Contratiempo

14 15 Opinión Más de 131 motivos Por: Eliel Francisco Sánchez Acevedo Estudiante de Derecho Integrante de la Asamblea Más de 131 IberoPuebla “Te doy una canción y hago un discurso Sobre mi derecho a hablar.” Silvio Rodríguez H ace ya un año alzamos la voz y renegamos del sistema autori- tario; aquel 11 de mayo de 2012 en la Universidad Iberoamericana no se ha de olvidar y ha de permanecer en la memoria histórica como el renacimien- to y la llamarada, una vez más vuelta a encender, de la lucha estudiantil. No se ha de olvidar porque Atenco no se olvida; porque aquel 11 de mayo un grupo de compañeros no se deja- ron comprar por 400 pesos del PRI; al contrario, se organizaron, imprimieron máscaras con la efigie de Carlos Salinas de Gortari y se aprestaron a exigir jus- ticia por aquellos cuya voz es ignorada por el poder, sin siquiera imaginar que aquella chispa encendería una llama que envolvería el corazón revolucionario de todos los que dormíamos o estábamos inactivos, extendiéndola nosotros des- pués, en festivales de arte y flores. No se olvidará por aquellos gritos: ¡Cobarde!, ¡Asesino!, ¡La Ibero no te quiere! Que debieron quedar grabados en las paredes del Auditorio Sánchez Vi- llaseñor por las potentes voces que en- cararon al represor después de que éste repitiera el cruel discurso que diera Díaz Ordaz justificando la matanza de 1968. Ni por el famoso baño del primer piso del edificio P en el que se refugia- ra después de arrepentirse y cancelar la entrevista en Ibero 90.9, ya en la entra- da de la cabina, ni por la fuente roja, el zapatazo y la apresurada carrera hacia su camioneta, entre gritos de repudio, con el represor corriendo tras un equi- po de seguridad, con nervioso miedo. No podrá olvidarse porque ese 11 de mayo los estudiantes de la Ibero encararon a Enrique Peña Nieto por su responsabilidad en la represión del pueblo de Atenco y por la campaña de Televisa que apuntaba a una imposi- ción mediática. No se olvidará el miedo que tuvieron, a Pedro Joaquín Coldwell pidiendo castigo para quienes se ha- bían manifestado, llamándolos intole- rantes y envenenados, procediendo a usar su control mediático para maqui- llar ante el país entero el fiasco de su candidato, mintiendo con una prime- ra plana nacional la mañana del 12 de mayo: “¡Peña triunfa en la Ibero!”, en- venenando, él sí, el derecho a la infor- mación de los mexicanos. Y más importante aún, no se ha de olvidar aquella simple, concreta y po- derosa consigna que inundó YouTube , Twitter y Facebook durante días y se- manas: “131 Alumnos de la Ibero res- ponden”, que daría paso a una de las frases quizás más conocidas de aquel año: #YoSoy132 . No se ha de olvidar la marcha con- tra el sesgo informativo de Televisa el 18 de mayo, ni la primera marcha An- tiEPN el 19 de ese mismo mes. Es im- posible no recordar el mitin en la Es- tela de Luz donde es posible decir que #YoSoy132 tomó forma entre gritos y aplausos de solidaridad; no olvidare- mos jamás el compañerismo que vibra- ba en la voz de los estudiantes del Ins- tituto Politécnico Nacional cuando, con toda la fuerza de la garganta, gritaban: ¡Ibero aguanta, el Poli se levanta! Prevaleceremos en la historia, por- que tenemos un fundamento para ello. La primera Asamblea en Ciudad Uni- versitaria del 30 de mayo nos hizo ver que hablábamos cara a cara con nues- tro país: “México, tus hijos te estamos diciendo esto…” . En un discurso monumental nos di- mos una justificación histórica, hacien- do nuestra el caminar de todos los mexi- canos y reconociéndonos partícipes, herederos y continuidad de las luchas campesinas, obreras, revolucionarias y estudiantiles, como fueron la lucha de 1968 y del jueves de Corpus del 71. Nos reconocimos como parte del México fragmentado y lastimado que ha levantado la voz, ha dicho basta y se ha reconocido heredero del levanta- miento zapatista, de la matanza de Ac- teal, de los feminicidios de Chihuahua y el Estado de México, de las represio- nes en Atenco y Oaxaca en el 2006, de Wirikuta, de Cherán, de Copala, de la Guerra contra el Narcotráfico y sus más de setenta mil muertos. Aquel día deci- dimos ser historia. Decidimos permanecer en la me- moria porque decidimos actuar. Deci- dimos protestar con alegría, con mú- sica, colores y teatro. No olvidamos Arte antes del debate , en el zócalo de Puebla, ni los festivales de músi- ca en el Distrito Federal, el concierto Músicoscon#YoSoy132 , o el Festival 132 , ni la mega mentada contra Peña Nieto en el Estadio Azteca. Más de 131 y #YoSoy132 organiza- ron el primer debate presidencial ciu- dadano en la historia de este país. No puede pasarse por alto. No olvidaremos el primer Comité Interuniversitario de Puebla, sus se- siones en la Ibero, el evento del Paseo Bravo en donde hasta nos fue ofrecido un “mapa del tesoro”, ni las actividades de documentales en Cholula, ni las con- vivencias, ni a cada entrañable compa- ñero y compañera de ese comité. Tampoco se olvidarán las repre- siones, el desalojo del campamento de #YoSoy132 del Zócalo de Puebla, el 15 Opinión Juventud: una forma de vida Por: Emir Dassaet Zárate Estudiante de la BUAP Miembro del Movimiento #YoSoy132* A unque la idea de juventud se transforma con el paso del tiempo y la movilidad que la so- ciedad adquiere día con día, las claves para comprender el factor de la juven- tud cambian también. Sin embargo, algunos elementos permanecen debido