Contratiempo

12 Contraportada to, y después de las elecciones fue notorio el decaimiento hasta como lo hemos visto estos últimos días. La deslumbrante llama- rada parece extinguirse. Pero ¿quiénes son los que en realidad se van?, ¿quiénes abandonan la llamara - da de solidaridad? Es necesario dejar en claro que no todos vuelven al statu quo de antes, y si bien lo hace la gran mayoría, hay cierto porcentaje de personas con una idea sólida de por qué luchar y que efecti- vamente, se mantienen dentro. Aquellos cuya llamarada se extingue rápidamente y abandonan movimientos que meses antes juraban seguir hasta el fi - nal, son los Revolucionarios de cartón . Son aquellos que fueron a una marcha guiados por la euforia colectiva y no volvieron, los que confinaron su lucha a publicar en re - des sociales, o los que se llenaron y llenan la boca hablando y teorizando de la revo- lución sin una verdadera praxis, aquellos que hablan demasiado y hacen nada por los demás. No logran trascender para sí los motivos esenciales de cualquier lucha, dado que no adaptan la lucha a su ámbito privado, y algunas veces no poseen el sen- tido de verdadera solidaridad para con el que sufre. Revolucionarios de cartón hay por do- quier dado que siempre se verá bien, en distinta medida y en ciertos sectores, pertenecer a tal o cual movimiento, cosa que genera aceptación y admiración. Es- tos entes generalmente son los primeros en salir en la desbandada, los primeros en volver al confort y a la comodidad de sus computadoras y los primeros en te- mer por sí mismos, por su tiempo y por su trabajo. Y si bien son libres de hacerlo, el temer por la seguridad dentro de un movimiento social hace que no sean verdaderamente libres para enfrentar los riesgos que exige una acción colectiva, y por lo tanto “care- cen del valor necesario para intentarlo y del tiempo necesario para imaginar alter- nativas de convivencia” (Bauman, 2011), actitud que da al traste con el sentimiento comunitario necesario para que un movi- miento resista y se vuelva, independien- temente de su duración, una herramienta transformadora de la realidad. Dentro de #YoSoy132 ha sido clara esta tendencia. Están quienes se quedaron den- tro y siguen trabajando, están quienes se fueron y siguen construyendo un mundo más justo desde sus propios ámbitos, y están aquellos que volvieron al statu quo después de la euforia y se sumaron a to- dos aquellos que mucho hablan y poco ha- cen por el otro. Es necesario tener presente al otro y saber que los problemas del otro son problemas que repercutirán, tarde o temprano, en nuestra vida privada, ade- más de saber que el sentido de lucha por una sociedad más justa, digna y frater- na demandan el sentir la injusticia ajena en uno mismo, para así poder apropiar- nos del sentido más amplio de la lucha en general por la dignidad humana, a fin de fortalecer lazos de comunidad, y sólo así podremos encaminarnos a entender que la libertad individual sólo puede ser producto del trabajo colectivo. Aún así, aunque el panorama de nues- tro país parezca más obscuro que antes y la esperanza parezca perdida, siempre habrá muchos elementos y acciones que tras- ciendan símbolos y permitan recobrarla. Bibliografía Bauman, Z. (2011). En busca de la políti- ca. Buenos Aires: Fondo de Cultura Eco- nómica. �

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