• 52 Este año la IBERO Puebla, nuestra casa, cumple sus primeros 40 años de vida. Un aniversario no es solo un festejo sino también una oportunidad para reconciliar pasado, presente y futuro. Momento para hacer balance y atesorar aprendizajes; momento para agradecer y celebrar la vida; momento para aclarar la mirada y reivindicar no solo la posibilidad sino la necesidad de un futuro esperanzador. Somos una institución joven, pero con raíces profundamente afirmadas en la historia de Puebla y el Sur de México, donde la educación jesuita ha estado presente desde el siglo XVI. Actualizamos, pues, una tradición educativa centenaria en un cuerpo joven que experimenta su vida como una misión aún por realizar. Y la misión es ciertamente enorme: nada menos que acompañar universitariamente a la sociedad a transformarse a sí misma y transformar aquello que en la realidad histórica no permite que todas y todos, sin excepción, puedan vivir en condiciones de justicia y dignidad; esto es: que puedan vivir como Dios manda. Celebramos nuestra cuarta década de vida ratificando nuestra aceptación de la propuesta de Ignacio de Loyola a poner el amor más en las obras que en las palabras. Nuestro modo distintivo de praxis universitaria y convivencia comunitaria ha de honrar ese llamado. V. Prospectiva: 40 aniversario
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