Iniciativas para la sustentabilidad y el cuidado de la casa común en la IBERO Puebla

INICIATIVAS PARA LA SUSTENTABILIDAD Y EL CUIDADO DE LA CASA COMÚN EN LA IBERO PUEBLA / 129 sistematizar las experiencias que como institución académica ha realizado en torno al ambiente o en pro de la sustentabilidad. Todas estas experiencias convergen en la preocupación por la crisis ambiental y la intención de atender sus consecuencias ecológicas, sociales y económicas, a través de proyectos de educación, diagnóstico e intervención. Necesitamos fortalecer nuestro espíritu universitario reconociéndonos como parte de la naturaleza. Los análisis científicos y técnicos son imprescindibles para cuidar el medio ambiente, esto no lo ponemos en duda, pero necesitamos vivirlos desde esta espiritualidad que sostiene la motivación a largo plazo y permite descubrir nuevos referentes comunes de sentido que inspiren y dinamicen una nueva manera de relacionarnos con la naturaleza. Para que podamos ir en sentido contrario al proceso de individualización que genera la modernidad, como universidad, necesitamos una lucidez espiritual, pero esta lucidez no se puede reducir a una instancia religiosa y moral. A lo que referimos con esta lucidez espiritual es a la capacidad de resignificar el suelo que nutre nuestra comprensión del mundo. La lucidez espiritual tiene que ver con un cuestionamiento profundo con las interpretaciones hegemónicas de lo real. Tiene que ver con la riqueza y la vivacidad de la comunidad fincada en una ética cristiana, que lucha y defiende la Tierra y que promueve modos de vida que pongan de relieve la colectividad y el cuidado a la naturaleza. A mi juicio, para poder aproximarnos a esta lucidez espiritual que tiene una universidad con la Casa Común es necesario empezar a reflexionar sobre estos tres puntos: 1. La implicación en el cuidado de la tierra no es un añadido a nuestra espiritualidad como Universidad Jesuita, es el centro para poder resignificar nuestra existencia. La ecología y la espiritualidad se complementan mutuamente. En este sentido, la preocupación por el cuidado de la tierra no es opcional. Las crisis ecológicas nos atañen a toda la humanidad. El reto que tenemos ante las crisis del medio ambiente necesita que las intervenciones que se realicen se hagan desde la inspiración de una ecología con espíritu. 2. La espiritualidad de la Universidad Jesuita es la que posibilita la crítica a la relación mercantilista de la modernidad con la Tierra. Rompe con la lógica capitalista de posesión, de acumulación y de poder. En pocas palabras: rompe con la codicia de riqueza. Abdica al intento de salvarse a sí mismo a través del acaparamiento, del uso desordenado de las cosas. 3. Necesitamos acciones que provengan de la espiritualidad ecológica, que demande un espíritu de la expropiación que se exprese en la renuncia de la se-

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