Contratiempo
5 4 En la Ibero Para muchas personas la universidad es considerada como la mejor etapa de su vida, pero para mí no sólo fue la mejor sino que también la puedo describir como la más enriquecedora y tan llena de expe- riencias de todas. Ser egresada de la Ibero Puebla es un orgullo debido a que entre estos muros, entre estas aulas y entre tantos maestros y compañeros que me enseñaron mucho, quedan marcadas historias de vida, cono- cimientos aprendidos y reflexiones para la posteridad. Fui alumna becada en la universidad para estudiar Nutrición y Ciencia de los ali- mentos . Cuando entré me sentía nerviosa y un poco abrumada, puesto que era un lu- gar nuevo, gente nueva y nada me parecía familiar; sin saber que con el tiempo todo esto se convertiría en mi segundo hogar. A lo largo de los cuatro años y medio de mi estancia en la Ibero , hice grandes ami- gos, empezando con mis compañeros de clase y, sobre todo, con los primeros que me dieron la bienvenida a la universidad, el Departamento de Admisiones –donde tuve la oportunidad de hacer mi servicio becario– que en ese entonces estaba con- formado por la Mtra. Rocío Barragán, Saúl Cerón, Lina Téllez y Lorena Estrada, quie- nes hasta la fecha son grandes amigos. Durante mi estancia en Admisiones las cosas fueron cambiando hasta llegar al equipo que trabaja en día con Amador Domínguez, Saúl Cerón, Claudia Colinas y Mónica Dávila. Al hacer servicio becario en este departamento aprendí el verda- dero significado de trabajar en equipo y de hacer las cosas lo mejor posible para lograr un objetivo común; enseñanzas de las cuales agradezco y quedarán en mi para toda la vida. Por otro lado, la licenciatura en Nutri- ción y Ciencia de los alimentos no es senci- lla, se necesita verdadera pasión y gusto por el trabajo, el camino también tuvo sus sacrificios como aquellas noches sin dormir por estar estudiando o haciendo tareas, así como problemas que costaron resolver o las largas horas en los labora- torios de química o microbiología reali- zando prácticas, que al principio parecían muy complicadas, pero que gracias al apoyo y guía de la Mtra. Martha Martínez Lifshitz, me permitieron no sólo sacarlas adelante, sino siempre obtener un plus en el conocimiento con cada práctica, aun- que tuviéramos que repetirlas. A lo largo de la carrera también hubo momentos de mucho estrés y enojo, pero que al final tuvieron sus recompensas. Ahora recuerdo una anécdota cuando cur- saba tercer semestre. En clase de bioquí- mica al estar elaborando el trabajo final en equipo, el estrés, cansancio y a veces la frustración, provocaron pleitos, discu- siones y enojos, debido a que no había- mos terminado el trabajo y el tiempo se nos estaba acabando, lo recuerdo bien. En esa ocasión mi gran equipo estaba conforma- do por Claudia Bautis- ta, María Azcárraga y Miguel Jiménez, era un sábado a las 6 de la tarde y estábamos tra- bajando en la ca- fetería, haciendo un mapa de los ciclos metabólicos que no podíamos resolver, tuvimos que hablarle con mucha pena a nuestra profesora, la Mtra. Beatriz Abundis. En un momento llegaron los policías de la universidad a decirnos que nos te- níamos que retirar de las instalaciones porque justo en ese día era el concierto de Ricardo Arjona. Al final pudimos termi - nar el trabajo bien y a tiempo, convirtién- dose ese momento en un recuerdo que nunca se me van a olvidar. También, al estudiar en esta maravi- llosa casa de estudios tuve la oportuni- dad de hacer mis prácticas profesionales y servicio social en un programa de in- ternado rotatorio en la ciudad de México, donde tuve la oportunidad de conocer a muchas personas que dejaron gran- des enseñanzas. Aprendí no sólo de mis maestros, sino también de los pacientes que tuve la fortuna de atender, además de hacer grandes amigos con los que hasta la fecha tengo contacto y que espero nunca perder. En este internado crecí como pro- fesional y como persona, aprendí gran- des lecciones de vida y sé que esto sólo tendría la oportunidad de realizarlo en la Ibero Puebla . En esta universidad he conocido a muchas personas, algunas de las cuales se han convertido en verdaderos amigos, entre ellos Fernanda Álvarez, Melisa Gon- zález, Daniela