Contratiempo

26 27 Opinión Opinión La campaña para contender por la presi- dencia de la República, además de muchos otros puestos de elección popular, inició con una agitada serie de eventos y decla- raciones emanadas de los candidatos que ha permeado al país de un ambiente elec- toral de grandes expectativas, estando sobre todo en un contexto marca- do por la crisis económica, social y de violencia. No obstante, aun siendo predecible una campaña negra en ascenso, la polarización de los candidatos que desemboque en una reñida contienda de dos personas al final, en el presente momento, lo que ha sido más significativo es la poca certidumbre que todos tenemos sobre los resultados. La incertidumbre como un valor democrático se nos presenta como uno de los primeros grandes triunfos de nuestra incipiente democracia, como dicta la doctrina, la cer- tidumbre del proceso y la incerti- dumbre en los resultados es la clave de toda democracia normativa. Si algo pode- mos asegurar es que desde hace poco más de una década el proceso de designación del ejecutivo federal no es competencia del presidente en turno, aunque algunas de las prerrogativas metaconstituciona- les de éste perduran en la actualidad, ni el dedazo ni la injerencia dentro de su par- tido permitieron a Felipe Calderón adue- ñarse de la competencia. Incluso, la partidización del Instituto Federal Electoral (IFE), degeneración de su supuesta calidad ciudadana, no es to- talmente negativa en el sentido que dentro del proceso de toma de decisiones existe una verdadera competencia, podemos decir que existe un equilibrio fomentado por la búsqueda de certidumbre de todos los partidos que orienta al IFE hacia una imparcialidad con muchos defectos, pero funcional en su desempeño y su finalidad como clave de la incertidumbre demo- crática. Lo que vale la pena destacar una vez más es que los resultados electorales, a nivel federal, ya no se deciden a puerta cerrada en una oficina o en la penumbra de las negociaciones políticas, sino que dependen de muchos otros factores. Uno de estos factores es el voto de la ciudadanía, ya en sí complejo por la diver- sidad de ideas, contextos o afecciones que motivan en el último momento la elección individual, con una lista nominal de más de 18 millones de electores, la mayoría de ellos indecisos o desinteresados, resulta el centro de la incertidumbre democráti- ca. Sin embargo, existen otros al contrario de lo deseado, que van dirigiendo o coop- para llevarse a cabo la elección. Destacan estados con una alta presencia del crimen organizado como el Estado de México, Chihuahua, Nuevo León o Tamaulipas. En este sentido, el control territorial que detentan ciertos grupos criminales hace muy verosímil la posibilidad de que algunos candidatos lleguen a con- siderar la necesidad de concertar con éstos para poder acceder a sus cuantiosos recursos. Toman relevancia las declaraciones tanto del pre- sidente Calderón como del Secretario de la Defensa Nacional, en el sentido de que el crimen se infiltre en las elecciones. El peso de los medios de co- municación: la forma en la que éstos influyen, de manera di - fusa, en la captación de votos hacia un candidato depende de la medida en que a su vez logran influir en la llamada opinión pública. Dejando fuera por el momento a las televisoras, resulta significativa la línea que los principales periódicos de cir- culación nacional han adquirido desde el primer día de campañas. En la redacción, las fotografías o la pri - macía de un mensaje directo dentro de las secciones de opinión, se van creando sím- bolos con los que los lectores se identifi - can; el “inalcanzable en las encuestas”, “el conservador” o “el rezagado”, sonetiquetas que se van arraigando en los candidatos, anulándolos por completo o fortalecién- dolos en su camino. Resulta significativo el hecho de que si prestamos atención en los últimos escándalos electorales, estos se centran solamente en los candidatos del PRI y del PAN, dejando fuera a López Obrador, que ha tenido sus descalabros y sus logros, y a Quadri. Por último, a despecho de los intereses de los partidos políticos, que por medio de la institución de la partidocracia y la vulneración constante de los derechos ciudadanos, han buscado siempre asegu- rarse el triunfo anterior a que acontezca la elección votada por medio de formas al margen de la ley. Los límites de la incer- tidumbre democrática, viejos y nuevos, se ciernen como los grandes obstáculos a vencer para transitar de la estrechez propia de una democracia normativa a la basta y rica vivencia de una democracia sustantiva. � Los Límites de la Incertidumbre Gonzalo Flores y Flores “Resultados de la encuesta realizada en abril.” Imagen de cortesía para Contratiempo Las elecciones internas del PRD que se desarrollaron en marzo de este año para elegir a sus candidatos que competirán por alcanzar lugares dentro de la Cámara de Diputados y Senadores, se presentan como un obstáculo más para el candidato virtual de las izquierdas Andrés Manuel López Obrador, quien se encuentra en un contexto electoral sumamente difícil. En primer lugar se debe tomar en cuenta el papel de la mediatización de la política, que se concentra y maximiza en tiempos de elecciones, la manera más fácil y clara de acercarse al tema es por medio de las encuestas de opinión. Éstas no son importantes en el sentido de que sirvan como un factor completamente veraz de los indicadores que miden, la tendencia del voto por ejemplo, es más, habría que agregar que en ciertas ocasiones es peli- groso tomarlas como una referencia para la acción. El mismo López Obrador ilustra per- fectamente este punto en su actuación en las elecciones del 2006, las encuestas en el 2005 e inclusive a inicios del 2006, lo colo- caban como el puntero con una