Contratiempo

10 11 El Macho-Caballero mexicano Paloma Ruiz Díaz de Rivera Creación y Cultura Opinión De los demonios Sam Arredondo De esas tentaciones que atan tu cordura, de esos pequeños mila - gros, de las rimas que no puedo hacer. Te tengo atrapado entre las pobres luces y estas pequeñas ca - lles de artistas. Te tengo dulcemente, y con las ideas masacradas y repletas de espinas. De esos que me susurran por cobarde, y no encuentran fuerza para hacerme hablar, de esos malditos arrogantes; me encami- nan a lo inmenso de lo fatuo. “Los hombres europeos son raros, codos, nada caballerosos. Si sales con ellos no pagan nada y no te abren la puerta al sa- lir del coche. En el antro tienes que pagar todo siendo niña y, además, son groseros.” Esta es la impresión general que nos dejan los europeos a las mexicanas cuando veni- mos de intercambio. Cuando mis amigas españolas habla - ban de los mexicanos decían que eranmuy caballerosos, que les invitaban alcohol y que las rosas, abrir la puerta y las decla- raciones con mariachi les parecían como de telenovela. Definitivamente somos cul - turas diferentes, pero no pude evitar pre- guntarme ¿Porqué son así los mexicanos? ¿De dónde viene tanta “caballerosidad”? Creo que la verdadera respuesta no suena ni tan romántica ni telenovelesca. La equidad de género y el respeto a la mujer son dos ámbitos en los que enMéxico estamos muy atrasados, y digo “estamos” porque las mujeres somos responsables también. Que nos abran la puerta y paguen las cuentas es una forma de hacernos in- feriores, ya que es como si no pudiéramos hacerlo nosotras mismas. En las relaciones de pareja debe haber igualdad, y si nosotras como mujeres so- mos las primeras en asumir ese rol inferior ¿Cómo esperamos que nos traten cuándo toda la declaración con rosas, mariachis y piropos de los primeros meses acaben? “Las mujeres mexicanas estamos acos- tumbradas a que los hombres nos paguen todo por lo menos hasta que nos lleguen, y obviamente cuando te llegan tiene que ser lo más escandaloso posible. Los regalitos Foto: Tania Briseño Te tengo, a ti y a la multitud que eres, amarrado y libre, en estas aras de decrépitos pensamientos. De los míos y de los tuyos, de aquellos que nos condenan sin siquiera conocernos, de los fastidiosos y de la vanidad de los demonios. Su belleza me sangra en la boca, y su palpitar de muerte me deshincha las ganas de besar la mañana. Desinhiben la locura que te llama. � de mes, 14 de febrero, navidades, aniver- sarios, etc.” Desgraciadamente también estamos acostumbradas a las infidelida - des (que por cierto en ellos no son tan mal vistas), a los celos y a las típicas actitudes de macho mexicano que creo que todas co- nocemos y no vale la pena mencionar. Como que no coinciden estos dos escena- rios ¿no? Creo que es momento de que tanto hombres como mujeres nos respetemos y sobre todo nos reconozcamos como iguales si aspiramos a que este sea un país mejor. Por eso, hombres: en vez de querernos apantallar con el súper regalo o la súper cena en el súper lugar (que al final lo que nos gusta es presumírselo a nuestras ami- gas), mejor regálennos su sinceridad, y sobre todo su respeto, créanme que cual- quier mujer inteligente lo sabrá valorar. � Edificio J, foto: Archivo

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