118 / INICIATIVAS PARA LA SUSTENTABILIDAD Y EL CUIDADO DE LA CASA COMÚN EN LA IBERO PUEBLA Una Universidad Jesuita se forja desde una ética cristiana que dé cara a la realidad resistiendo ante una lógica deshumanizante y no de discursos moralistas. En este sentido, Juan Luis Hernández (2020), en su escrito Geopolítica de la Esperanza, propone una praxis desde la ética cristiana, “una praxis de la esperanza se concretaría en la resistencia y en la audacia de la acción transformadora de la realidad” (: 6). Es desde el proyecto del Jesús Histórico, que puede orientar la universidad para generar una praxis comunitaria saliendo al encuentro, dejándonos tocar por la situación de los más vulnerables. “La praxis de la resistencia es posiblemente hoy, en tiempos de capitalismo voraz, y de los múltiples vaciamientos de sentido personal y social, la praxis de las praxis. Resistir es solidaridad y sostener el bien común contra viento y marea, es responsabilidad ciudadana” (2020: 6). El espíritu Universitario Jesuita tiene como preferencia el encuentro con las periferias. En el primer encuentro mundial de universidades encomendadas a la Compañía de Jesús, que se llevó a cabo en la Universidad Deusto el 10 julio de 2018, el Padre General Arturo Sosa, S.J. afirma que “la universidad concebida como proyecto de transformación social es una universidad que se mueve hacia los márgenes de la historia humana en los que encuentra a quienes son descartados por las estructuras y poderes dominantes” (2018: 2). En resumen, el criterio medular que tiene la Universidad Jesuita radica en su carácter político, desde este criterio debe medir la eficacia de su misión. Ignacio Martín Baró, S.J. (1989), sostiene que una Universidad Latinoamericana debe de asumir conscientemente su papel político, esto no quiere decir que deba de intervenir en una política partidista, sino que debe posicionarse en los problemas de la “polis” de la sociedad. “Una universidad que se declare ‘apolítica’ está confesando su servilismo, de ‘masa silenciosa’ al poder establecido” (1989: 212). Si las universidades jesuitas se rigen bajo este posicionamiento, deben contribuir a la restructuración de aspectos deshumanizantes y posibilitar la liberación integral de los sectores desfavorecidos. Así, la universidad está llamada a crear nuevas posibilidades de vida desde el bien común. Pone énfasis en fortalecer la capacidad de leer los signos de los tiempos, para poder adelantarnos al tiempo que estamos viviendo y deslumbrar un horizonte más a allá del momento presente, cultivando y nutriendo de la memoria histórica (Sosa, 2018). Del espíritu de la posesión privilegiada capitalista al espíritu comunitario en coexistencia con y en el mundo En el apartado anterior se indicó que no basta la mera voluntad para poder incidir y provocar la irrupción de algo nuevo en el mundo. Es la naturaleza, las personas y las cosas las que nos llaman, podemos decir, en términos husserlianos, son las
RkJQdWJsaXNoZXIy MTY4MjU3