62 / INICIATIVAS PARA LA SUSTENTABILIDAD Y EL CUIDADO DE LA CASA COMÚN EN LA IBERO PUEBLA En 2016, Mary Jose Torre y Salvador Gutiérrez Zamora, en ese entonces estudiantes de la licenciatura en Ciencias Ambientales, proponen como proyecto final de titulación, la separación de residuos en las oficinas de los Departamentos Académicos de la universidad. Para ello, retiran de forma experimental los botes de basura colocados en cada oficina y se sustituyen por islas de reciclaje; este proyecto es acompañado por el docente Juan Luis Bolaños Berruecos. En abril de 2017, se realiza en la IBERO Puebla, por iniciativa de la Coordinación de la Licenciatura en Ciencias Ambientales, un encuentro entre los responsables de campus sustentables del Sistema UIA-ITESO para generar intercambios de experiencias con los responsables de gestión ambiental, donde participaron Ibero México, León y Puebla e ITESO de Guadalajara. Todo esto se hace con la idea de establecer lazos para el acompañamiento y el apoyo hacia la gestión sustentable del campus. Muchos logros de la IBERO Puebla no hubieran sido posibles sin el acompañamiento de las instituciones hermanas del Sistema Universitario Jesuita. En 2017 se propone el proyecto Basura Cero. Nace con la idea de Mary Jose y Salvador Gutiérrez con el retiro, en enero de 2018, de todos los botes de basura de cada salón y cada oficina, para separar y recuperar los residuos en islas separadoras. Para la Alianza Internacional Zero Waste (Costello, 2017), el término “Basura Cero” se relaciona con la ética, la economía, la eficiencia en los procesos y la visión a largo plazo para encaminar a las personas a cambiar su estilo de vida, emulando prácticas de manejo adecuado de los residuos generados, ya sea mediante el reciclaje, el compostaje y la reducción de envases no necesarios. En las industrias se maneja la producción que no genere residuos. El diseño eficiente promueve que todo se aproveche. La estrategia consideró también la reducción de inorgánicos no reciclables con el respaldo de un estudio diagnóstico elaborado por el IIMA, que reveló, en mayo de 2017, que eran generadas al año 26,000 bolsas de plástico desechables y alrededor de 1,000 contenedores plásticos desechables de comida preparada para llevar. Esto supuso la propuesta de una regulación para su uso en el campus y, a fines de ese mismo año, se propone a las autoridades responsables de la normativa institucional una Política Ambiental y un Reglamento de Residuos y Consumibles para normar la utilización de trastes desechables en los eventos al interior de la universidad. En noviembre de 2017 se capacitó a los monitores, el personal de seguridad y vigilancia, posteriormente se hizo lo mismo con el personal de mantenimiento y servicios internos; en total se capacitaron alrededor de 150 personas. Asimismo, se adquirió, siguiendo los mecanismos institucionales y sus procesos, una máquina lavavajillas para utilizarse en la organización de actividades institucionales.
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