Contratiempo

14 15 Arte y Cultura Hola. Ayer nos conocimos a medianoche. L a ingenuidad guió nuestras mi� radas y la intrascendencia em� pujó nuestras palabras. ¿O no fue así? Argumentos hipócritas, pa� labras robadas por el ruido, historias que jamás llegaron a nuestros oídos. Me pregunto en qué momento realmente nos conocimos. En qué momento sí la trivialidad insípida es el único recuerdo. Entramos, salimos, reímos, bailamos. Tú es� tabas y yo también. ¿Quiénes éra� mos ayer? Nombres, sexos, deseos. ¿Dónde estábamos sino? Hola, otra vez. Nos acompaña� mos algunas horas, tú extraño, y yo. Algo vimos en los dos, algo encontré en ti, algo vano, conveniente, que después ya no lo fue. Pasaste por mi vida ayer, sin gran eco ni concordia, y es esto que me intriga. Tan des� considerados, que estando, no nos vimos. No por cumplir ilusiones ni sueños tontos, sino por conocernos el uno al otro. Porque sé que tienes más que decirme, sé que hay algo más allá del clima y la coquetería. ¿Es que ese algo más no es digno del momento? ¿Es que ese algo más no es placentero? ¿Es que aquello profundo es ajeno, al encuentro, a lo físico, a lo nuestro? No. No te vayas. No me malin� terpretes. No quiero ni tu compa� ñía, ni tu tiempo; quiero que me ayudes a entender cómo despre� ciamos ese tiempo, esos minutos, esos momentos. Créeme, estoy le� jos de ser soñadora, no busco pro� mesas ni frases rosas. Sólo busco encontrar. Encontrarte y sentir. Historia de aquellos Por: Karen Reyes González Estudiante de Psicología Aprovechar, aprovecharte, aprove� charme. Porque segundas oportunidades pocas. En estos tiempos dónde el tiempo tiene prisa, dónde la fortuna no te escoge, tú la cazas y la escon� des. No me confundas, tengo claro que ya no te veo. Es ayer que no te vi lo que me ocupa. Todo está perdi� do ahora. Fuimos ciegos y lo segui� remos siendo. Será tu recuerdo de mí, si es que me recuerdas. Será mi recuerdo de ti, si acaso te recuerdo. ¿Entiendes ahora? No quiero colec� cionar recuerdos. ¿Tú s í ? Quiero recordar personas, quie� ro recordarte a ti. Entonces, adiós, extraño, ciego, nos equivocamos juntos. Camina tu camino que yo andaré el mío, y así, lejos, cada uno, sigamos caminando, sigamos re� parando esta necedad de andar de paso, sin pasar siquiera. 9:40 Guadalajara, Jalisco. Puse los ojos en sus manos no vi grietas, un poco de miedo. Olí el aire y no hubo smog, pero sí piel, gasolina y huesos. Miré hacia el frente y no había camino: Cráteres volcánicos, cañones de piedra, gente gritando. Murieron varios, pero fueron varios, sólo que más… no hubo llamadas de la amiga de a dos cuadras, ni de la abuela que compró el pan para en la noche, tres árboles no llegaron a la escuela, y un niño se desvaneció. 22 de Abril de 1992 Por: Ixchel Denisse Pacheco Ortega Estudiante de Literatura y Filosofía Hubo manos y ladrillos que levantar, los cuerpos llenaron los anfiteatros, y nadie no sabía si se podía llorar. Alguien pensó que era buena idea: poner gasolina en las alcantarillas. Fue alguien – digo – porque supimos que era alguien. Tal vez no tan buena idea después de la segunda explo� sión. junto a mi casa hay un lago junto a mi cama hay un lago junto a mi canto hay un lago que cada vez que me callo se colma de piedras de gansos de algas de patos salvajes de llantos de ti se desborda. Junto a mi casa hay un lago * Por: Pablo Piceno Estudiante de Literatura y Filosofía *La forma de redacción es parte del estilo del autor. El luto la camisa larga que oscura transparenta la desnudez lúgubre luz que no dilata la pupila áspera bóveda que cubre el cielo de cemento. Para lo que ya no existe existen nombres. Para el desamor, desiertos. Requiem * Por: Pablo Piceno Estudiante de Literatura y Filosofía Arte y Cultura ¿estará bien darnos todos al todo/sin ser parte de nada/ni siquiera del vuelo que te lleva? Juan Gelman, Comentario I Prístino, cuerdo, colmado, solo para subir a tu cíclico hendir, oír inventos de disonantes peregrinajes tímidos, suaves, odres sin nombre, nunca habidos si palidecieron, si sentir es un intento culposo, también constatar tu piel cárnea, la mar, tímidos, suaves oleajes que contraen la tierra, yo y todo intento, huir, escapar, por decir algo, contrae la tierra, pacta la primigeneidad También el dolor* Por: Pablo Piceno Estudiante de Literatura y Filosofía para escalar, subir el Jenner, y hasta tu cuello que sustentará los cielos, pátrido llorar, es algo mío? Es mi íntimo deseo tiento culposo? También el dolor colma el dolor? Puede ausentarse la desgracia en el ínfimo vacío? También llegar a ti es un invento? Es, será, tu cíclico hendir un agujero de portentosos desechos? Ya la palabra no nos basta para escombrar la destrucción.

RkJQdWJsaXNoZXIy MTY4MjU3