Iniciativas para la sustentabilidad y el cuidado de la casa común en la IBERO Puebla

INICIATIVAS PARA LA SUSTENTABILIDAD Y EL CUIDADO DE LA CASA COMÚN EN LA IBERO PUEBLA / 79 lizar los enfoques de género y sustentabilidad ambiental en todas las materias, dimensiones, temáticas y prácticas de campo que se tengan y lleven a cabo en el plan de estudios, intencionando la reflexión e integración de estos enfoques en cada uno de los rubros mencionados. En este trabajo presentaremos algunos ejercicios e iniciativas de Economía Social que desde y con la maestría se han impulsado y/o han servido como espacios de aprendizaje situado, para entender en contextos concretos, los distintos desafíos que presenta la puesta en marcha de ejercicios de ES, en un mercado, Estado y sociedad fincados en una economía de capital. Conceptualizando la Economía Social Desde 1980, las experiencias de economía social y solidaria o de solidaridad económica2 han cobrado un fuerte impulso debido, por un lado, al crecimiento del desempleo estructural y, por el otro, al malestar creciente que ha generado la economía de capital. “Lo primero significa la consolidación de la tendencia creciente a la disminución drástica de la creación de empleo asalariado, debido a la sustitución de trabajo vivo por trabajo muerto en los procesos productivos, tendencia que se acentúo con la aplicación de las tecnologías de información a la producción y los procesos de desregulación de la economía y de privatización creciente del Estado, que significó el recorte de los derechos laborales. Lo segundo se refiere al malestar creciente en torno a las tendencias destructivas de los ecosistemas, de mercantilización de la naturaleza y de la vida en general” (Marañón, 2013: 126). Por lo anterior, concebimos la Economía Social como una respuesta a las desigualdades e inequidades históricas consecuentes de la acumulación del capital y agravadas por la etapa neoliberal que privilegia la generación de capital a través del despojo, la libre circulación del capital financiero en detrimento del capital productivo, generando con ello desempleo, más pobreza y, en consecuencia, ensanchando la brecha de desigualdad, expulsando incluso a grandes sectores sociales de la clase media de su trabajo y del sistema financiero al despojarlos de sus ahorros. De acuerdo con Sassen (2015: 12), los procesos de expulsión que hemos mencionado no son espontáneos, sino calculados. De hecho, pueden coexistir con el 2 Además de las transformaciones económicas estructurales que se empezaron a implementar en toda América Latina en la década de los ochenta, un aspecto relevante que visibiliza a la Economía Social y Solidaria en México, es que en 1983 se concretó una reforma al artículo 25 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en la que se reconocía la existencia del Sector Social de la Economía y con ello se visibilizaba a los actores que lo integran: ejidos, organizaciones de trabajadores, cooperativas, comunidades, empresas que pertenecen a los trabajadores y todas las formas de organización para la producción, distribución y consumo de bienes y servicios necesarios.

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