57 • Angélica Pérez Ramos ¿Qué distingue a un estudiante de esta Universidad? Los estudiantes de la IBERO Puebla son maravillosas personas. Me he encontrado con personas que tienen la capacidad de ser instruidas, de ser apoyadas y de absorber las herramientas de la educación jesuita, en donde se les enseña a trabajar para grupos vulnerables. Ellos desarrollan proyectos en diferentes etapas de su carrera. Desde la primera etapa muy joven como el ASE I, explotan investigación y proyectos de muy largo alcance y de muy largo aliento, en donde investigan contextos vulnerables y personas necesitadas y desarrollan propuestas. En el ASE II hacen algo similar, pero con un mayor énfasis en el proyecto, y en el ASE III lo llevan a la realidad. Tengo ejemplos muy claros por haber dirigido el taller de ASE III del grupo de estudiantes para el proyecto de Bachajón, que es un proyecto para la misión jesuita. Los alumnos tienen un gran espíritu por investigar y dar propuestas reales. Afortunadamente, dentro del modelo de educación jesuita se les enseña a trabajar de manera colaborativa. Esto implica el trabajo más allá de las aulas con la población vulnerable, el trabajo en comunidad, con sus profesores y con especialistas para poder recopilar las verdaderas necesidades de la Universidad. Experiencias transformadoras Para mí, dar clases en la IBERO Puebla significa toda la esperanza. A mí me ha rescatado emocionalmente desde que me invitaron a dar clases. Significa la esperanza de tener un envejecimiento digno; de no estar sola; de tener un mundo transformado, no solamente hasta que me toque la vejez, sino que ya lo estoy viviendo gracias a esta Universidad. Me hace sentir sumamente orgullosa, me ha cambiado la vida. Me hace ser una mejor persona cuidar la casa común, preocuparme por separar mi basura, por hacer composta, por mejorar para ser un ejemplo para mis estudiantes, por ser una mejor persona con mis semejantes, por conducir de una manera más responsable, por conducirme en la vida de una manera más sostenible y por servir a los demás. Una frase que ha dejado huella en mí desde que inicié y durante toda mi vida académica es el magis: puedes dar más. Transformar el mundo es posible; claro que es posible.
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