragmento del artículo publicado en la revista de la Universidad Iberoamericana Puebla, Rúbricas, en su número especial de otoño 2013. Reproducido con autoriza- ción del editor. Si quieres leer el artículo completo, puedes adquirir la revista en el área de Publicaciones (C-104). #YoSoy132: La insurgencia juvenil ante el poder Por: Eliel Sánchez Acevedo Estudiante de Derecho Ilustración: Maricarmen Selem Ceja

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