Sánchez, Rocío Luna, Clau- dia Bautista y como olvidar al grupo de ingenieros que también tuve la fortuna de conocer y que llevaré en mi memoria por siempre. También existen profesoras que más que enseñanzas de aula, me dejaron muchas experien- cias de vida, e n t r e ell l a a s Mt ra . B e a t r i z A b u n d i s , l a Mtra. Cecilia Salgado, la Mtra. Martha Martínez y la Mtra. Gabrie- la Gastelum, a las cuales les estaré agrade- cida por siempre por todo el apoyo y por ser ejemplos a seguir. El terminar mis estudios de licenciatu- ra fue una gama de sentimientos encontra- dos, por un lado la satisfacción de terminar mi licenciatura y por otro, un sentimiento de tristeza y melancolía por tener que de- jar esta casa de estudios que se convirtió en mi segundo hogar, la cual me vio crecer como persona y como nutrióloga, pero era inevitable que esto sucediera, nunca me voy a arrepentir de haber elegido esta uni- versidad, sé que fue la mejor decisión que pude haber tomado y de la cual estoy muy orgullosa. Ser parte de una comunidad es muy importante, pero ser parte de la comu- nidad Ibero es todo un orgullo. � La mejor etapa de mi vida: Desde la experiencia de la vida universitaria En la Ibero En Diciembre del año pasado tuve la opor- tunidad de vivir la experiencia de Ejerci- cios Espirituales por primera vez y debo decir, que mejor cierre de semestre no pude haber tenido; darme la oportunidad de tomarme esos cinco días únicamente para mí es uno de los regalos más grandes que me he hecho. Una parte muy importante de los Ejer- cicios Espirituales es el silenciarse, y fue precisamente ese detalle el que me llevó a atrasar la decisión de vivir los Ejercicios varias veces. Vivimos rodeados de ruido todo el tiempo, y muchas veces eso puede restarle atención a lo que cada uno de no- sotros sentimos y experimentamos día a día. En mi caso, ni si quiera me creía ca- paz de mantener el silencio, sabía que me iba a costar demasiado trabajo y así fue, sin embargo me propuse ese reto y lo lo- gré; una vez que entré en la dinámica el silencio dejó de ser difícil, y comencé a escucharme y verdaderamente prestarle atención a todo lo que sucede dentro de mí. Algo muy padre de estos Ejercicios, y que es muy importante en la Espiritua- lidad Ignaciana, es la posibilidad de que cada uno encuentre una manera propia de orar, buscar a Dios y relacionarse con él para ordenar la vida. Esta posibilidad que tuve de orar “a mi propio estilo” me abrió a la oportunidad de experimentar la espiritualidad de una manera muy diferente, pues a pesar de que toda la metodología de los Ejercicios está perfectamente estructurada, cada uno decide el ritmo y a qué aspectos le presta más atención, siempre siguiendo el orden establecido, dependiendo el obje- tivo que se proponga con cada una de las oraciones y meditaciones. Creo que es muy importante destacar que el acompañamiento que se recibe du- rante esos días es muy importante, pues resulta de gran ayuda para ordenar todo lo que se va trabajando durante la sema- na. En mi caso, me ayudó para ir “acomo- dando” y darle un lugar a todo lo que he recorrido a lo largo de mi vida. Durante los ejercicios pude reencontrar muchos sueños que ya había dejado de lado y pude discernir sobre muchos aspectos en este momento de mi vida en específico, en que ya estoy por salir de la Universidad; tam- bién pude detenerme un poco para mirar hacia atrás y entender cómo es que he llegado a este punto en mi vida, volver a marcar el camino que debo seguir y com- prender qué es lo que le da un verdadero sentido a todo lo que hago en el día a día. De verdad les recomiendo que vivan la experiencia de los Ejercicios Espirituales Cinco días en silencio Luis Alejandro Bravo Piña Estudiante de Administración de Empresas. por lo menos alguna vez en su vida, ya sea que quieran encontrar a Dios en su vida, to- mar alguna decisión importante u ordenar alguna situación de su vida en específico, lo que sea; dense una semana para reflexio - nar, reencontrarse y hacer un alto en el camino, no se van a arrepentir. � Daniela Ramos Jiménez Egresada de Nutrición y Ciencias de los alimentos. Generación 2012
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