al aprendizaje autopoético y generacio- nal, esto nos permite poder partir des- de un punto de comprensión único. Uno de los elementos más notables que ha creado una reacción de vulnera- bilidad en los jóvenes es la indiferencia funcional del Estado respecto a los pro- blemas que los atañen: Deserción es- colar, consumo de drogas, desempleo, escasez de vivienda, violencia intrafa- miliar, violencia escolar, sexualidad, sida, aborto, vandalismo, etc. Éste collage fotográfico de concep- tos que son bien conocidos por la so- ciedad en general, es un acercamiento a la juventud actual, no sólo de México, sino también de toda América Latina. Con todo esto, los jóvenes rompen los pronósticos poco prometedores que se realizan sobre ellos, ya que igualan las carencias de oportunidades con la para- dójica y decidida afirmación de su carác- ter como futuro inevitable de la nación. “Un país de jóvenes”, ésta frase en- vuelve la publicidad comercial y la oficial, es el paisaje principal de las secretarías de Estado, es el protagonista y la acción “inmediata” dentro de los discursos que se realizan sobre educación y trabajo. “Un país de jóvenes” es el lema de las sociedades que equilibran el fárrago económico (seamos optimistas) con su elevado índice de fertilidad, e igualan la falta de oportunidades con el buffet de promesas y la exposición de penurias de las generaciones pasadas. Según las elites y los gobiernos, los jóvenes son el ente desincorporado a la caza de la presa corporacional (sinónimo de empleo), los Estados hacen del traba- jo la “cúspide” de la identidad y esperan que el ente juvenil llegue a dicha meta identitaria cuando los mismos jóvenes no han sentido identidad desde ninguna arista propuesta por el verdugo llamado Estado (Política, Económica, social), por otro lado encuentran refugio en la cultu- ra; aunque para la sociedad, la cultura de los jóvenes no es cultura, es rebelión. Con o sin el reconocimiento de esta evitable paradoja, la gran mayoría de los jóvenes no sólo y previsiblemente carece de poder; también, de acuerdo con el autoritarismo, ellos son el ejérci- to industrial y un tanto espectral de re- serva que hace de las ilusiones perdidas la fuente de sus experiencias. Como podemos notar, la proble- mática juvenil deviene desde las bases estructurales de nuestra sociedad, los jóvenes son el cadáver que se exhuma en cada proyecto no alcanzado; en cada campaña política y en cada problema mencionado; son el cuerpo que deja- mos inmóvil después de alcanzar las metas deseadas, convirtiéndolos en un grupo vulnerado, desprotegido y sin identidad; que aprende a reproducir las mismas prácticas con los nuevos “futuros de México” que vendrán, con el tiempo, debajo de la juventud actual. La juventud ha transformado se- mánticamente su concepto, en vez de describir una medida de división entre estratos sociales, edad, creencias, etc. Ahora sólo describe a un grupo des- orientado y alejado de los diversos sec- tores sociales, y esto es comprensible, ya que a la juventud se le diferencia de los niños porque ya son material labo- ral, y se les diferencia de los adultos, porque no tienen la suficiente experien- cia para hacer las cosas bien. Los jóvenes, el grupo que se deja llevar por las decisiones tanto de los líderes familiares, como de los líderes públicos, es además, culpable de la pérdida de valores y creador de sueños utópicos, renegado de las tradiciones e inconsciente de las “buenas” ideas y modales de los adultos. Algo que debe quedar claro es que los jóvenes no “son” el futuro de la na- ción, más bien, la juventud tiene el fu- turo de la nación en sus manos, porque los jóvenes no son el ente externo de la sociedad, ellos pertenecen a ésta mis- ma, debemos ser guías más que jueces morales de sus actos, al final de cuentas ellos son la reacción de las acciones que como Estado, Adultos o entes corpora- cionales hemos realizado. La idea de juventud ha cambiado, dejemos de verlos como la etapa tran- sitoria hacia la “madurez” y veámos- lo como una forma de vida; al final es solo eso, la juventud debe vivir su vida como jóvenes, no como fuerzas básicas de una etapa mayor. *Participación vía Asamblea Más de 131 de la Ibero Puebla de septiembre, en vísperas del grito de independencia. Mucho menos ha de ol- vidarse la estrategia de contrainsurgen- cia aplicada por el gobierno el día de la toma de posesión de Enrique Peña Nie- to, el 1DMx , en el que a sangre y fuego persiguieron a cada manifestante afue- ra de San Lázaro, amurallado con hie- rros del tamaño del miedo que tenía el usurpador. No hemos de olvidar los encuentros Más de 131 Nacional en Guadalajara, Pue- bla y Acapulco, en donde hemos aprendido a convivir como amigos, generando comu- nidad. Prevalecerá el recuerdo de nuestro colorido aniversario en la Estela de Luz, donde una vez más decidimos que quería- mos ser por aquellos que nos son, donde ondeamos pancartas mientras nuestras vo- cesgritabanconsignascontodasupotencia. Y sobre todo, nada se olvidará por- que aquí seguimos, de banderas al vien- to, resistiendo los embates de un Estado represor que niega la libertad, la verdad y la solidaridad. Resistiendo a la menti- ra de Televisa y seguiremos resistiendo al tiempo, que todo lo desgasta, seguire- mos caminando juntos como hasta hoy, iluminando esta oscuridad. Foto por: Eliel Sánchez Acevedo

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