Iniciativas para la sustentabilidad y el cuidado de la casa común en la IBERO Puebla

INICIATIVAS PARA LA SUSTENTABILIDAD Y EL CUIDADO DE LA CASA COMÚN EN LA IBERO PUEBLA / 33 mundo carecen de acceso a servicios de agua potable gestionados de manera segura (citado en Organización de Naciones Unidas, s.f.), y de seguir la tendencia se calcula para el 2025 este problema afecte a más de 4 billones (Unilever, 12 de abril de 2016). En México, los problemas en general están asociados con agua contaminada y escasez del líquido. En 2001, nuestro país tenía ya más de 70% de los cuerpos de agua contaminados por las descargas de aguas residuales sin tratamiento de uso doméstico, industrial, agrícola o minero. Según datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), la industria es la que contamina mucho más generando una contaminación equivalente a la de 100 millones de habitantes (Maguey, 29 de octubre de 2018). En cuanto a la escasez, el Tribunal Latinoamericano del Agua afirma que en América Latina 77 millones de personas no cuentan con acceso al agua a pesar de que la región cuenta con la disponibilidad más alta en el mundo (33% de los recursos hídricos renovables del mundo y 3.100 m3 de agua per cápita por año, duplican el promedio per cápita mundial). De hecho, el mismo organismo afirma que “la mayoría de los países que cuentan con niveles de disponibilidad altos, experimentan disminuciones en los niveles de cobertura de agua potable para sus poblaciones” (s.f.). La causa, asegura el Tribunal, es que el abastecimiento de agua para necesidades básicas no es el principal usuario del agua sino la agroindustria con 70% y la industria con 20%, sumando un total de 90% de las aguas extraídas y utilizadas para tales fines (s.f.). Un ejemplo de esta situación es el acuífero de Tecamachalco en el estado de Puebla, que abarca 28 municipios, el cual abastece de agua a una zona agrícola-industrial importante; sin embargo, los habitantes de esa zona tienen agua una vez cada 15 días durante dos horas (Fernández, en Parabólica 23 de octubre de 2019). 4 Esto significa que la mayoría del agua disponible está siendo usada para producir ganancias y no para el bien común. Como afirma Castro (2007), desde el punto de vista del capital, “los servicios de agua deben ser considerados un bien económico, es decir, un bien privado que debe ser adquirido en el mercado”. Si bien es cierto que desde que en América Latina la industrialización se impulsó después de la Segunda Guerra Mundial y la agroindustria se estableció en la región, el agua ha sido siempre un recurso valorado para la producción de plusvalía. Sin embargo, a partir del derrumbe del mercado de las hipotecas inmo4 Según Jorge Arturo Rodríguez (30 de agosto de 2018), “la disponibilidad de agua renovable por habitante en México se redujo en 2015 a 3.338 metros cúbicos al año, cuando en 1950 la disponibilidad por habitante era de 18.035 metros cúbicos al año. Es decir, una reducción de 81% en los últimos 65 años.

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