INICIATIVAS PARA LA SUSTENTABILIDAD Y EL CUIDADO DE LA CASA COMÚN EN LA IBERO PUEBLA / 41 6. Finanzas y economía 7. Tenencia de la tierra y gobernación comunitaria La Permacultura constituye una base metodológica de nuestra propuesta en tanto que establece una forma distinta de relación entre los seres humanos y la naturaleza, pero también porque propone la creación de ciclos cerrados e inmersos en el ciclo natural del agua para la conservación y mayor aprovechamiento del recurso, por lo que uno de los elementos principales a considerar es la lluvia (permacultura.org). Sistemas de captación de agua de lluvia La propuesta de recolectar agua de lluvia no es nueva, se trata de una práctica ancestral, utilizada en diferentes épocas por diversas culturas. Sabemos, por ejemplo, que los aztecas aprovechaban y canalizaban las lluvias a través de sistemas naturales (manantiales, arroyos y ríos), o sistemas artificiales que captaban y retenían el agua para después aprovecharla en sus campos de cultivo (Villalonga, 2007). Actualmente, los sistemas de captación de agua de lluvia son estructuras por medio de las cuales se recolecta, filtra y acumula el agua que cae y corre sobre una superficie para su inmediata o futura utilización. Hoy estos sistemas forman parte de la amplia variedad de técnicas consideradas como ecotecnologías o ecotecnias, que cumplen con la función de abastecer de un producto o servicio de buena calidad (en este caso el agua) de manera económica, ecológica y autogestiva. En efecto, los SCALL han mostrado beneficios sociales, económicos y ambientales inmediatos y a largo plazo. Isla Urbana (s.f.) asegura que el hecho de que las sociedades cuenten con una nueva fuente de abastecimiento disminuye la extracción de agua de los mantos acuíferos y permite la regeneración de estos, creando así un balance hídrico para asegurar agua durante la temporada de sequía. Además, la instalación de uno de estos sistemas abastece aproximadamente seis meses de agua al año (esto puede aumentar dependiendo de la precipitación y la capacidad de almacenamiento con la que se cuente).9 Asimismo, el agua de lluvia supera la calidad del agua de red o de pipa, pues cuenta con una muy baja concentración de sólidos disueltos totales, que varía de 12 a 18 ppm (partes por millón), mientras que el agua de la red o de pipa varía de entre 200 a 400 ppm. A esto se suma que la captación de lluvia evita las inundaciones que provoca los drenajes saturados por grandes cantidades de basura durante las épocas de temporal. 9 En el caso de la capital poblana cuenta con una temporada de lluvias que va de cuatro a seis meses (mayo a octubre) con un mínimo 1 mm de lluvia cada “día mojado”, esto se puede traducir a un litro de agua por cada metro cuadrado.
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