Iniciativas para la sustentabilidad y el cuidado de la casa común en la IBERO Puebla

INICIATIVAS PARA LA SUSTENTABILIDAD Y EL CUIDADO DE LA CASA COMÚN EN LA IBERO PUEBLA / 93 en las principales características epistémicas que forman parte sustancial de esta disciplina: el análisis sistémico, los sistemas complejos y la interdisciplinariedad. La Universidad Iberoamericana Puebla ha tenido un papel muy relevante no sólo por ofrecer programas académicos que atienden directamente esta problemática, sino también por su creciente y constante interés por lo que el Papa Francisco ha llamado en la Encíclica Laudato Si’, el cuidado de la Casa Común. En esta colaboración intentamos explicar la trayectoria de los estudios sobre medio ambiente en la IBERO a partir del surgimiento de diferentes programas académicos que han atendido la formación profesional de ambientólogos, así como la forma en la que nuestra licenciatura se inserta en el interés de la universidad, como institución educativa de la Compañía de Jesús, por promover el cuidado al medio ambiente y el fortalecimiento del conocimiento y de la conciencia ambiental tan necesarios en estos tiempos. Cabe mencionar que el programa académico se ha fortalecido y consolidado gracias a la intervención de muchos profesores, investigadores y líderes ambientales que desde sus campos de conocimiento y de acción han contribuido a la formación de nuestras alumnas y alumnos. Presentamos datos relevantes sobre el surgimiento de disciplinas y áreas del conocimiento orientadas a temas ambientales. Posteriormente un apartado sobre el desarrollo de las instituciones políticas que han atendido esta temática en nuestro país, para comprender el marco en el que los especialistas, estudiosos, egresados y los propios movimientos ambientales enfrentamos. Al final se expone la trayectoria de la universidad en la formación de ambientólogos y se presenta un apartado de comentarios finales. Antecedentes A partir de la segunda mitad del siglo XX se hizo evidente que la forma de obtener recursos para el desarrollo de las sociedades estaba ocasionando daños al sistema natural. Cuando en 1962, Rachel Carson publica Silent Spring, ya habían transcurrido 16 años de la Prueba Encrucijada en el atolón Bikini, donde se llevaron a cabo 67 pruebas nucleares entre 1946 y 1958 (Pigrau, 2018). Las primeras dudas entre la comunidad científica sobre el impacto generado a los ecosistemas comenzaron a manifestarse. Sin embargo, no fue sino hasta 1972, con la primera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y la creación del Programa de las Naciones Unidas para el Medio ambiente (PNUMA), que se comienza a difundir la preocupación por el nivel de degradación de los ecosistemas mundiales, poniendo énfasis en el cambio climático, la desertificación y las emisiones de contaminantes a la atmósfera, principalmente. Entonces surgieron los primeros partidos verdes, ministerios y secretarías de medio ambiente en varios países, y los temas sobre el estado global de los recursos naturales aparecen en las

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