distancia bastante grande con respecto a su mayor contrincante en ese momento, las accio- nes que realizó en su campaña estuvieron claramente relacionadas a su confianza derivada de éstas. Esto al final dificultó que pudiera entablar una relación de re- ferencia con algunos segmentos de la so- ciedad que prefirieron dar su voto a otro, aunque éste tampoco les aportara muchos elementos. A lo que hay que prestar mucha aten- ción en las encuestas es que son un medio que influye en la opinión pública, las ideas y la percepción que ciertos estratos for- man de una persona se construye a través de un filtro, éste funciona por los mensa - jes transmitidos en los medios masivos de comunicación o los propios candidatos directamente al electorado, para que éstos a su vez a través de su contexto especifi - co, tanto individual como colectivo, creen imágenes que les permita catalogar como una buena o mala opción a los distintos contendientes. La forma en la que la opinión pública se manifiesta es a través de las encuestas, es un producto, pero al mismo tiempo al dar un determinado resultado, que varía por la metodología y su forma de implemen- tarse, éstas se configuran como un mensa - je que el electorado toma en cuenta. Quién va arriba en las encuestas atrae más votos por esa misma razón, varios simplemente se identifican con el “ganador”. En este sentido, la manera en la que López Obrador entró a la competencia fue con puntos en contra, la manera en cómo a tratado de remediar su imagen puede ser catalogada como buena pero no sufi - ciente. El hecho de acercarse a grupos que antes marginaba, como los empresarios, y de moderar su discurso, le permitieron volver al enfrentamiento directo con la figura más fuerte del momento, Enrique Peña Nieto. Además, López Obrador ha aportado elementos que sus contrincantes no lo hicieron a partir de él, sacar propues- tas claras para problemas concretos que pueden ser discutidas públicamente y la transparencia de su posible gabinete que aporta certidumbre en la seriedad de sus propuestas. No obstante, ninguna de sus acciones positivas ha impactado, hasta donde se puede saber, en el número de votos posi- bles que obtendrá el día de la elección, es más, en este momento ya se encuentra en la tercera posición de las preferencias electorales y corre el riesgo de que una vez que inicien las elecciones se polarice el voto en las primeras dos posiciones deján- dolo fuera definitivamente. En segundo lugar, hay que tomar en cuenta las estructuras reales que servirán a cada can- didato en el convencimiento y la acumulación de votos, siguiendo lo lo dicho por Robert Michels, estas estructuras deben servir de manera marcial si se preten- de que sea funcional. Para darle luz a este punto vale la pena ob- servar los procesos de selección interna de los partidos para elegir a sus candidatos para diputados y senadores. Estos puestos son importantes en pri- mer lugar porque le permitirán al candi- dato cohesionar sus fuerzas, la unidad de su partido repercutirá en la relación y el apoyo que éste le de al candidato, que no sólo es del PRD sino de una coalición de tres partidos. Lo sucedido en las eleccio- nes internas, no sólo refleja la falta de co - hesión que persiste en el perredismo, sino que reafirma la ríspida relación entre el grupo que controla ese partido, los chu- chos, y López Obrador. La repartición de puestos entre las tri- bus, pero preponderantemente entre la llamada Nueva Izquierda, sin que se toma- ra en cuenta las propuestas del tabasque- ño nos pueden dar a entender que el apoyo no será ni inmediato ni absoluto. La segunda razón por la que es impor- tante la repartición de los candidatos al Congreso, tiene que ver con el papel que los diputados y senadores perredistas juga- ran en el mejor de los escenarios que sería que también ganaran la presidencia. Aún teniendo buenas propuestas y un gabinete que seguramente las harían viables, se ne- cesita del apoyo de unas bancadas sólidas que puedan impulsar las reformas e inicia- tivas necesarias para llevarlas a cabo. Las experiencias de los gobiernos divi- didos como los que hemos experimentado con el panismo en estos últimos doce años, nos han permitido tomar conciencia de la verdadera fragilidad del presidente, que se multiplicaría si ni siquiera puede tener un grupo de diputados y senadores que apoyen sus propuestas. El difícil camino que tiene enfrente la izquierda partidista plantea un panorama en el que muchas de- cisiones deben ser tomadas con los recur- sos y el tiempo insuficiente, no obstante la constante en la política siempre es lo ines- perado. � Los Obstáculos de López Obrador Gonzalo Flores y Flores tando los votos en beneficio de ciertos intereses, aumentando el margen de certi- dumbre en la medida que van orientando el peso de la contienda en favor de algún candidato. Esta aseveración la podemos consta- tar con hechos objetivos, pero sigue sien- do cierto sólo indirectamente sobretodo porque es imposible saber, para los que no gozamos de una posición privilegiada, a quiénes quieren beneficiar los grupos que realizan los hechos, y sobretodo si en realidad los hacen motivados por el inte- rés particular de afectar los resultados, en este caso, de la contienda electoral de próximo julio o por algunos otros. A sa- ber, los dos factores más sobresalientes y discutidos que aumentan objetivamente la certidumbre y vulneran nuestra demo- cracia se pueden apreciar como siguen: Inseguridad y narcotráfico: como lo ha venido estableciendo el IFE, en este momento de las 66 mil 740 secciones, 10 mil han sido declaradas de atención espe- cial debido a que la inseguridad no permi- te las condiciones para que se instalen las mesas directivas de casillas necesarias

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